Los asfixiantes niveles de deuda aún son un gran obstáculo para combatir la pobreza en Africa, Asia y América Latina, pese a los esfuerzos de algunos países ricos por reducirla, sostuvo este lunes la ganadora del Premio Nobel de la Paz, Wangari Maathai.
La activista de Kenia, galardonada con el premio en 2004, instó a las naciones desarrolladas a redoblar sus iniciativas para cancelar las deudas de los países pobres, muchos de los cuales cargan con onerosas deudas contraídas durante anteriores gobiernos corruptos.
“Pese a la mejora en la democratización, la gobernabilidad y las promesas hechas por los países del Grupo de los Ocho, la carga de la deuda sigue impidiendo al desarrollo de la gente y la reducción de la pobreza”, dijo Maathai.
Bajo una iniciativa para perdonar la deuda, liderada por los países del G8 en 2005, un total de 19 países quedaron en condiciones de recibir una condonación por hasta 50 mil millones de dólares.
China, interesada en abastecer su pujante economía, también ha estado ofreciendo a Africa préstamos con bajas tasas de interés, junto con alivios de deuda, a cambio de acceso a los recursos naturales que posee ese continente.
“Llamamos a los gobiernos (de países ricos) y a las instituciones financieras internacionales a mantener sus proclamados estándares de justicia y equidad y a ver cuán ilegítima es la carga de la deuda para los pobres”, declaró Maathai, en un evento del Foro Social Mundial (FSM) que se celebra en Nairobi y que registra, al menos, 46 mil participantes.
Según el comité organizador, 46 mil personas “pagaron los derechos de entrada”, que se elevan a 50 chelines diarios (0.7 dólares/0.6 euros) para los kenianos y 500 chelines diarios (7 dólares/6 euros) para los no kenianos, precisó Oduor Ong’wen, miembro del comité de organización del FSM.
“Pero hay que saber que muchas personas participan en actividades del foro que se celebran” también en los barrios periféricos de Kibera y Korogocho, en Nairobi, donde no hay que comprar la entrada, añadió.
Unos cien jóvenes de la barriada de Korogocho se manifestaron hoy a primera hora de la tarde en el estadio de Kasarani, que alberga la mayoría de las actividades del foro, para protestar contra el precio de entrada y el de la comida y bebida en el recinto del foro.
“Esto no es un foro social. El precio de entrada es muy caro, aunque sea más barato para los kenianos. Pedimos que la entrada sea gratuita para los habitantes de los suburbios”, explicó una manifestante.
En cuanto al hecho de que haya que abonar una entrada, Oduor Ong’wen explicó que el comité de organización renunció a que aquella fuera gratuita por razones de seguridad.
Según Taufik Ben Abdalá, también miembro del comité organizador, para acceder a los anteriores foros sociales había que pagar.
“Desde que comenzó el Foro Social en 2001, siempre se fijó un precio de entrada en función de los medios de la población de los países en los que se celebraban los FSM. Denuncio a algunas organizaciones extremistas que manipulan a los keniatas”, dijo.
El primer FSM, celebrado en 2001, congregó a 20 mil personas, y desde entonces, el éxito de convocatoria fue aumentando, con 100.000 participantes en 2006, año en que se celebró simultáneamente en Caracas, Bamako y Karachi, Pakistán.