Kurdistán en el mundo
Para contextualizarlo brevemente, al finalizar la Primera Guerra Mundial, el territorio quedó dividido entre cuatro países: Irán, Irak, Siria y Turquía. Cada uno de estos estados tuvo -y tiene- diferentes políticas de integración y asimilación de la población kurda, desde el respeto a la negación, desde la cooptación a la aniquilación. Y en cada uno de estos lugares, las estrategias de resistencia han tomado diferentes formas y caminos. Desde los años 2000, uno de estos caminos es el Confederalismo Democrático, que se fue convirtiendo en una guía y herramienta teórico-práctico-ideológica en la lucha, compartida por comunidades organizadas de las cuatro regiones de Kurdistán y también por el pueblo kurdo que vive en Europa, que confluyen en una instancia llamada “Congreso Democrático de los Pueblos”.
Hay muchos elementos que nos llaman a sumergirnos en esta experiencia, pero nos atrae particularmente que se trata de un movimiento que se ha animado a interpelarse radicalmente, a deconstruir sus estructuras y redefinirse en base a una lectura profunda y dinámica de la realidad, un caminar preguntando que se actualiza atravesando guerras, cárceles, exilios, milicias de mujeres y pueblos liberados, y donde se ejerce el Confederalismo Democrático como forma de gobernarse.
Desde nuestro trabajo para difundir experiencias de salud popular autogestiva, de comunidades que honran sus memorias y son inclusivas de vínculos diversos y disidentes, nos resulta conmovedor conocer más sobre este pueblo sin Estado, que parece tan lejano a Latinoamérica y sin embargo se vuelve cercano al escuchar sus modos de vida, su apego a la tierra, su lucha por la autodeterminación. Nos interesa en particular el movimiento de liberación de mujeres de Kurdistán, la herramienta de Jineolojî para sistematizar, profundizar y difundir sus experiencias, y la centralidad de la liberación de las mujeres como eje del movimiento de liberación de Kurdistán en su conjunto.
Más allá de la diversidad de contextos y miradas de quienes leamos esta entrevista, de nuestros haceres y sentires sobre el Estado y la opresión de género, creemos que es muy valioso animarse a soñar nuevos horizontes y trabajar para ponerlos en práctica. Eso están haciendo en el territorio conocido como Kurdistán. Y sus caminos se extienden por el “abajo” del mundo entero.
Sobre esta entrevista
Dilan Bozgan nació en el Kurdistán turco y vive en Buenos Aires desde 2013. Trabaja como antropóloga y difunde la realidad que se vive en este territorio llamado por su pueblo “Kurdistán”. Se define como feminista y se involucra en sentipensar las expresiones del feminismo comunitario en el mundo y las intersecciones entre feminismos y movimientos de liberación de los pueblos.
Una particularidad de esta entrevista es que se trata de un intercambio entre dos personas que se conocen; entrevistada y entrevistadora compartimos un vínculo afectivo y una mirada política. Nos conocimos a través de un gran amigo en común, Alejandro Haddad, un joven maestro-poeta-documentalista que -desde que conoció el territorio de Kurdistán en 2009 hasta que murió en 2014- trabajó fuertemente para difundir la situación de los pueblos dignos que lo habitan, enamorado particularmente de las formas de lucha y de vida de aquellas mujeres.
Alejandro Haddad realizó dos documentales en la región de Kurdistán, que recomendamos fuertemente: Av Su Mai cuenta la resistencia en Hasankeyf contra un enorme proyecto hidroeléctrico y fue un trabajo colectivo de unas 30 personas de diferentes idiomas y culturas. Pañuelos para la Historia, codirigido con Nicolás Valentini, registra el encuentro entre la Madre de Plaza de Mayo Nora Cortiñas y diferentes organizaciones de madres de personas desaparecidas, asesinadas y encarceladas en el Kurdistán turco.
Esta entrevista, que presentamos en dos partes (primer parte aquí), fue realizada a distancia por intercambio de audios y correos electrónicos.
Preguntas disparadoras, parte 2
-¿Qué diferentes actividades y luchas llevan adelante las mujeres kurdas en la actualidad?
-¿Qué es para ustedes el feminismo? ¿Se podría hablar de un “feminismo kurdo”? ¿Cómo se relaciona con otros feminismos?
-¿Que es la Jineolojî? ¿Cómo surge? ¿Cómo se implementa en las comunidades kurdas? ¿Nos pueden contar experiencias concretas? ¿Cuáles son los desafíos para su crecimiento? ¿Qué alcance tiene la Jineolojî para otras mujeres del mundo?
En palabras de Dilan:
Hace por lo menos cien años que el territorio de Kurdistán está dividido entre cuatro países y, además, hay mucha gente kurda organizada en Europa. Esta realidad diversa hace que sea necesario pensar una solución particular en cada lugar. No se puede pensar en una organización de arriba hacia abajo, sino que es al revés. El Confederalismo Democrático propone una organización desde la mirada de la democracia radical y participativa, donde la organización desde las bases es fundamental. Esto significa respetar la particularidad de cada lugar, la organización política y la convivencia de los pueblos, tanto en barrios o comunidades como en cantones o ciudades. En cada lugar se realizan asambleas donde se discuten las necesidades y problemáticas básicas. No es sólo hacer “Política” a gran escala, sino resolver la política de la vida cotidiana, una política muy abarcativa.
El Confederalismo Democrático propone una organización sin Estado-nación y es el modo en que se implementa el autonomismo en Kurdistán. Se trata de una organización desde las bases, en la que el pueblo se involucra democrática y participativamente para resolver sus problemas y satisfacer sus necesidades, respetando los tres ejes fundamentales no negociables: la liberación de las mujeres, la ecología y la democracia.
Dentro del Movimiento de Liberación de Kurdistán (MLK), las organizaciones de mujeres son autónomas. Las mujeres toman sus propias decisiones en cada una de sus organizaciones, que parten desde las bases, con asambleas en cada territorio –barrios, pueblos y ciudades de las cuatro regiones de Kurdistán–, que se agrupan en un movimiento paraguas que abarca a todas las organizaciones de base.
Además, en todas las organizaciones del MLK hay co-dirigencias siempre compartidas entre una mujer y un hombre (menos en las organizaciones de mujeres). Y hay cuotas del 50% mujeres y 50% hombres en todos los niveles de “gobernanza” (que no sería lo que entendemos como “gobiernos” convencionales sino más bien como “dirigencias”). Se hace una crítica al poder y se busca evitar que se mantenga en pocas manos, por lo que se usa un método de rotación en las dirigencias.
Las actividades de las mujeres de Kurdistán dependen de la situación en cada lugar. Hoy en día, a nivel internacional se ha hecho conocido lo que se sucede en Rojava, que es una experiencia particular de implementación del Confederalismo Democrático. Eso es en la región de Siria, que está en guerra. Entonces, todas las actividades están atravesadas por la guerra y mucha de la organización toma forma de milicias, donde se hace la autodefensa de las mujeres (YJP) y la autodefensa del pueblo (YPG). Lo primero que se organiza es la autodefensa, no sólo la militar, sino la autodefensa de la organización política. En Rojava se han abierto casas de mujeres y se ha construido un pueblo llamado “Jinwar”, un pueblo entero construido por mujeres para mujeres.
En Turquía hay otros tipos de organización, porque las necesidades y el contexto son diferentes. Allí es muy fuerte el Congreso Democrático de los Pueblos como organización política representativa. Las mujeres realizan acciones de diferentes tipos. Un ejemplo reciente (2018) es una huelga de hambre llevada a cabo por una parlamentaria kurda (Leyla Güven), en demanda de la liberación de Abdullah Öcalan, que fue relativamente exitosa porque hacía años que Öcalan estaba totalmente aislado, sin comunicación con sus familiares ni abogados, y a partir de esta huelga de hambre se logró romper ese aislamiento.
Por su parte, mucha de la gente kurda que vive en la diáspora, principalmente en Europa, también se organiza según los principios del Confederalismo Democrático. El año pasado se organizó en Europa una conferencia de mujeres donde participaron mujeres de diferentes organizaciones del mundo. Eso tiene que ver con otro paso que está dando el movimiento de liberación de mujeres de Kurdistán, que es la internacionalización de la lucha de las mujeres.
O sea que hay múltiples formas de lucha según las necesidades y particularidades de cada región. Pero lo importante es que en cada lugar las mujeres se organizan autónomamente, siempre respetando los tres principios éticos del Confederalismo Democrático.
Con respecto a la pregunta por el feminismo kurdo, si pudiéramos pensar en esos términos, sería un “feminismo de Kurdistán”, no un “feminismo kurdo”. Eso es importante, porque la liberación de las mujeres no se remite sólo a las mujeres kurdas; se trata de una liberación social en los territorios que hoy denominamos “Kurdistán”.
Luchar por la liberación de las mujeres no necesariamente remite al feminismo. Con los años se fue estableciendo cierta relación con los feminismos, pero con una mirada crítica, reconociendo que el feminismo en sus orígenes es un movimiento occidental. Dentro de esa perspectiva, quizás hay pensamientos o individualidades que se pueden denominar como “feministas kurdas”, pero a escala del movimiento, la principal diferencia entre la lucha de las mujeres de Kurdistán y el pensamiento feminista histórico es que este último se pensó principalmente desde una perspectiva individualista. Y este no es el caso. Desde el movimiento de mujeres de Kurdistán se asume lo social, la sociedad como la base para la liberación de las mujeres. No estamos hablando de una liberación individual sino de una liberación social y colectiva de las mujeres.
Entonces, desde la práctica y teoría de liberación del movimiento de mujeres de Kurdistán, la relación más cercana con otros movimientos de mujeres es con las propuestas del feminismo comunitario o popular que se plantean en Latinoamérica.
Las experiencias de las mujeres de Kurdistán a lo largo de la historia y su práctica revolucionaria se sistematizan en un concepto/herramienta para la vida cotidiana: la Jineolojî.
El término Jineolojî se forma por un lado por la palabra kurda jîn que significa “mujer” y que comparte su raíz con la palabra kurda jiyan, que significa “vivir” y “vida” respectivamente; y por otro por el sufijo -lojî, que deriva del término griego logos y significa “conocimiento, entendimiento, ciencia”. Es la “ciencia de las mujeres y de la vida libre”.
Funciona como herramienta para implementar los principios del Confederalismo Democrático en las realidades que vamos viviendo en los territorios.
Para entender mejor qué es y cómo funciona, Dilan nos recomienda una entrevista con Viyan Poch, integrante del Comité de Jineolojî de Europa, publicada en el sitio oficial de Jineolojî. Es la explicación más completa que hay. Allí se define Jineolojî como una forma de ciencia desde la perspectiva de las mujeres, para la vida de toda la sociedad. Transcribimos aquí algunos extractos que expanden los puntos más significativos:
“Desde Jineolojî entendemos el conocimiento como la experiencia práctica adquirida en la vida y las luchas históricas del ser humano y que debe de ser utilizado para la construcción de una vida libre. Jineolojî significa una intervención radical en la mentalidad hegemónica y patriarcal, que busca dar con soluciones emancipadoras a los problemas sociales desde una perspectiva de liberación de la mujer, anticapitalista y decolonial”.
Jineolojî se propone como una dimensión de conocimiento situado y llama la atención sobre la urgencia de una revisión crítica de y desde las ciencias sociales, de su papel como productoras y reproductoras de condiciones sociales, relaciones y modos de vida:
“El papel de las ciencias sociales debería ser el de fomentar una mentalidad crítica y una consciencia ética de libertad en la sociedad en un proceso político abierto, así como dar fundamento y perspectiva a la realidad social para poder transformarla. Si miramos las injusticias y la destrucción causadas por el sexismo, el fascismo y el capitalismo y su legitimación mediante las teorías y metodologías de las ciencias sociales sólo en los tres últimos siglos, entonces se hace más evidente que nunca la necesidad de una crítica radical y la creación de nuevos métodos alternativos a las ciencias sociales contemporáneas”.
Para explicar cómo funciona la opresión de género y cuán profundo es el trabajo de liberación que nos toca realizar, Jineolojî propone una revisión de las narrativas que han construido la Historia de la humanidad en base a una perspectiva patriarcal y androcéntrica:
“En los más de 5000 años de patriarcado, las mujeres siempre hemos sido definidas según la mentalidad masculina de dominación, adaptando así a los individuos sociales a la realidad que requería el patriarcado en cada momento de la Historia. No hay ninguna identidad sobre la que se haya mentido tanto como se ha hecho sobre la mujer. Por tanto, tenemos la necesidad de desenmascarar la Historia del patriarcado y escribir por nosotras mismas la Historia oculta de las mujeres. Para ello, utilizamos una ‘Arqueología de la mujer’, con el objetivo de destapar todas esas mentiras y escenarios creados sobre las mujeres y poder definir por nosotras mismas nuestra existencia y verdad. Para ello, Jineolojî analiza por un lado la cultura que ha sido formada en torno a las sociedades matriarcales, la cultura maternal y cómo fueron destruidas; analiza la sociedad, la mujer, la vida, las relaciones entre las mujeres y los hombres y la sociedad. Por otro lado, analiza también los métodos y la verdad usada por la mitología, la religión, la filosofía y la ciencia y su perspectiva hacia la existencia de la mujer, investigando cómo ha sido definido el género femenino en estos métodos”.
En estas narrativas se ponen de manifiesto las posiciones desiguales desde las que históricamente las mujeres han organizado su vida cotidiana y sus luchas, en una fuerte y potenciadora vinculación con la Naturaleza como compañera de opresión:
“Con la destrucción de la sociedad matricéntrica por parte del patriarcado, surgieron estructuras jerárquicas institucionalizadas que se extendieron entre las sociedades humanas y caracterizaron a los siguiente Estados hasta el día de hoy. Desde mucho antes de que aparecieran las clases sociales, la primera clase oprimida y explotada han sido las mujeres. Esta formación político-ideológica llevó también a la dominación y destrucción de la Naturaleza por parte de los seres humanos en la Historia. (…) El sistema patriarcal separó a la mujer y al hombre, creando dicotomías sexualizadas y jerarquizadas en las que lo inferior es el objeto, lo femenino, la Naturaleza, lo emocional, lo privado, lo social; mientras que lo superior es el sujeto y territorio de lo masculino, lo cultural, lo racional, el cuerpo, lo público y el poder. La mentalidad y los mecanismos que oprimen a la mujer son los mismos que oprimen a la Naturaleza. Es la misma lógica de conquista, violación, explotación y consumo. Sin la liberación de la mujer no puede existir una sociedad ecológica. Es decir, sin la destrucción del patriarcado y del capitalismo, la sociedad no podrá restablecer una verdadera relación de armonía con el resto de la Naturaleza”.
La tarea y la potencia de Jineolojî se va construyendo en la práctica, con espacios diversos de talleres y aprendizajes, no sólo en Kurdistán sino también en diferentes lugares del mundo. La entrevista cuenta algunas de las experiencias y formas que toma su implementación práctica:
“Jineolojî propone unas áreas prácticas para la organización autónoma y de defensa de la vida, identificadas como ‘áreas de crisis’: demografía, economía, ecología, salud, educación, política y ética-estética. Los resultados que emerjan en la puesta en práctica de estas áreas serán traducidos a una teoría que contribuirá a mejorar e inspirar de nuevo la acción organizativa de las mujeres en cada aspecto de la vida. Esto es lo que hemos nombrado como ‘práctica-teoría-práctica’, siendo las mujeres y la sociedad los sujetos activos que moldean la propia lucha y que crean sus propios conocimientos a través de sus experiencias”.
(…)
“En Rojava y otras partes del Kurdistán, las mujeres han diseñado sus propios entendimientos comunes y hojas de ruta para tratar los problemas de la violencia dentro de las comunidades y organizaciones políticas. Desde la creación de ‘las leyes de las mujeres’, pasando por las ‘casas de mujeres’ y los ‘comités de paz y consenso’, el movimiento otorga la responsabilidad de la resolución de los conflictos patriarcales y problemas de las mujeres a ellas mismas, y hace partícipe a su vez a toda la comunidad en el proceso de resolución de cada conflicto. Para ello, es necesario un nuevo entendimiento de la ética y de las culturas de cada sociedad y proponer soluciones consecuentes a cada problema sin caer en el modelo punitivista individualista del sistema patriarcal, que sólo se centra en las últimas consecuencias de todo un problema que está más profundamente arraigado en las mentes y relaciones sociales”.
(…)
“En Europa, Jineolojî se articula por un lado en un comité europeo y comités regionales que se encargan de difundir, desarrollar y formar Jineolojî a través de seminarios, educaciones y campamentos y a su vez Jineolojî forma parte como una comisión de trabajo en el movimiento autónomo de mujeres y jóvenes kurdas de Europa. Además, Jineolojî en Europa ha abierto un centro de investigación con el que pretende unificar los trabajos de desarrollo de los conocimientos teóricos que conforman Jineolojî en Europa así como servir de centro académico de formación”.
Kurdistán está tan cerca como el corazón. Abajo y a la izquierda. La experiencia revolucionaria de sus mujeres queda vibrando en el cuerpo, moviliza las ganas de saber más, de más lecturas, más conversaciones, más imágenes. Ganas de acercarse y estrechar lazos, de compartir un abrazo, un viaje, una ronda, algunos bailes. De saltar de una entrevista a un taller de Jineolojî en el que recrear las preguntas que insisten: ¿Y yo qué? ¿Y nosotrxs –en mi familia, mi barrio, mi pueblo– qué podemos hacer?