[es]El espacio político del Foro se ha reducido, segun Ramonet [fr]L’espace politique du Forum social s’est réduit

Foto: Si por Cuba

[es]No siempre es fácil sintetizar los grandes temas de la humanidad en pocas
palabras o explicar el complejo entramado internacional con sencillez.
Detrás de cada concepto, la síntesis y la riqueza pedagógica. Algunas de
las virtudes de Ignacio Ramonet, periodista, doctor en Semiología y en
Historia de la cultura, investigador, analista y por sobre todo, militante
social. Uniendo profesión y compromiso, a sus 63 años, no para ni un solo
momento. Apuesta por un movimiento alter mundialista politizado y
comprometido. Se entusiasma al convocar a un control ciudadano planetario
sobre los medios de comunicación (Observatorio mundial). Cazador-cazado,
“entrevistador”-entrevistado, Ramonet es generoso en palabras y
pensamiento. “Su” Le Monde Diplomatique lo prueba. Este diálogo, lo
confirma.

¿En tanto que sistemático analista de lo “universal”, cómo definiría la
situación de nuestro planeta hoy, a pocos meses de concluir el sexto año
del nuevo siglo?

A partir de cuatro características. La primera, determinante, la
globalización neoliberal. Es una particular dinámica político-económica,
político-ideológica o económico-ideológica que marca el mundo hoy.

La
segunda, el unilateralismo estadounidense. Los Estados Unidos dominan el
planeta, esencialmente a nivel militar, pero también en lo económico,
tecnológico, cultural y ejercen una presión evidente sobre todo y todos.

Otra marca de la etapa: una gran parte del mundo se encuentra marginalizada
a partir de las lógicas antes mencionadas. Especialmente África, donde se
concentran numerosos fenómenos trágicos, como el desempleo, las migraciones
masivas, las enfermedades y pandemias.

La cuarta característica, es la emergencia poderosa – que sin duda tendrá
un particular significado y marcará la segunda mitad del siglo en curso-
de importante regiones del continente asiático, en particular China e
India.

Un gran momento para Latinoamerica

¿Y América Latina en este particular concierto de la coyuntura mundial?

Curiosamente vive un momento que yo lo definiría como el mejor de su
historia. Especialmente en los últimos cinco años. Esto debido a tres
razones. Por primera vez el conjunto del continente no padece las taras
políticas que lo han caracterizado en otros momentos de su historia con las
dictaduras militares.

Por otra parte, por primera vez también, este
movimiento democrático permite la llegada al poder de sectores de la
oposición de centro-izquierda o de izquierda, que ocupan gobiernos y desde
allí impulsan cambios democráticos que esos países necesitan.

Por otra
parte, y tercer argumento, este particular momento político coincide con
una bonanza económica significativa a escala internacional, en particular a
partir del fin de la crisis de materias primas y esto está produciendo
índices de crecimiento en su conjunto como quizás nunca antes había
conocido América Latina.

Se dan, entonces, condiciones objetivas tanto
políticas como económicas para que se produzca el tan ansiado despegue
económico. Y por primera vez, en conjunto, desde su independencia en el
primer tercio del siglo XIX se produzca con la constitución o la
consolidación de las clases medias que tan importantes han sido.


Riqueza y desesperación social

Volviendo al estado del planeta tierra, polarizado e ilógico, y
retomando el análisis anterior, parecería que nos dirigimos a un pico de
embudo, punto máximo de las contradicciones internas a nivel mundial…

Absolutamente. Y esto tiene su explicación. La dinámica actualmente
hegemónica, la globalización, se apoya en una doctrina que es el
neoliberalismo que hace de la competencia y la competitividad, su
característica esencial. Y en nombre de esa globalización se da una batalla
casi generalizada, en la mayoría de los países, del mercado contra el
Estado y del sector privado contra el sector público. Y que incita a los
individuos a confrontarse con las colectividades o comunidades.

Es una
batalla mundial que hace que el territorio -en su sentido abstracto-, es
decir el espacio que poseían el Estado y los servicios públicos, en todas
partes, decrezca. Y por eso se da la paradoja que en muchos lugares donde
hay un gran crecimiento económico también se constata una gran
desesperación social. Es la característica del planeta hoy: tanta riqueza
acumulada y al mismo tiempo 2 mil millones de personas que viven en la
miseria.

La mentira al ataque

Paralelo a esta dinámica dominante, se constata una enorme avalancha
continua de información. Se vive, también, la paradoja de mayor cantidad
de información y, al mismo tiempo, una ciudadanía planetaria que parece
estar cada día más desinformada. ¿Es real esa paradoja?

Coincido plenamente con el enunciado y agradezco que introduzcas este
tema. Es muy real esta contradicción principal. En un mundo que en razón de
los grandes avances tecnológicos, especialmente de los últimos 15 o 20
años, produce más información que nunca -la avalancha gigantesca de la que
hablas- a través de prensa escrita, radio, TV e Internet. Pero en el que al
mismo tiempo se constata un fenómeno creciente de desinformación o mala
información.
Los medios de comunicación tan desarrollados en lo tecnológico, han
cambiado de campo, se han pasado al adversario.

La verdad como respuesta

¿En ese sentido se inscribe su tesis, lanzada hace sólo algunos años en
el marco el Foro Social Mundial, sobre la necesidad de una “ecología de la
información”?

Lancé esa idea en Porto Alegre en la perspectiva de impulsar la creación
del Observatorio Internacional de los Medios que se materializó. En la
perspectiva de promover un quinto poder y que los ciudadanos trataran de
recuperar una información propia, limpia, contra la información del poder.

La información, de la misma manera que nuestra naturaleza y el medio
ambiente, se ha contaminado con parásitos, bacterias y pesticidas. Y de
igual forma que intentamos defender el medio ambiente, debemos también
tratar de desintoxicar la información de todas las mentiras. Y esto pasa
por una reapropiación. Internet lo permite hoy. En ese marco tan pesimista
que describo, hay luces de esperanza. En particular porque existen, gracias
a Internet, muchas redes que tratan de contra- informar. Y nunca como ahora
fue tan eficaz la contra-información.


¿Se han dado pasos positivos o avances concretos en ese camino de
reapropiación de la información por parte del ciudadano?

Existe la conciencia que los medios no están funcionando como
corresponde. Pero es difícil pasar de esa conciencia a la acción. La
experiencia de los últimos años me indica que muy rápidamente se puede caer
sólo en el discurso militante. Y se piensa que por decir lo contrario que
dice la prensa dominante ya es bueno. Pero a veces lo contrario no es
correcto o no es suficiente. Los ciudadanos sienten que la información no
funciona pero no cada individuo es un periodista. No es tan simple trabajar
la materia prima informativa.

Altermundismo: actor novedoso

Disputas y búsqueda de alternativas…Tanto en los medios de
comunicación como, más globalmente, en la sociedad. ¿Qué etapa transita el
movimiento alter mundialista que se bate por “otro mundo posible”?

El altermundialismo, la búsqueda de opciones y alternativas a nivel
planetario, ha sido una de las grandes novedades de estos últimos 7 u 8
años. Indiscutiblemente es el actor político nuevo que más curiosidad e
interés ha suscitado. Al cabo de los 6 años de la creación del Foro Social
Mundial, que es el elemento catalizador de este movimiento, estamos en un
momento de reflexión. Sin duda el entusiasmo de los dos o tres primeros
años – ndr entre el 2001 y el 2003 se reunió en Porto Alegre- decayó un
poco.

Nunca fue tan intenso como ahora el sentimiento que hay que hacer
algo diferente porque lo que está en marcha a nivel de modelo planetario no
marcha. Pero nos damos cuenta que el movimiento está patinando. Es decir,
dando vueltas sobre sí mismo.

Hay que reconocer que el espacio político e ideológico del FSM se ha
reducido. Y lo digo teniendo en cuenta dos criterios. La confrontación
central hoy es entre los Estados Unidos y el islamismo radical. En ese
escenario el movimiento altermundialista se distancia de uno y de otro.
Tanto del neo militarismo estadounidense como del islamismo radical y sus
métodos espantosos. En esa confrontación, se juega un papel de
“observador”. Y en política, todo rol de observador implica inercia y
falta de iniciativa.

El segundo aspecto. El movimiento surgió con la idea central de que las
cosas se pueden cambiar desde abajo. Que no es necesario conquistar el
poder para cambiar una realidad, en continuidad con el pensamiento
zapatista del subcomandante Marcos. Que de una u otra forma sostiene que
se puede cambiar la sociedad cambiando cada elemento de la misma, desde
abajo. Y luego, sea cual sea el gobierno, éste va a tener que aceptar la
realidad de una sociedad cambiada.

Era en cierta manera, una de las ideas
predominantes en torno a las cuales surgió el FSM.
Pero en América Latina, justamente donde nació el Foro, llegaron al
Gobierno diversos actores progresistas, sea en Brasil, Bolivia, Argentina,
Venezuela etc. Y están logrando cambiar las cosas.

Recapitulo: ante el hecho de ser mero espectador del enfrentamiento
principal actual a nivel planetario y de ver que las transformaciones se
hacen desde el poder reformado a través de gobiernos progresistas, el
movimiento se ha reducido.

Creo esencial que el movimiento altermundialista escoja su campo y fije un
programa. Lo propuse hace dos años en Porto Alegre junto con una serie de
personalidades. Encontramos una docena de puntos que hacían la unanimidad
aunque manteniendo la diversidad. Sigo pensando que hay que integrar esos
doce puntos como objetivos y empujar todos hacia el mismo lado. De esta
forma el movimiento recuperaría un sentido y se comprometería con una
posición política.



RAMONET Y CUBA

“Cien horas con Fidel” -nombre de la edición cubana- o “Biografía a dos
voces” – nombre de la edición europea- es el nuevo libro que acaba de
publicar Ignacio Ramonet. Una síntesis de largas conversaciones entre el
intelectual y periodista español-francés y Fidel Castro, realizadas entre
principios del 2003 y mediados del 2005.

“Un libro excepcional” al decir del historiador cubano Pedro Alvarez Tabío
que lo prologa y que constituye un soporte constante de la memoria
histórica del dirigente cubano. Y explica la excepcionalidad en dos
principales razones. En primer lugar, “por la magnitud, la diversidad, la
amplitud y el alcance y trascendencia que tiene esta entrevista”. Por otra
parte, “por la profundidad de los análisis y respuestas del
entrevistado…” sobre una multitud de temas, “algunos de los cuales se
abordan con singular novedad”.

“Para mí como para la mayoría de los periodistas que hemos seguido el
proceso latinoamericano de cerca, el poder conversar más de 100 horas con
Fidel Castro, recorrer su vida y su itinerario político, ha sido
fascinante”, subraya Ignacio Ramonet.
Quien, a pesar su total solidaridad con el proceso revolucionario en la
isla caribeña, no esconde ciertas diferencias (e incluso críticas),
algunas de las cuales aparecen en la introducción del libro al señalar que
“ningún demócrata puede estimar normal la existencia de presos de opinión o
el mantenimiento de la pena capital”.

“He tomado mi distancia” enfatiza Ramonet, reconociendo que esos aspectos
críticos han sido aceptados y publicados también en la edición cubana. Al
decir de Pedro Alvarez Tabío, “con absoluta honestidad y transparencia,
Ramonet plantea en su introducción aquellas cosas con las que, desde su
punto de vista de intelectual europeo, puede no estar de acuerdo con
nosotros los cubanos”. Y completa: “con absoluta honestidad y
transparencia, esos señalamientos aparecen textualmente en esta edición
cubana. No prestaríamos el mejor servicio de lealtad al amigo ni de
honestidad ideológica si hubiésemos procedido de otra manera”.

Este libro-entrevista ha sido un privilegio, insiste Ramonet. “El encuentro
con, tal vez, el último monstruo sagrado de la política internacional…”

( Sergio Ferrari )



[fr]INTERVIEW – Pionnier de l’altermondialisme, le directeur du «Monde diplomatique» Ignacio Ramonet estime que le mouvement est victime de la polarisation entre islamisme radical et impérialisme américain. Pour le relancer, il mise sur l’adoption d’objectifs politiques communs.

Le directeur du Monde diplomatique, Ignacio Ramonet, reconnaît un certain essoufflement du mouvement altermondialiste. Pour le relancer, il prône l’adoption d’un programme politique consensuel.

Le Courrier: Vous avez été l’un des promoteurs du mouvement altermondialiste. Où en est-il aujourd’hui?

Ignacio Ramonet: L’altermondialisme, la recherche d’options et d’alternatives au niveau planétaire, a été l’une des grandes nouveautés de ces sept ou huit dernières années. C’est indiscutablement l’acteur politique nouveau qui a sollicité le plus de curiosité et d’intérêt. Six ans après la création du Forum social mondial, élément catalyseur de ce mouvement, nous sommes dans une phase de réflexion. Nous nous rendons compte que le mouvement patine, qu’il tourne en rond. Pourtant la nécessité de construire un monde différent n’a jamais été aussi forte.

Comment expliquez-vous cette phase d’incertitude?

L’espace politique et idéologique du FSM s’est réduit, je crois, pour deux raisons. La première tient à la confrontation centrale entre les Etats-Unis et l’islamisme radical. Face à ce conflit, le mouvement altermondialiste se distance tout autant du néomilitarisme américain que de l’islamisme radical et de ses terribles méthodes. Le mouvement joue en somme un rôle d’observateur. Or, en politique, ce positionnement implique inertie et manque d’initiative. Deuxièmement, le mouvement est né avec l’idée centrale d’un changement possible, depuis le bas. Ainsi, il n’était pas nécessaire de conquérir le pouvoir pour modifier une réalité, suivant ainsi la pensée zapatiste du sous-commandant Marcos. Cette philosophie a accompagné la naissance des forums sociaux. Or, l’Amérique latine, berceau du FSM, a vu l’arrivée au pouvoir de divers acteurs progressistes qui sont sur le point de pouvoir changer la réalité.

Comment voyez-vous le prochain FSM en 2007 à Nairobi, au Kenya?

C’est important que le FSM se déroule normalement, car il y a quantité d’actions et de projets à réaliser. Mais je crois essentiel que le mouvement altermondialiste choisisse son camp et se fixe un programme. Je l’ai proposé, il y a deux ans à Porto Alegre avec un groupe de personnalités. Nous avons défini une douzaine de points faisant l’unanimité tout en maintenant la diversité. Je continue à penser qu’il faut intégrer ces douze points comme objectifs et tirer tous à la même corde. Le mouvement retrouverait ainsi un sens. Je ne pense pas que le politique soit obscène. Au cas où nous n’intégrions pas ces propositions, nous courons le risque que le mouvement s’épuise tout seul et s’annihile, comme nous le voyons dans beaucoup d’organisations où s’exerce la lutte interne pour le pouvoir. I

Note : Traduction: Rosemarie et Maurice Michelet Fournier
Collaboration: E-CHANGER


Croissance et désespoir social


Comment définiriez-vous la situation de notre planète aujourd’hui, à la fin de l’an 2006?

Je vois quatre caractéristiques. La première, déterminante, c’est la globalisation néolibérale. L’unilatéralisme américain constitue la deuxième. Les Etats-Unis dominent la planète, essentiellement au niveau militaire, mais aussi au niveau économique, technologique et culturel. Troisièmement, une grande partie du monde se trouve totalement marginalisée. L’Afrique est particulièrement touchée car de nombreuses tragédies s’y concentrent: chômage, migrations massives, pandémies… Quatrièmement, l’émergence d’importantes régions du continent asiatique, en particulier la Chine et l’Inde, marquera la seconde moitié de ce siècle.

Et l’Amérique latine?

L’Amérique latine vit curieusement un moment que je définirais comme le meilleur de son histoire. Tout d’abord et pour la première fois, l’ensemble du continent ne souffre pas des tares politiques qui ont caractérisé son histoire au moment des dictatures militaires. Ensuite, et c’est aussi inédit, un mouvement démocratique a permis l’arrivée aux commandes de secteurs d’opposition de centre-gauche ou de gauche. Ces nouveaux gouvernements promeuvent des changements démocratiques nécessaires pour ces pays. Enfin, ce moment politique particulier coïncide avec des indices généraux de croissance que l’Amérique latine n’avait peut-être jamais connus. Ainsi, les conditions sont remplies pour que le décollage économique si espéré se produise et que des classes moyennes se constituent ou se renforcent.

Selon vous, la globalisation néolibérale reste la tendance la plus déterminante

Absolument, car cette dynamique hégémonique s’appuie sur la doctrine du néolibralisme, qui attribue à la concurrence et à la compétitivité des valeurs essentielles. Dans la majorité des pays, se livre une bataille presque généralisée, opposant le marché à l’Etat et le secteur privé au public. Partout, l’espace de l’Etat et des services publics se rétrécit. D’où le paradoxe suivant: là où il y a une fort croissance économique apparaît simultanément un grand désespoir social. Tant de richesses accumulées et en même temps deux milliards de personnes qui vivent dans la misère. Voilà le paradoxe de notre planète d’aujourd’hui.

Vous luttez aussi pour une autre information.

Il y a là aussi une contradiction majeure. Le monde, en raison des grandes avancées technologiques des vingt dernières années, produit plus d’information que jamais. Cette avalanche gigantesque se répand à travers la presse écrite, la radio, la télévision et internet. Mais en parallèle apparaît un phénomène croissant de désinformation ou de mauvaise information. La société perd de plus en plus confiance en l’information. Les canaux émetteurs se multiplient mais ils ne reflètent pas une pluralité informative. SFI

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