Depende de escritores, periodistas y medios de comunicación independientes tratar de equilibrar de nuevo la visión sesgada y confusa de los asuntos sirios que se nos han comunicado habitualmente. De manera más urgente, debe abordarse el silencio de la prensa internacional respecto a la invasión turca del cantón Afrin, en el norte de Siria. La crisis de refugiados resultante sigue en marcha.
Antecedentes
Actualmente, el cantón de Afrin es un área que depende de la Federación Democrática del Norte de Siria, de mayoría kurda, conocida como Rojava, administración autónoma que reconoce la participación en los procesos democráticos de otros grupos étnicos, incluidos árabes, turcomanos y cristianos asirios. La Federación está compuesta por los cantones de Afrin, Jazira y Kobanê. Este es el campo de prueba pionero de un experimento dirigido por los kurdos basado en la democracia directa, feminista, pluralista y radical; su versión del “confederalismo democrático”, un sistema que se ha desarrollado oportunamente durante la llamada guerra civil siria que comenzó en 2011.
El “confederalismo democrático” como teoría de gobierno fue desarrollado por el académico estadounidense Murray Bookchin (1921-2006) y adoptado por Abdullah Öcalan (1), líder ideológico de los kurdos sirios y fundador del controvertido Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), que han sido más activos en Turquía e Iraq, luchando contra la opresión cultural y militar de los gobiernos de estos países.
“Jin -Jiyan-Azadi” es uno de los lemas de la revolución de Rojava. En lengua kurda, significa “Mujer Vida Libertad”, y se refiere a los tres pilares del confederalismo democrático al estilo kurdo: la liberación de la mujer o, mejor dicho, la representación en igualdad de género en todos los ámbitos de la política y la sociedad; ecología (o “ecología social”, para usar el término de Bookchin); y la libertad de la democracia directa, trabajando desde las asambleas a nivel de calle.
Durante siglos, los kurdos han sido oprimidos en su tierra natal de Kurdistán, que no tiene fronteras legales reconocidas internacionalmente. Kurdistán comprende áreas de Siria, Turquía, Irak e Irán. Desde la formación de estos estados-nación, en sus divisiones actuales con menos de un siglo de antigüedad, sus gobiernos han atacado despiadadamente a los kurdos y su cultura. Se les han negado los derechos otorgados a otros ciudadanos de estos países, e incluso se los ha perseguido por hablar kurdo, en un intento de erradicar por completo su cultura.
Los kurdos y su derecho al autogobierno político y cultural en las regiones de Kurdistán han ganado apoyo internacional entre grupos de izquierda y organizaciones de derechos humanos a lo largo de los años. Con sede en el Reino Unido, Peace In Kurdistan (PIK) es una destacada organización que lucha por el final pacífico de la denominada cuestión kurda, pero al mismo tiempo apoya la prerrogativa de los kurdos a la autodefensa militar. Entre los mecenas notables de PIK están Jeremy Corbyn y Noam Chomsky. La Federación Democrática del Norte de Siria es vista por algunos izquierdistas como una respuesta creativa y revolucionaria por parte de los kurdos de esa región a una larga narrativa histórica de estados-nación en guerra que han utilizado al pueblo kurdo como peón en sus juegos de poder.
El presidente sirio Bashar Al Assad ha mostrado cierta tolerancia hacia la Federación Democrática. Se ha visto empantanado en otros lugares de Siria luchando contra el Ejército Sirio Libre rebelde (FSA). Además, las Unidades de Protección del Pueblo dirigidas por los kurdos de la Federación, las YPG mixtas, y la milicia YPJ exclusivamente femenina han sido las fuerzas más exitosas en Siria al derrotar al llamado Estado Islámico (EI), enemigo de Assad a pesar de que éste ha demostrado un enfoque “pragmático” hacia él.
Los Estados Unidos también han reconocido la eficacia de las YPG e YPJ y las Fuerzas Democráticas Sirias (SDF) del norte de Siria, que incluyen un gran contingente árabe; y han brindado un gran apoyo a las unidades en el terreno durante los últimos años de la llamada guerra civil siria. Sin embargo, Assad finalmente busca una Siria unificada desprovista de la Federación. El reciente apoyo tardío de Assad a los kurdos de Afrin, utilizando fuerzas del gobierno sirio contra las fuerzas turcas invasoras que, a su vez, se aliaron con el FSA y supuestamente ex combatientes de Estado Islámico, fue una respuesta totalmente estratégica al traspaso de las fronteras nacionales, en lugar de una respuesta a la violación de la Federación.
La invasión turca de Afrin
¿Por qué Turquía invadió Afrin, en el norte de Siria, en enero de 2018? Había muchas razones, pero “asegurar sus fronteras contra los terroristas”, como el presidente Erdogan y sus aliados de la OTAN afirmaron que era la justificación, era seguramente la menor de ellas. De hecho, con mucho, las actividades más terroristas relacionadas con la invasión turca, engañosamente con el nombre en código “Operación Rama de Olivo”, fueron llevadas a cabo por las fuerzas aliadas de Turquía, el FSA y supuestamente ex combatientes del EI reclutados por la propia Turquía. Estos militantes han incautado y saqueado casas y granjas durante la ocupación de Afrin, y han establecido permanentemente su residencia en la región, en base a la estrategia de Erdogan.
Según la ONU, a marzo de 2018, hasta 167.000 personas han sido desplazadas por la invasión. Las atrocidades cometidas por los militantes aliados de Turquía durante la operación incluyen la mutilación de un cadáver femenino, acompañado por un lenguaje misógino, y la propagación de este evento en las redes sociales.
Los miembros de la OTAN, incluidos el Reino Unido y los Estados Unidos, en general podrían confiar en que los principales medios internacionales no van a poner en peligro sus relaciones estratégicas con Turquía al contar la espantosa verdad de la “Operación Rama de Olivo”. En el caso del Reino Unido, Theresa May y su gobierno no querrían que se perturbaran los tratos lucrativos de armas con Turquía. De hecho, la operación de Turquía fue parcialmente armada por el Reino Unido.
Los kurdos presentes en la administración de la Federación del norte de Siria, el órgano rector conocido como TEV-DEM, son democráticamente elegidos por la población de la región. En general, estos kurdos tienen fuertes vínculos ideológicos con el fundador del PKK Abdullah Öcalan, que ha estado recluido en régimen de aislamiento en una prisión turca desde 1999. A pesar de cierta asociación que es probable entre algunos miembros del PKK en Turquía y miembros de las YPG en Siria, históricamente, el PKK no ha estado activo en Siria. La identificación al por mayor del PKK con las YPG, parcialmente utilizada por el presidente Erdogan como una excusa para atacar a las YPG en Afrin, no está justificada. Desde el comienzo de los conflictos internos en Siria en 2011, la región de Afrin ha sido comparativamente pacífica. La invasión de principios de este año se resume mejor como la expansión imperialista y la transferencia de problemas internos a los territorios extranjeros cercanos. Afrin, de mayoría kurda, ha sido redefinido públicamente por el presidente Erdogan como “Afrin de mayoría árabe” (principalmente sunita), que incluye el reasentamiento de combatientes no turcos leales a Turquía.
A fin de dar mayor énfasis a lo expuesto, insistimos en que no hay razón para confiar en las motivaciones declaradas por el gobierno turco respecto a las políticas hacia Siria y, desde luego, hacia la población de Kurdistán en los cuatro estados-nación de esa región. Del mismo modo, TRT World, el canal de televisión turco con presencia en YouTube, es ampliamente considerado por los observadores independientes como un canal propagandista. Y esto a pesar de su brillante presentación, que puede pillar desprevenido al visitante promedio de YouTube. Dentro de Turquía, el gobierno turco ha restringido la cobertura de prensa de la invasión de Afrin a menos que muestre su apoyo. La organización sin fines de lucro Reporteros sin Fronteras, con sede en Francia, señaló que se esperaba que la prensa estuviese al “servicio del gobierno y sus objetivos bélicos”. Según Wikipedia, “cientos de personas han sido detenidas por manifestarse contra la operación. Más de 800 usuarios de redes sociales y casi 100 políticos y periodistas han sido detenidos por criticar la operación. Las autoridades turcas también han arrestado a numerosos líderes y miembros de alto rango de partidos políticos pro-kurdos e izquierdistas”.
El silencio de la prensa internacional
La prensa internacional ha permanecido relativamente silenciosa sobre la invasión de Afrin. De hecho, no me hubiese inspirado a escribir este artículo si no hubiera leído el artículo independiente en línea “Mientras el mundo mira a Ghouta Oriental, los civiles en Afrin están siendo asesinados en masa por las fuerzas turcas” (9 de marzo de 2018).
Los ataques del presidente Assad a Ghouta Oriental, un suburbio de la capital siria, Damasco, durante febrero y abril de 2018, recibieron gran atención de la prensa internacional y fueron condenados por la mayoría de los estados miembros de la ONU, incluidos Estados Unidos y el Reino Unido. Esto fue aparentemente por el horror absoluto de la ofensiva del gobierno sirio. Los ataques tuvieron como objetivo infraestructuras civiles, incluidos hospitales, y tuvieron como resultado un número de muertos superior a 1.700, incluidos muchos niños, y provocando unas condiciones de vida para los residentes sitiados que se asemejan al “infierno en la Tierra”, según el Secretario General de la ONU.
La invasión de Afrin también estuvo marcada por la atrocidad y el bombardeo de familias civiles, no solo kurdos sino refugiados árabes. Las atrocidades incluyeron el tiroteo indiscriminado por parte de guardias fronterizos turcos contra refugiados que trataban de escapar a Turquía. Aunque el número de muertos civiles ha sido menor que en Ghouta, según los informes entre 300 y 500, el claro contraste en la actitud de la “comunidad internacional” de los estados-nación ha sido evidente. La actitud ha sido el silencio, o incluso el apoyo, como Theresa May, la primera ministra del Reino Unido, quien declaró que apoyaba el “derecho de Turquía a proteger sus fronteras”.
The Independent señala que “la mayor diferencia entre las dos situaciones es que las atrocidades en Damasco son publicitadas por los medios en todo el mundo, mientras que en el caso kurdo se las considera escasamente dignas de mención”. Las corporaciones de medios como la BBC fallaron estrepitosamente. Aunque estaba claro que era inconveniente políticamente para los estados miembros de la ONU criticar la invasión turca, vale la pena especular que hubo un apoyo tácito más profundo de todos los estados-nación, precisamente porque el modelo kurdo del Confederalismo Democrático desafía ideológicamente la autoridad de los gobiernos centralizados.
The Independent concluye su artículo diciendo: “en muchos aspectos, el papel de los medios internacionales en la guerra siria ha sido tan parcial y engañoso como las partes en conflicto dentro del país o sus patrocinadores extranjeros”. Yo iría más allá y sugeriría que la hipocresía general de los principales medios de comunicación, tanto nacionales como internacionales, es y siempre ha sido una característica clave de la política nacional e internacional, y es necesario que los estados-nación mantengan y justifiquen sus territorios y compitan con otros estados-nación, quizás incluso para justificar su propia existencia. No defiendo aquí el borrado de todas las fronteras nacionales, sino que simplemente describo las fuerzas en juego. La hipocresía del Estado-nación es precisamente la razón por la cual Abdullah Öcalan desarrolló las ideas antiestatales de Murray Bookchin como una posible solución a la Cuestión Kurda. Sin embargo, mientras haya plataformas mediáticas independientes y democráticas, especialmente aquéllas abiertas a reporteros y redactores independientes, habrá esperanza de que las perspectivas de los medios de masas puedan ser corregidos y enfrentados.
La crisis actual en el distrito de Afrin y áreas circundantes
Mientras escribo esto a mediados de mayo de 2018, la crisis humanitaria causada por la invasión de Afrin sigue en curso. Por supuesto, el final oficial de la operación militar a finales de marzo no fue el final del sufrimiento de la gente de Afrin. El acceso de las personas desplazadas de Afrin a las agencias internacionales de ayuda va mejorando, pero decenas de miles siguen desplazados. Su movimiento está restringido por la falta de alojamiento, la escasez de suministros médicos y la continuación de los secuestros y, supuestamente, los homicidios de los ciudadanos de Afrin. Estos son llevados a cabo por insurgentes armados con amplios lazos con Turquía, y en base a “delitos” como estar asociados con la administración autónoma liderada por los kurdos de la Federación Democrática, o estar asociados con el gobierno nacional sirio.
Podemos agradecer a una Internet relativamente democrática -aunque esté bajo amenaza- y a medios de comunicación independientes basados en la red, que se siga abordando una gran cantidad de información confusa, desequilibrada o sesgada, ya sea en Siria o en cualquier otro lugar. Esta era de Internet puede ser el momento más oportuno que ha tenido la humanidad durante su historia civilizadora para superar los intereses de poderosas élites políticas y mediáticas, para que los propios ciudadanos representen este mundo de ciudadanos.
(1) Nota de Kurdistán América Latina: Si bien Öcalan toma conceptos teorizados por Bookchin, el Confederalismo Democrático tiene un desarrollo más profundo que tiene que ver con la historia del pueblo kurdo y su cultura ancestral. La idea del Confederalismo Democrático fue discutida durante varios años dentro del PKK y del Movimiento de Liberación de Kurdistán, luego de la caída de la URSS. Atribuir el confederalismo democrático a Bookchin es un error, ya esa ideología nació en el seno del pueblo kurdo.
FUENTE: Matthew Tehanu / Fuente: The London Economic / Fecha original de publicación: 13 de mayo de 2018 / Traducción: Rojava Azadi