La diputada del Partido Democrático de los Pueblos (HDP), Meral Danis Bestas, ha denunciado que el decano del Colegio de Abogados de Diyarbakir y destacado activista kurdo Tahir Elçi, asesinado el pasado sábado tras una rueda de prensa, murió por el impacto de una bala disparada por agentes de la policía que abrieron fuego contra varios individuos que habían atacado a otros policías.
Bestas ha remitido un correo electrónico al ministro del Interior turco en el que da cuenta de un vídeo en el que se recoge el tiroteo entre los atacantes y los policías en una calle estrecha del barrio de Sur, en Diyarbakir, la principal ciudad del sureste turco de mayoría kurda.
En la grabación se puede ver a los policías, vestidos de paisano, de pie junto a Elçi y disparando con pistolas automáticas contra varios individuos que huían del lugar. “Las imágenes muestran a una persona corriendo en dirección de Tahir Elçi y a la Policía disparando en dirección de esa persona”, señala Bestas.
“Un policía de paisano, con ropa marrón, dispara en dirección de Tahir Elçi y después mira como si estuviera comprobando si las cámaras estaban grabándole”, añade.
“La autopsia y la grabación apuntan a que Elçi murió como consecuencia de una bala de la Policía”, concluye.
Este lunes, el equipo de forenses y fiscales que investiga lo ocurrido tuvo que huir del lugar por los disparos de un grupo de personas que además lanzaron un explosivo contra un vehículo blindado policial.
El gobierno de Ankara acusó por este ataque al Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), algo que es descartado desde amplios sectores kurdos.
Elçi estaba inmerso en un proceso judicial por afirmar que el PKK no era una organización terrorista, como sostienen el Ejecutivo turco, Bruselas o Washington.
Tras el asesinato de Elçi surgieron fuertes protestas y manifestaciones en las zonas de mayoría kurda y las autoridades han impuesto un toque de queda en el distrito sur con operaciones para intentar sacar de las calles a las juventudes del PKK. En Estambul, la Policía empleó gases lacrimógenos el sábado por la noche para dispersar las protestas por el asesinato.
Cientos de personas han muerto desde que en julio se rompiera el alto el fuego pactado por el PKK y Turquía en el marco de unas negociaciones de paz cada vez más maltrechas que buscan cerrar un conflicto que se ha cobrado unas 40.000 vidas desde que estalló, en 1984.
*Con información de agencia EFE