El FSM nació en 2001 en Porto Alegre. Tras definirse inicialmente como el “Anti-Davos del Sur”, hoy apuesta por otro mundo posible. En Berna, Sergio Ferrari entrevista para Swissinfo a Chico Whitaker Ferreira, uno de los ocho fundadores del denominado espacio altermundialista y premio Nobel Alternativo 2006
No faltan voces que aseguran que el FSM padece de una pérdida de poder de convocatoria.
Whitaker: El FSM es un espacio donde la gente, la sociedad civil de todo el mundo se puede encontrar, intercambiar, buscar soluciones conjuntas. Y ese espacio no está en reflujo sino en expansión.
Estaría en baja si nadie quisiera seguir organizándose y encontrándose. Pero no es el caso y los preparativos para la próxima edición de enero 2007 en Nairobi lo están demostrando. La expectativa de cara al próximo evento en África es enorme.
Sin embargo el movimiento altermundialista tiene problemas para encontrar alternativas concretas.
Whitaker: La humanidad está en búsqueda. Es una tarea amplia y ardua. Y esta búsqueda se corresponde con tiempos políticos largos. Estamos dando una extensa vuelta por encima de un siglo de intentos.
El problema es que muchas veces tenemos miedo de morir sin ver lo nuevo. Y de ahí una cierta ansiedad. Pero los cambios se darán en un caminar colectivo, sin apuros, en convergencia…
Ignacio Ramonet, director de Le Monde Diplomatique, afirmó recientemente que el futuro del FSM dependerá de la adopción de un programa político concreto.
Whitaker: No debemos imponer un programa político al foro, que es un espacio y no un super movimiento.
Son los movimientos sociales los que tienen que tener su programa. Pero ninguno de esos movimientos puede pretender ser el único ni el mejor. La enorme diversidad que reina en el FSM no cabe en un solo proyecto predefinido intelectualmente.
Es decir, para usted un programa podría ser limitante…
Whitaker: Sí. Por otra parte, cada día aparecen nuevos actores y protagonistas. La temática ecológica, por ejemplo, ha ido creciendo en estos últimos años de forma increíble. Incluso el concepto de la responsabilidad social de muchas empresas que empiezan a cuestionarse el concepto mismo del lucro. Y por eso no podemos reducir el FSM a un modelo completo y acabado.
No se puede volver atrás con recetas pre-elaboradas como en el pasado. Eso no impide que tal vez, en un momento, la humanidad pueda llegar a definir la sociedad nueva que todos queremos. Pero será en un proceso largo y paciente.
¿Qué aporta en concreto el Foro Social a las ONG, a los movimientos, a los sindicatos?
Whitaker: La oportunidad que ofrece el FSM a todos y cada uno es el de reconocerse mutuamente en sus diferencias. Es un plus estar en un espacio mundial donde hay diferentes organizaciones y movimientos que comparten grandes objetivos comunes pero que no se conocen bien entre ellos.
Es clave el concepto de convergencia. Y en torno a esas nuevas convergencias pueden organizarse nuevas campañas, iniciativas, luchas.
¿Construir redes de la sociedad civil a escala planetaria?
Whitaker. En efecto. Saltar barreras, es decir superar ideas preconcebidas. Y con toda certeza, si los sindicatos, las ONG, los movimientos sociales, llegan con los ojos y el corazón abierto -como ya sucedió en varios Foros anteriores- se darán cuenta de que las nuevas alianzas son esenciales y que está naciendo una nueva forma de comprender la participación ciudadana, de hacer la política y de impulsar las cuestiones reivindicativas.
Hablaba antes del próximo FSM en Kenya en enero próximo. ¿Cómo se prepara?
Whitaker. Con gran entusiasmo. Se realizarán foros y encuentros en muchos países desde ahora hasta enero. Se planean caravanas por tierra de diferentes puntos del continente hacia Nairobi.
Y a nivel de contenidos…
Whitaker: Esta nueva edición será portadora de varias innovaciones importantes. Tal como se comprobó en la última reunión del Consejo Internacional -instancia de facilitación del Foro-, reunida en la segunda semana de octubre pasado en Parma, Italia y en la que participaron 70 organizaciones miembros de unos 40 países.
A nivel metodológico se confirmó que los tres primeros días se realizarán actividades autogestionadas, dejándose la cuarta jornada para clarificar la agenda de los movimientos sociales para el 2007. Esto permitirá dar un paso adelante en identificar nuevas convergencias, proponer nuevas iniciativas. Significará un salto cualitativo, concreto.
¿Y qué significa que el FSM se realice por primera vez en Africa?
Whitaker: Las actividades e iniciativas africanas tendrán un lugar primordial en el programa.
Africa, para nosotros, se convertirá en Nairobi en el centro del mundo. Y todo indica que la cita keniana será trascendente. Participarán varias decenas de miles de personas y será un verdadero encuentro de los pueblos y naciones africanas.
Acaba de ser galardonado con el Premio Nobel alternativo de la paz que le entregarán el 8 de diciembre en Estocolmo. ¿Cómo valora esta distinción?
Whitaker: Tiene un gran significado político. Me lo otorgan por la labor de toda la vida, tal como dice el fundamento del premio. Pero el aspecto culminante es el Foro Social Mundial. Y fueron amigos del FSM de la India quienes propusieron mi nombre.
Por eso para mí significa un premio colectivo, que le corresponde a todos los que comparten y construyen este nuevo espacio y esta nueva forma de vivir y hacer la política. Y que lo entienden como horizontal, fortaleciendo las redes, en construcción permanente.
¿Emoción? ¿Alegría? ¿Sorpresa?
Whitaker: Todo eso. Y además el convencimiento de que esta distinción le dará todavía más visibilidad al FSM. Lo que me da una enorme satisfacción….