[es]Un espejo para mirarse a sí mismo[fr]Un miroir pour se regarder soi-même

[es]Concluida la 7 ma edición del Foro Social Mundial (FSM) de Nairobi, varias son las temáticas novedosas-audaces que se pasearon durante cinco días por los laberintos del Estadio Nacional de Kasarani. Una de ellas, de particular trascendencia para el movimiento altermundialista, la relacionada con el estado presente y futuro del propio FSM. Nairobi fue un prisma gigante desde el cual el FSM observó al planeta. Y un gran espejo donde se miró hacia sí mismo.

“El Foro Social Mundial ha jugado un rol importante pero es una fórmula que comienza a agotarse”, lanza casi como provocación el reconocido intelectual egipcio-senegalés Samir Amin, uno de los responsables del Foro Mundial de las Alternativas.

FSM agotado

Tras su reflexión varios argumentos acumulativos y lógicamente construidos. Para Amin el FSM no es hoy “un lugar de debate profundo sino de exposiciones e intercambios rápidos”.

Dinámica que no favorece la construcción de alianzas entre organizaciones capaces de convertirse en un movimiento, lo que aumenta el riesgo de limitarse a “un club de charlatanes o a un círculo cerrado de responsables de ONG”

Y por eso propone, en paralelo al FSM, imaginar la forma de crea realmente un marco organizado de alianzas, a nivel nacional, regional y mundial, “de los movimientos de masa”.

Amin reivindica el contenido del Documento de Bamako, suscripto en el marco del foro descentralizado del 2006 en Malí, que con sus ocho puntos intenta perfilar un suerte de carta-programa conceptual de lo que debería ser el nuevo planeta a construir.

En la base de sus planteos, una reflexión de fondo expuesta en un documento-artículo publicado en Roma en octubre del año pasado – y retomado parcialmente en el último Le Monde Diplomatique-, denominado “En defensa de la Humanidad”.

Este texto, distribuido en algunos de los espacios de debate en Nairobi, ratifica que “el capitalismo es un sistema obsoleto y enemigo de la humanidad”, que debe ser enfrentado a partir de “la radicalización necesaria de las luchas populares”. Para Amin -tal como lo repite a este corresponsal en una entrevista realizada en la capital keniana-, la mundialización no es un hecho “objetivo”, sino que es la estrategia de los poderes dominantes. Y en ese sentido, no se puede proponer “otra mundialización” sin destruir la existente. Y para ello es necesario “restaurar la dignidad de las naciones y la soberanía de los pueblos y de los Estados”.

Para esta lectura de la etapa actual que transita la humanidad, el concepto de *consenso* promovido por otros dirigentes altermundialistas como el brasilero Francisco “Chico” Whitaker, es “como mínimo ingenuo…y carente de un análisis de clases”.

El valor de la diversidad

Frente a la visión del intelectual egipcio, varios son los téoricos-militantes sociales que defienden la idea del foro como espacio amplio, y expresión de una nueva forma de concebir la política, alejada de las concepciones de la izquierda tradicional.

El libro recientemente editado por el brasilero Whitaker, uno de los ocho co-fundandores del FSM, es tal vez la expresión más sistemática de este pensamiento que se propone innovar sobre contenidos y formas.

“El Foro es un híbrido entre esas dos grandes concepciones, en aparencia incompatibles pero que en la práctica conviven desde la fundación misma del FSM”, subraya en diálogo exclusivo Boaventura Sousa Santos, prestigioso intelectual portugués.

Hay nuevas formas de entender la política y los conceptos políticos, explica Sousa. Indicando que por ejemplo, muchos pueblos originarios y otros actores sociales consideran “al socialismo como una definición a la occidental” , con la que no se sienten cómodos, y prefieren por ello hablar de liberación, de emancipación y de otro mundo posible.

Este aparente choque de posiciones, “la interpreto como expresión de fuerza, más que de debilidad” subraya con convicción el intelectual lusitano. “Veo en la diversidad actual y el relativo *caos* del Foro una señal de fortaleza”, insiste.

Recordando que las diferencias de pensamiento , en lo esencial, no son nuevas y se “remontan ya al primer FSM de Porto Alegre”, entre los que lo consideraban como un espacio de encuentro e intercambio y quienes proponían llegar a posiciones comunes únicas y suscribir documentos finales.

A pesar de estas tensiones internas, el aporte del FSM es un hecho innegable, subraya Sousa. Quien indica a manera de ejemplo, que “si bien no significa una revolución”, las instituciones internacionales y otros ámbitos de poder han tenido que ir incorporando en estos últimos años ciertos planteos y reivindicaciones que se expresaron en el FSM”.

Es esencial no tenerle miedo a la “complejidad propia de lo que vivimos” y seguir construyendo a partir de este proceso en marcha, insiste.

Los actores sociales toman la palabra

“Hay procesos históricos que no se pueden acelerar, al margen que nos gustaría hacerlo ”, enfatiza Hugo Yaski, secretario general de la Central de Trabajadores de Argentina, plataforma combativa que reúne a
1 millón 200 mil afiliados y que ha estado presente desde el origen mismo en el proceso de nacimiento del FSM.

No se puede “arriesgar la construcción del foro sobre la base de la diversidad actual para dotarlo de definiciones más precisas”, indica el dirigente sindical consureño. “Y esta interpretación es coherente con la experiencia que nos dicta la realidad, también en el trabajo diario en nuestros países. Muchas veces, cuando queremos avanzar más rápido y clarificar posiciones, perdemos en amplitud”.

Y su conclusión es tajante: “en este momento preciso, la actual fórmula del FSM en tanto espacio abierto de confluencia es la más correcta, la más adecuada para nosotros y tiene una razón de ser”.

Posición compartida por el hondureño Rafael Alegría, uno de los dirigentes de Vía Campesina, coordinación mundial de movimientos indígenas y del campo que nuclea a más de 100 millones de afiliados.

“Para nosotros el FSM, al que sostenemos desde su nacimiento y del cual somos uno de los pilares principales, es un espacio de intercambio, de construcción de alianzas, de reforzamiento de nuestras propias iniciativas y actividades”.

Sólo instantes después de la entrevista con Alegría, en uno de los locales del Estadio Internacional de Deportes, sede el foro, Vía Campesina lanzaba su “Campaña Global por la reforma agraria”, para la región africana. Nueva prioridad de la agenda de dicho movimiento que subraya en esta etapa la necesidad de recuperar y defender “la tierra, las aguas, las semillas, los bosques y los recursos naturales en general”.

¿ Afecta a Vía Campesina la falta de un programa político del FSM?, consultamos. “No es el objetivo ni le corresponde al FSM definir las estrategias. Cada movimiento social, a nivel local, nacional, regional y mundial es quien debe impulsar sus luchas y reivindicaciones. No es al foro de hacer los cambios, sino a los movimientos que lo integramos”.

Y la realidad, según Alegría, demuestra la viabilidad de esta fórmula. “La nueva situación política latinoamericana es también en parte el resultado del FSM y de su lucha por otro mundo posible”, concluye el militante hondureño.
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Au moment de conclure la septième édition du Forum Social Mondial (FSM) de Nairobi, on constate que nombreuses ont été les thématiques novatrices et audacieuses qui ont circulé pendant cinq jours dans les labyrinthes du Stade National de Kasarani. L’une d’entre elles est particulièrement importante pour le mouvement altermondialiste : c’est celle qui est en relation avec l’état présent et futur du FSM lui-même. Nairobi a été un prisme géant depuis lequel le FSM a observé la planète et un grand miroir où l’on se regarde soi-même.

Le fameux intellectuel égypto-sénégalais Samir Amin, l’un des responsables du Forum Mondial des Alternatives, lance de manière provocatrice : « Le Forum Social Mondial a joué un rôle important, mais c’est une formule qui commence à s’épuiser ».

Le FSM epuise

Sur la trace de cette réflexion, d’autres arguments suivent la même logique. Pour Amin, le FSM n’est pas aujourd’hui « un lieu de débat profond, mais de présentations et d’échanges rapides ».

Cette dynamique ne favorise pas la construction d’alliances entre les organisations capables de se transformer en un mouvement, ce qui augmente le risque de n’être finalement « qu’un club de charlatans ou un cercle fermé de responsables d’ONG ».

C’est pour cela qu’il propose, parallèlement au FSM, de créer un cadre organisé d’alliances au niveau national, régional et mondial, qui rassemblerait « les mouvements de masse ».

Amin revendique le contenu du Document de Bamako, signé dans le cadre du Forum décentralisé de 2006 au Mali, qui, avec ses huit points, essaie de profiler une espèce de lettre-programme conceptuel de ce que devrait être la nouvelle planète à construire.

Sur la base de ces propositions, une réflexion de fond est exposée dans un document-article publié à Rome en octobre de l’année passée et repris partiellement dans le dernier numéro du Monde Diplomatique, intitulé « Pour la défense de l’Humanité ».

Ce texte, distribué dans certains espaces de débat à Nairobi, estime que « le capitalisme est un système obsolète et ennemi de l’Humanité », qui doit être affronté à partir de « la radicalisation nécessaire des luttes populaires ». Pour Amin, comme il l’a répété dans une interview réalisée dans la capitale kenyane, la mondialisation n’est pas « un fait objectif », mais la stratégie des pouvoirs dominants. Dans ce sens, on ne peut pas proposer « une autre mondialisation, on ne peut que détruire celle qui existe ». Pour cela, il est nécessaire de « restaurer la dignité des nations et la souveraineté des peuples et des Etats ».

Pour cette lecture de l’étape actuelle que traverse l’humanité, le concept de « consensus » promu par d’autres dirigeants altermondialistes tel le Brésilien Francisco « Chico » Whitaker, ce concept est « le moins que l’on puisse dire ingénu… et il ne comporte pas d’analyse de classe ».

La valeur de la diversite

Face à la vision de l’intellectuel égyptien, il y a plusieurs théoriciens et militants sociaux qui défendent l’idée du Forum comme espace large et expression d’une nouvelle forme de concevoir la politique, éloignée des conceptions de la gauche traditionnelle.

Le livre récemment édité par le Brésilien Whitaker, l’un des huit cofondateurs du FSM, est peut-être l’expression la plus systématique de cette pensée qui se propose d’innover les contenus et les formes.

« Le Forum est un hybride qui voyage entre ces deux grandes conceptions, en apparence incompatibles, mais qui, dans la pratique, se côtoient depuis la fondation même du FSM », souligne Boaventura Sousa Santos, prestigieux intellectuel portugais, au journal Le Courrier.

Il y a de nouvelles formes de comprendre la politique et les concepts politiques, explique Sousa. Il donne un exemple : beaucoup de peuples indigènes et d’autres acteurs sociaux considèrent « le socialisme comme une définition à l’occidentale », avec laquelle ils ne se sentent pas à l’aise, et c’est pour cela qu’ils préfèrent parler de libération, d’émancipation et d’autres mondes possibles.

Cette contradiction apparente, « je l’interprète plutôt comme une expression de force», déclare avec conviction l’intellectuel lusitanien. « Je vois dans la diversité actuelle et le « chaos » relatif du Forum un signe de force ».

Il se rappelle que les différences de pensée, pour l’essentiel, ne sont pas nouvelles et « remontent au premier FSM de Porto Alegre » : d’un côté, il y avait ceux qui le considéraient comme un espace de rencontre et d’échange, et de l’autre, ceux qui souhaitaient arriver à des positions communes uniques et à la signature de documents finaux.

Sousa estime que, malgré ces tensions internes, l’apport du FSM est un fait évident. Il en prend pour exemple que, « même s’il ne s’agit pas d’une révolution », pourtant, les institutions internationales et d’autres instances de pouvoir ont dû incorporer, ces dernières années, des axes et des revendications qui se sont exprimés dans le FSM.

Sousa dit enfin qu’il est essentiel de ne pas avoir peur de la « complexité de ce que nous vivons » et de continuer de construire à partir de ce processus en marche.

Les acteurs sociaux prennet la parole

Hugo Yaski est secrétaire général de la Centrale des Travailleurs d’Argentine, plate-forme combattive qui réunit 1 million 200 mille affiliés et qui a été présente dès le début du FSM. Il déclare : « Il y a des processus historiques que l’on ne peut pas accélérer, même si on aimerait le faire ».

On ne peut pas « mettre en jeu la construction du Forum, sur la base de la diversité actuelle, parce qu’on voudrait le doter de définitions plus précises », estime le dirigeant syndical argentin. « Cette interprétation est cohérente avec l’expérience que nous dicte la réalité et aussi avec le travail quotidien dans nos pays. Souvent, quand nous voulons avancer plus rapidement et clarifier des positions, nous perdons en amplitude ». Sa conclusion est claire : « En ce moment précis, la formule actuelle du FSM en tant qu’espace ouvert de rencontre est la plus correcte et la plus adéquate pour nous tous, et elle a une raison d’être »,

Cette position est partagée par le Hondurien Rafael Alegria, un des dirigeants de Vía Campesina, coordination mondiale des mouvements paysans qui rassemble plus de 100 millions d’affiliés.

« Pour nous, le FSM, que nous soutenons depuis sa naissance et dont nous sommes l’un des piliers principaux, est un espace d’échanges, de construction d’alliances, de renforcement de nos propres initiatives et activités ».

Quelques instants après l’interview avec Alegria, dans l’un des locaux du Stade International des Sports, siège du Forum, Vía Campesina lançait sa « Campagne Globale pour la Réforme Agraire » pour la région africaine. C’est la nouvelle priorité de l’agenda de ce mouvement qui souligne, dans cette étape, la nécessité de récupérer et de défendre « la terre, les eaux, les semences, les bois et les ressources naturelles en général ».

Est-ce que le manque d’un programme politique du FSM affecte Vía Campesina ? « Le FSM n’a pas pour objectif de définir les stratégies. Chaque mouvement social, au niveau local, national, régional et mondial doit impulser ses propres luttes et ses propres revendications. Ce n’est pas au Forum de faire les changements, mais aux mouvements qui en font partie ».

Selon Alegría, la réalité démontre la viabilité de cette formule. « La nouvelle situation politique latino-américaine est aussi, en partie, le résultat du FSM et de sa lutte pour l’autre monde possible ».

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