Foto: Gastão Guedes.
Tommaso Fattori presenta la Declaración de la Asamblea del Agua en el último día del FSM en Belém
Los movimientos por el agua reunidos en el Forum Social Mundial de Belem consideran que este modelo económico ha declarado guerra a la naturaleza: al agua, al aire, a la tierra y los bosques, y a todos los bienes comunes naturales. Esta crisis mundial – social, ambiental y económica – se manifiesta también en el acceso a los servicios de agua y saneamiento que reflejan los principios económicos dentro de los cuales se desarrollan, dividiendo la humanidad en incluidos y excluidos. De la misma manera, esta crisis de civilización se manifiesta con el cambio climático. No debemos entonces aceptar que las respuestas al caos climático en el sector del energía persiguen las mismas lógicas que provocaron el desastre con soluciones que comprometen la cantidad y calidad de agua y la vida en el planeta: represas, centrales nucleares, plantaciones de agro-combustibles. Además, el modelo de la agricultura industrial intensiva con fuerte input energético fósil contamina y destruye las reservas de agua y empobrece los suelos agrícolas asimismo anulando la soberanía alimentaria de los pueblos.
A partir de la declaración de ciudad de México reforzamos nuestros principios básicos:
El agua en todas sus formas es un bien común y su acceso es un derecho humano fundamental e inalienable de todos seres vivos. El agua es un patrimonio de las comunidades, de los pueblos y de la humanidad y de la naturaleza: no es mercancía. Rechazamos las formas antiguas y nueva de privatización del agua, inclusive la asociación pública-privada, la privatización del servicio de saneamiento y el manejo con lógicas privadas de las empresas publicas.
Exigimos que cualquier ser humano tenga acceso y derecho al agua de buena calidad y en cantidad suficiente para la higiene y la alimentación.
La gestión del agua debe permanecer en el ámbito público y comunitario, con participación, equidad, control social, sin fin de lucro y no debe generar violencia a los territorios preservando el ciclo del agua.
Las cuencas hidrológicas son las unidades básicas integrales de gestión del agua, las cuencas transfronterizas deben ser administradas respetando a las comunidades, el medio ambiente y el derecho de acceso al agua de todos los pueblos.
Se debe garantizar la solidaridad entre las generaciones presentes y futuras.
Los pueblos indígenas de Brasil, reunidos en Belem, se declaran defensores de las aguas de los
ríos, de los lagos y de las mares que no son mercadería pero son la vida misma de ellos y de humanidad entera. Por eso se oponen a las hidroeléctricas y los grandes proyectos agro-industriales que agreden y destruyen no solo la naturaleza, pero también sus culturas y sus maneras de vivir.
En el marco de la defensa de los territorios, la lucha por el agua y la lucha por la tierra son fuertemente conectadas. En el Forum Social Mundial de Belem celebramos el avance de la articulación entre el movimiento por el agua y el movimiento por la tierra para coordinar una estrategia común y próximas acciones conjuntas, tanto locales como globales.
Asimismo, celebramos el avance de la lucha de todos los movimientos expresado en la aprobación de las constituciones nacionales de Bolivia y Ecuador, que consagran el agua como derecho humano fundamental.
Nos sumamos a la campaña de la Comité Nacional en Defensa del Agua y de la Vida (CNDAV) en Colombia por un Referéndum Constitucional por el derecho al agua.
Los movimientos reunidos a Belem convocan una movilización global desde el 14 hasta el 22 Marzo de 2009 en Estambul y en todos los territorios para manifestar nuestra firme oposición al Foro Mundial del Agua de las grandes empresas transnacionales que buscan nuevas formas de mercantilización del agua. Seguiremos exigiendo la exclusión del agua de la OMC y de los demás acuerdos internacionales de libre comercio e inversión, tanto bilaterales como multilaterales del agua.