Hablan los Presidentes

Foto: Gastão Guedes

Un cambio de época

El primero en intervenir fue Rafael Correa del Ecuador quien comenzó afirmando que este
acto es una reafirmación de que estamos en un cambio de época en nuestra región y recordó
cómo hace sólo diez años, en medio del tsunami neoliberal, era impensable algo así. Como
castillos de naipes cayeron los gobiernos que imponían el Consenso de Washington,
consenso logrado sin la presencia Latinoamérica y que nos llevó a reforzar nuestra
dependencia y a empobrecer más a nuestros pueblos, expresó.

Mas adelante añadió: pero los pueblos latinoamericanos han ido despertando y nosotros,
como presidentes, somos sólo el reflejo de ese despertar. Los movimientos sociales son
parte nutriente de este proceso que tiene raíces históricas. Este año 2009 celebramos el
bicentenario de nuestra independencia de la metrópoli española y deberíamos proponernos
que sea además el año de la segunda y definitiva independencia.

El presidente Correa recordó cómo estamos en medio de una crisis que es del sistema
capitalista por eso, como es sistémica, su verdadera superación sólo es posible con la
emergencia de nuevos paradigmas. Fundamentó entonces por qué se ha propuesto como ese
nuevo paradigma el Socialismo del siglo XXI, que hereda muchos elementos del socialismo
tradicional pero renueva todo aquello que históricamente está vencido.

Mencionó los rasgos de la nueva propuesta socialista:

La acción colectiva frente al individualismo, el egoísmo y la competencia desmedida. La
acción colectiva dijo, tiene diferentes expresiones, una es comunitaria pero también hay
una dimensión a escala social y en esto es importante el rol adecuado del estado en la
economía, sin caer en el estatismo del socialismo tradicional. Esto es importante para
ayudar a traducir la acción colectiva en resultados concretos.

Rescatar el papel de la planificación, entendida como proyectos comunes, como visiones
compartidas que logren una sinergia dentro de los países y entre países.

Supremacía del trabajo humano sobre el capital.

Énfasis en los valores de uso y no en los valores de cambio.

Equidad social, expresada también como equidad generacional, de género y entre etnias.

Estos rasgos son compartidos en sentido general con el socialismo tradicional ahora ¿en
qué se diferencia esta propuesta de aquel socialismo?, se preguntó y a continuación
respondió: que no hay recetas, ni caminos únicos, que no es una propuesta estática ni
dogmática, sino que es capaz de leer los signos de los tiempos y las lecciones de la
historia. Que se centra en la creación de mayor bienestar para todos en primer lugar para
los más pobres. Que rechaza explícitamente la violencia y sobre todo que parte de
cuestionar la concepción de desarrollo del capitalismo, lo que no hicieron los procesos
socialistas en el siglo XX que se empeñaron en competir con el capitalismo no en crear
una verdadera alternativa al concepto depredador del capitalismo. La propuesta de
socialismo del siglo XXI hace suya la concepción del buen vivir o el vivir bien, que nos
viene de la tradición de nuestros pueblos originarios y que significa vivir con dignidad,
en armonía con la naturaleza y con respeto por todas las culturas.

Hay aquí entonces una verdadera propuesta alternativa al sistema que se derrumba. Más
adelante el Presidente Correa se refirió a la necesidad de avanzar más decididamente en
la integración latinoamericana como alternativa de la región ante esta crisis global.
Traer los fondos de nuestros países a la región en lugar de tenerlos financiando a los
países ricos. Hacer funcionar cuanto antes el Banco del Sur y avanzar hacia una moneda
común.

Mencionó como ejemplos positivos a UNASUR, -un mecanismo integrador que no se reduce al
comercio sino que está orientado a la creación de infraestructuras, programas
energéticos, y otras formas de colaboración- y al grupo de Río, -fortalecido ahora con la
presencia de Cuba y que debe dar paso a la Organización de Estados Latinoamericanos, para
dotarnos de un mecanismo político propio de la región sin la interferencia de potencias
extraregionales, a diferencia de la OEA que ha quedado sin sentido porque excluye a Cuba
e incluye a otros países que no tienen intereses, historia y tradiciones comunes con los
nuestros.

Hay que estar vigilantes, hay que actuar sin demora porque aunque el neoliberalismo está
en crisis van a tratar de mantenerlo vivo de alguna manera y van a intentar perpetuar
nuestra dependencia, sentenció por último el primer mandatario ecuatoriano.

El nuevo mundo ya es posible

Fernando Lugo, presidente de Paraguay prosiguió el intercambio con representantes de los
movimientos sociales reunidos en Belém de Pará, sede del Foro Social Mundial. Recordó su
participación en ediciones anteriores de estos eventos, antes de llegar a la primera
magistratura de su país.

Aseguró que su visión de cambio profundo no se ha modificado de entonces acá. No se trata
de un cambio que se generó en los centro de poder, afirmó. Se fue repensando, discutiendo
“debajo del árbol”, en alusión a una expresión popular paraguaya.

Nuestros gobiernos progresistas estamos convencidos de que los movimientos populares son
el soporte de los cambios en la región. Esas luchas son las que han transformado a
América. En Paraguay creemos en esta América Latina diferente y que nuestro país
recuperará su dignidad. Queremos ser tratados de igual a igual. Dijo que no habrá
descanso hasta lograrlo.

La época actual exige esfuerzo creativo para edificar una sociedad mucho más justa. Pero
Lugo no solo sueña con que mejore la región latinoamericana sino también el norte. No es
suficiente la determinación del recién electo presidente de los EEUU sobre el Centro de
detenciones de Guantánamo. Ese territorio es de Cuba y debe devolvérsele a su pueblo,
puntualizó.

La integración latinoamericana fue otro de los aspectos a los que se refirió en su
intervención de aproximadamente 20 minutos. Para que sea genuina tiene que venir desde
abajo, de ahí la urgencia de democratizar más nuestras sociedades para hacerlas
escenarios de participación popular.

Más que a tener paciencia, el llamado del Presidente Lugo a los activistas que participan
en el Foro Social Mundial, fue a impacientarse para derribar tantos muros y límites y
construir con mayor velocidad humana y cristiana el mundo mejor que nos merecemos y que
ya está siendo real.

Quiero que me convoquen

Cómo lo que es, un viejo compañero de luchas, habló Evo Morales a los participantes del
Diálogo sobre la integración popular de nuestra América. Pidió que no lo consideraran un
invitado sino que lo convocaran siempre para seguir discutiendo y compartiendo sobre las
luchas que han de seguir adelante. Recordó la etapa cuando los movimientos sociales de
Ecuador y Bolivia casi competían para ver quienes derribaban más gobiernos neoliberales y
mencionó la etapa que hoy se vive en ambos países para indicar que “si somos hoy
Presidentes, se los debemos a ustedes”. “Aquí están mis maestros en la lucha social”.

Más adelante señaló cómo en Bolivia son los movimientos sociales quienes están
garantizando las transformaciones y resaltó el triunfo del pueblo boliviano con la
aprobación de la nueva constitución que instituye jurídicamente los derechos por los que
se ha luchado durante tanto tiempo y crea las condiciones para continuar los cambios
necesarios. Esa constitución que la oligarquía nacional se juró impedir, para lo que
recurrió a todas sus artimañas, pero fueron derrotados. En esa lucha aparecen nuevos
enemigos y denunció el papel antipopular de la jerarquía católica boliviana y señaló que
ante estas actitudes el cree también que otra iglesia es posible, frase que arrancó un
fuerte aplauso entre los asistentes.

Mencionó cómo la nueva constitución en Bolivia establece como derechos humanos los
servicios básicos como agua, salud y educación, por lo que no podrán ser ya nunca
privatizados. Señaló también el principio constitucional que impide la presencia de bases
militares extranjeras en territorio boliviano.

Tenemos responsabilidades por la vida, la justicia, la soberanía y el planeta tierra,
para cumplir esas responsabilidades tenemos que hacer muchos cambios, pero si queremos
cambiar al mundo primero tenemos que cambiar nosotros mismos, librarnos de egoísmos,
ambiciones, pensar en primer lugar en la humanidad.

Recordó la frase zapatista, mandar obedeciendo y dijo eso es lo que hacemos en Bolivia,
cumplir el mandato del pueblo.

Terminó sus palabras diciendo que puede haber errores, pero no traiciones. Y repitiendo
“No se olviden de mí, convóquenme siempre”.

A la orden de los movimientos sociales

La diversidad de las luchas en América Latina podría explicarse desde quienes han llegado
al poder en la última década por la vía electoral. Hugo Chávez, presidente de Venezuela
estrenó la nueva época de gobiernos latinoamericanos. Diez años atrás hubiera sido
impensable una reunión entre cuatro presidentes de la región y sus movimientos sociales.
Estaba lejos aún la llegada a los gobiernos nacionales de un indígena, un soldado, un
sacerdote y un economista graduado en una universidad de Chicago, en la nación eje del
capitalismo mundial.

Ahora no solo Chávez, Lugo, Evo y Correa son invitados, convocados para intercambiar en
el FSM, sino que expresan su disposición para servirle a las causas que animan la
esperanza de otra América para los latinoamericanos.

Chávez al intervenir recordó sus orígenes comunes: somos consecuencia de las luchas
populares que han parido a estos presidentes. Repasó el tiempo transcurrido desde la
primera edición del FSM, en el 2001. Ya Venezuela se sacudía en medio de una revolución
bolivariana y sintió el respaldo de los movimientos sociales que en el 2006 sentaron
campamento en Caracas.

Las crisis económica y ambiental no son más que consecuencias del sistema capitalista que
destruye nuestras sociedades. El camino a seguir es el del socialismo, dijo Chávez.
Reconoció algunos de los indicadores en los que su país ha elevado la calidad de vida de
los venezolanos, como el índice de mortalidad infantil que ha descendido de 21 a 14 por
cada mil nacidos vivos y la declaración de territorio libre de analfabetismo, al igual
que Cuba y Bolivia.

El presidente bolivariano envió una felicitación a la Revolución cubana, en el
aniversario 50 de su triunfo y a su líder Fidel Castro, a quien llamó el padre de todos
nosotros, alguien a quien lleva a flor de piel, por sus enseñanzas en la lucha de la
vida. También recordó la visita de Fidel, en febrero de 1999 a su toma de posesión y
retomó algunas de sus ideas sobre la globalización neoliberal y sus nefastas
consecuencias para nuestros pueblos, un vaticinio de la crisis mundial actual.

Se refirió a los proyectos integracionistas que toman fuerza en la región, como el ALBA,
una alianza estratégica para enfrentar el ALCA, al igual que el Tratado de Libre Comercio
de los Pueblos, una iniciativa de Evo que contrarrestará los Tratados de Libre Comercio
(TLC) que EEUU ha impuesto en varios países latinoamericanos. Todas estas alternativas
siguen creciendo con nuevas incorporaciones y propuestas.

Chávez saludó especialmente a las mujeres y reconoció su trayectoria en los procesos
emancipadores latinoamericanos. Se despidió felicitando a los movimientos sociales por
todo lo que hacen para que ese mundo posible y necesario esté naciendo ya en América
Latina. Ahora es tiempo de cuidarlo como a un bebé para que crezca y se multiplique.

– José Ramón Vidal y Tamara Roselló
Caminos / Minga Informativa

Más información del FSM Belem en: http://alainet.org/fsm.php y
http://www.movimientos.org/fsm2009/

Más información: http://alainet.org

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