Hambre global ¡Crimen político!

Marti Subira*

Parece una verdadera contradicción el desarrollo tecnológico y científico
alcanzado por el hombre en el siglo XXI y su supuesta incapacidad para
superar problemas tan elementales como el hambre en el mundo.

El hambre es un CRIMEN POLÍTICO, perpetuado por la manipulación de
nuestra conciencia sobre el problema. Pero puede ser eliminado con una
decidida presión ciudadana adecuada para que exista la necesaria
voluntad política donde actualmente no existe.

Ocho personas de cada diez en el mundo sufren actualmente hambre. Lo cual
significa que son muchas más que hace diez años, a pesar de que no se
publican ya estadísticas de muertes por hambre.

Y significa también que la teoría neoliberal del levantamiento de
barreras, lejos de promocionar los sectores deprimidos, no ha hecho más
que fomentar las desigualdades y aumentar la brecha social, haciendo que
los ricos lo sean cada vez más.

Quinientos millones de personas sufren de hambre crónica.

El hambre es responsable de unas 100.000 muertes diarias.

No podemos tampoco olvidar los más de 400 millones de niños esclavos, de
niños sin escolarizar, mientras que en el mundo se gasta diez veces más
en armamento que en ayuda humanitaria.

Ni los más de 1.500 millones de personas que están subempleados o en paro.

Ni los miles de personas que, a diario, mueren o están arriesgando su
vida en desprotegidos cayucos en busca de una orilla en la que sea
posible la supervivencia.

Nuestros mares próximos se están convirtiendo en auténticas fosas de
muerte. Se calcula que ya se han hundido y muerto en ellos más de
10.000 emigrantes. Hemos superado los asesinados del 11 S y del 11 M
juntos.

El hambre existe porque es un negocio, no es fruto del azar, de la buena
o mala fortuna, sino que es el resultado de una determinada forma de
organizar la vida económica y política.

La humanidad cuenta con alimentos, tecnologías y recursos suficientes
para atender adecuadamente a una población mucho mayor de la actual. Y
esto exige responsabilidades.

El hambre, más que el cambio climático, es el primer problema político.

Siendo fruto del expolio de los países empobrecidos, sin embargo los
organismos internacionales así como los partidos políticos
parlamentarios lejos de plantear soluciones son los cómplices más
destacados.

¿Qué ha hecho nuestro Congreso español ante este drama?

Venderles el Plan África y la Alianza de Civilizaciones. Les vendemos
humo y hacemos negocios a costa de la ayuda que les damos para que no
vengan.

Nosotros, los beneficiarios de una riqueza que lleva su sudor y su
sangre, somos los que nos arrogamos el derecho a decir cuántos son
suficientes y adecuados para mantener nuestro bienestar y cuántos están
de sobra.

Nuestro gobierno vende armas a más de 13 países en conflicto y aprueba
los presupuestos militares más altos de nuestra historia Hemos
aprovechado su desesperación para desmantelar todos los derechos
laborales, para reconvertir el mercado de trabajo en un mercado de
sumisos explotados.

Apoyan políticas legislativas que favorecen a los poderosos (la banca y
el gran poder financiero global) y aplastan a los débiles de la
sociedad, ejerciendo una inmoralidad sin precedentes, apoyada, ahora más
que nunca, en los paraisos fiscales y en la falta de control financiero
global. Y hemos dejado que lo que es de Justicia, se lo tengan que
“agradecer” los empobrecidos a las ONGs.

Hemos hecho lo que ningún empobrecido con dignidad aceptó nunca ni en
nuestro país ni en toda Europa: condenarlos a vivir de nuestras
“ayudas”, de las “ayudas” de las nuevas damas de la caridad, de los
nuevos ricos, que primero hacen a los pobres y luego los dan sopas
bobas.
Existirá hambre mientras se den unas relaciones políticas y económicas
injustas.

Existirá mientras el comercio internacional esté basado en el lucro, la
esclavitud y el expolio de los recursos de todo tipo en beneficio de una
minoría de países y élites corruptas.

Existirá mientras la financiarización de la economía global se lucre a
base de especular y empobrecer a quienes están fuera de su elitista y
excluyente círculo de super-enriquecidos inmoralmente.

Mientras se produzca un monopolio científico técnico que excluye a la
mayoría de la población Mientras la organización financiera
internacional favorezca la especulación y la usura, y mientras los
grandes organismos políticos internacionales (BM, FMI, OMC, OCDE…),
que no son democráticos, sigan desviando la atención hacia el 0,7%
desatendiendo el Nuevo Orden Mundial que hace 50 años les exigieron los
países empobrecidos.

Exigimos que los países enriquecidos dejemos de robar a los países
empobrecidos para que nadie se vea forzado a emigrar y a poner en
peligro su vida.

Defendemos un auténtico internacionalismo solidario.

Estamos en ATTAC, y en el movimiento alterglobalizador, para decir que ya
es hora de un cambio, de un programa político y un comportamiento
político fundamentalmente y radicalmente ético, en el que el hambre, la
esclavitud infantil, el paro, la precariedad, la exclusión genocida…, se
propongan como los primeros problemas políticos a resolver.
En el que impere, como primera norma política, la JUSTICIA GLOBAL

*Miembro de ATTAC-España

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