El choque de los colonizadores se está intensificando.
Mientras la resistencia a la ocupación del Estado turco en Afrin, en el norte de Siria, se convierte en una guerra de guerrillas encabezada por las Unidades de Protección del Pueblo (YPG/YPJ) –lideradas por los kurdos-, el pueblo palestino de Gaza pone sus cuerpos en peligro para desafiar su confinamiento, en lo que se ha descrito como el campo de concentración al aire libre más grande del mundo.
En esta batalla entre las fuerzas de ocupación, tanto el presidente turco, Reccep Tayyip Erdogan, como el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, creen que tienen autoridad para hablar en términos de “antiterrorismo”. Ambos ven las acciones de sus propios gobiernos como legítimas, al tiempo que creen que pueden llamar hipócrita al otro. Esta guerra de palabras muestra una profunda y enfermiza ironía, dadas las similitudes entre ambas ocupaciones.
¿Se acerca una nueva Intifada?
El mundo entero observa los acontecimientos en Gaza mientras se acerca el 70º aniversario de la Nakba, o Catástrofe, que se cumple el 15 de mayo. Esto significa que se cumplen siete décadas desde la expulsión de sus hogares durante la limpieza étnica que sentó las bases para el establecimiento del Estado de Israel. En los eventos de 1948, al menos 700.000 palestinos fueron obligados a abandonar sus casas y nunca se les otorgó el derecho al retorno, viviendo como refugiados semipermanentes y apátridas que esperaban, generación tras generación, la oportunidad de volver a ver su patria.
Los palestinos han estado tambaleándose al borde de una nueva Intifada, o levantamiento, durante años. El anuncio del presidente estadounidense Donald Trump, a fines del año pasado, de que reconocería a Jerusalén como la capital de Israel desencadenó protestas masivas.
Sin embargo, fue durante la conmemoración del Día de la Tierra, que recuerda la masacre de seis el 30 de marzo de 1976, que el ejército israelí asesinó a sangre fría a 17 palestinos, e incluso twitteó diciendo que sabían “dónde había caído cada bala”, una señal de la naturaleza premeditada de la masacre.
Un nuevo momento para la resistencia kurda
La ocupación turca de Afrin se manifiesta de la manera más descarada, en la cual las banderas del llamado Ejército Libre Sirio son el telón de fondo para la autocracia de Erdogan.
Los niños que hace solo unas semanas podían estudiar y hablar en su kurdo nativo, ahora están siendo conducidos, una vez más, por el camino de la asimilación. En esta ocasión no es dentro del monolítico Estado árabe sirio (el idioma kurdo era ilegal cuando Afrin estaba bajo el control del gobierno del Baath), sino el de la dictadura neo-otomana de Erdogan. Las escenas de niños obligados a ondear banderas turcas en las aulas son repugnantes. En una señal de que Ankara tiene la intención de quedarse, por eso el gobierno de Erdogan sigue adelante con la formación de órganos de administración para la ocupación de Afrin.
El equivalente kurdo de la “Intifada” palestina es el “Serhildan”. El levantamiento de las masas kurdas no se limita a Afrin, dado que su patria histórica se extiende por los estados-nación contemporáneos de Siria, Turquía, Irak e Irán.
Sin embargo, Afrin brinda el punto focal para la resistencia contra los intentos del gobierno de Erdogan de subyugar a los kurdos no solo dentro de las fronteras turcas, sino a través de la región. Afrin es el grito de batalla para la causa kurda. Al mismo tiempo, las fuerzas turcas están llegando al norte de Irak en este momento, amenazando con seguir los pasos del llamado Estado Islámico al capturar Shengal, donde se cometió el genocidio de los yezidíes en 2014.
Ciudades como Cizre, en el sureste de Turquía, fueron arrasadas por los militares de Erdogan en sus operaciones antiterroristas en 2015. Las imágenes de estas ciudades podrían confundirse fácilmente con las de la ocupación israelí en Cisjordania.
Erdogan versus Netanyahu: Los hipócritas hablan
Después de la masacre por parte de las fuerzas israelíes en Gaza durante el Día de la Tierra, Erdogan intentó posicionar a su gobierno como el aliado natural de las masas palestinas. Esto es tan absurdo como lo fue cuando organizó una cumbre de líderes musulmanes después del anuncio de Trump sobre Jerusalén a fines de 2017.
En un discurso brindado en Adana la semana pasada, Erdogan dijo de Netanyahu: “¡Oye, Netanyahu! Eres un ocupante. Y es como un ocupante que estás en esas tierras. Al mismo tiempo, eres un terrorista. Lo que le hagas a los oprimidos palestinos será parte de la historia y nunca lo olvidaremos. Los israelíes no se sienten cómodos con lo que estás haciendo. No somos culpables de ningún acto de ocupación”.
¡Qué hombre tan noble! Por supuesto, uno podría oír fácilmente estas palabras siendo dichas por cualquier persona, incluido Netanyahu, contra el propio Erdogan; deben estar de acuerdo en que también se adecuarían a ese contexto. Todo lo que uno debería hacer es reemplazar a los “palestinos” con los “kurdos” y al “pueblo israelí” con el “pueblo turco”.
Del mismo modo, la respuesta de Netanyahu a Erdogan revela que no tiene una pierna para pararse. En respuesta al presidente turco, dijo: “Alguien que ocupe el norte de Chipre, invada las regiones kurdas y asesine a civiles en Afrin, no debería predicarnos sobre valores y ética”.
Por supuesto, Netanyahu tiene razón acerca de que Erdogan no tiene derecho a predicar acerca de la ética. Sin embargo, tampoco es un verdadero amigo del pueblo kurdo. El apoyo al gobierno regional capitalista del Kurdistán (KRG) en Irak no es lo mismo que el apoyo a un genuino movimiento revolucionario y anticolonial como el Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), cuyos primeros mártires perecieron en el Valle de la Bekaa, en Líbano, al luchar junto a la Organización de Liberación de Palestina (OLP) contra el Estado israelí (1).
Del mismo modo, el hecho de que Erdogan brinde apoyo material y político a Hamas, el partido que gobierna Gaza desde 2006, no significa que pueda ser un verdadero amigo de las masas palestinas. Ninguna cantidad de emisiones de noticias semioficiales de Turquía, cuyo objetivo es presentar a Ankara como anticolonialista, puede oscurecer esta contradicción.
Por su parte, Hamas ha correspondido el apoyo de Turquía saludando la ocupación de Afrin. El ex líder de la organización Khaled Mashal dijo después de la captura de la ciudad que “la victoria en Afrin es un modelo de la voluntad turca, y si Dios quiere registraremos victorias heroicas para apoyar a nuestra nación islámica”.
Las posiciones de Hamas y Leila Khaled
Un punto fundamental debe ser entendido. La posición de Hamás frente a Turquía socava seriamente cualquier afirmación de que se trata de un movimiento basado en el anticolonialismo.
No se puede tomar una posición en contra de la ocupación en un contexto y, sin embargo, animar oportunamente la ocupación y el colonialismo en otro. Lo mismo puede decirse de las organizaciones reaccionarias kurdas, ya sea el Partido Democrático del Kurdistán (PDK) de Massoud Barzani, o cualquiera de los otros partidos que ven a Israel como un aliado en su lucha contra la asimilación árabe. Los principios son vitales.
Afortunadamente, hay ejemplos dentro del movimiento palestino que desafían la posición de Hamas y se han aliado con el pueblo kurdo en su lucha por Afrin. En febrero, Leila Khaled, del Frente Popular para la Liberación de Palestina (FPLP), asistió al Congreso del Partido Democrático de los Pueblos (HDP), una formación kurda mayoritaria en Turquía que ha sido la principal víctima de la represión política de Erdogan. Hablando en el Congreso, Khaled dijo: “Hoy en Ankara vi dos escenas diferentes. Por un lado, todos los policías que rodeaban la sala del congreso y llenaban las calles. La misma imagen que vemos en Palestina. Pero, por otro lado, he visto a los pueblos de Turquía y Kurdistán. Las voces que se alzan en esta sala ahogarán los grilletes de todas las prisiones y se convertirán en el eco de las voces de todos los pueblos. Donde haya colonialismo, opresión y violencia, la resistencia ganará fuerza. Estamos resistiendo. Somos la voz de aquellos que resisten el colonialismo. Los saludo en nombre del pueblo palestino que lucha. También levantamos nuestra voz contra la guerra en Afrin. Las guerras no promueven la vida sino que conducen a la muerte. Los pueblos construyen vida y el futuro. Desde este lugar saludo a todos los pueblos que se resisten”.
El caso de Lowkey
Hace días, recibí un mensaje preocupante. Un artista que conozco desde hace casi una década a quien considero un amigo, camarada y un ser humano genuino y de principios, viajaba a Turquía para actuar en una universidad.
El artista en cuestión es Lowkey, un músico de hip-hop iraquí-británico conocido por ser un firme defensor de la lucha palestina. Fue en este contexto que nos conocimos en 2009, ya que ambos actuamos en espectáculos de solidaridad con Palestina en los Estados Unidos antes de viajar juntos a Palestina el año siguiente. Aunque en los últimos años no nos hemos visto a menudo o hemos estado en comunicación frecuente, siempre he mantenido un gran respeto por su trabajo. Por lo tanto, lo que se hizo tan difícil escuchar que se presentaría en Estambul, una movida que consideré similar a la presentación en una universidad dentro del estado de Israel. Como defensor del BDS (Boicot, Desinversión, Sanciones) podría hacerlo mejor.
Por lo que yo entiendo, Lowkey decidió cancelar el espectáculo. Esto vino después de la tremenda presión de los activistas solidarios del Kurdistán. Por ejemplo, el Sindicato de Estudiantes de Kurdistán en el Reino Unido publicó una declaración en la que hablaba de su decisión de actuar en Turquía, y dijo: “Nos parece muy insultante, ya que la misma canción (‘Ahmed’) que planea presentar mañana se basa en Aylan Kurdi, el niño kurdo que fue arrastrado a tierra como resultado de los ataques del ISIS, que es ampliamente conocido por haber sido apoyado por el gobierno turco de Erdogan. Esto es muy decepcionante ya que Lowkey ha llamado a los artistas a no actuar en Israel, que es tan fascista como el Estado turco. Al invitarlo a realizar su trabajo sobre los refugiados, están tratando de encubrir su guerra contra los kurdos utilizando voces ‘progresistas’ y ‘liberales’. Esto funciona como el acuerdo de refugiados entre la UE y Turquía: proporcionar cobertura política para sus crímenes de guerra contra los kurdos”.
Si Lowkey no siguió adelante con su espectáculo en Estambul fue una decisión honorable. Sin embargo, sigue siendo esencial que no resuelva el problema bajo la alfombra, pero que condene resueltamente la postura del gobierno turco con respecto a Afrin y las masas kurdas. Cualquier otra posición es inconsistente con los principios revolucionarios y la política que yo sé que él defiende.
BDS de Palestina a Kurdistán
En respuesta a los acontecimientos en Gaza, el Sindicato de Estudiantes de Kurdistán también ha decidido participar en una gran movilización de Londres por Palestina. La acción de solidaridad del bloque kurdo en la manifestación es un movimiento importante hacia el fomento de la solidaridad entre los dos movimientos anticoloniales.
Uno solo puede esperar que esta solidaridad sea correspondida por importantes sectores de la izquierda palestina, quienes entienden que el antiimperialismo y la política anticolonial significan construir vínculos con otros movimientos que comparten luchas comunes.
En los últimos años, el movimiento Boicot, Desinversión y Sanciones ha elevado el perfil de la lucha palestina a nivel mundial. La negativa a comprar bienes fabricados en los asentamientos israelíes ha sido una manera concreta de elevar la causa palestina a una audiencia mundial. Retoma los boicots de Sudáfrica, que persistieron durante el reinado del gobierno del apartheid hasta su desaparición en 1994.
Ahora, los activistas kurdos están retomando el ejemplo del movimiento palestino llamando a boicotear a Turquía. La Unión de Comunidades de Kurdistán (KCK) ha emitido una declaración que dice que “el mayor golpe para la economía de guerra es el boicot de todos los bienes producidos por el régimen y las compañías colonizadoras turcas, principalmente en los sectores de la industria, la alimentación. El boicot de todos los productos básicos turcos, especialmente por los kurdos y el Kurdistán, debilitará la economía de guerra de Turquía. Tal orientación organizacional y las acciones de boicot podrían derribar la ya tambaleante economía turca a través de una reacción en cadena”.
Que nadie que se considere progresista o revolucionario sea engañado para ponerse de parte de Erdogan o Netanyahu porque dicen las cosas “correctas” sobre la brutalidad del otro. Su hipocresía no necesita reflejarse en nuestras propias declaraciones y acciones hipócritas. Los de la izquierda pierden toda apariencia de respeto en el momento en que se enfrentan con una lucha anticolonial y se niegan a hacerlo con otra. Nuestra unidad es nuestra fortaleza. La Intifada y el Serhildan deben ser resueltamente apoyados.
Notas:
(1) Para más información sobre este tema, consulte mi artículo “El vínculo entre las luchas revolucionarias kurda y palestina”
FUENTE: Marciel Cartier / The Región / Traducción y edición: Kurdistán América Latina