Por Emilio Godoy
MÉXICO, 22 ene (IPS) – Diez años después del nacimiento del Foro Social Mundial (FSM) en Porto Alegre, México permanece inmune a la influencia de las visiones alternativas al neoliberalismo discutidas en esa instancia.
En parte, esa lejanía con lo que se considera el mayor encuentro de la sociedad civil tiene que ver con la historia reciente de este país, que desde el gobierno de Miguel de la Madrid (1982-1988) se ha apegado al credo neoliberal, puesto en práctica por un conjunto de tecnócratas que estudiaron en conocidas universidades estadounidenses.
“La relación entre el gobierno y la sociedad civil es muy particular, en el sentido de que solamente consideraron a la sociedad civil como un punto de referencia en los últimos años”, dijo a IPS Ingrid Spiller, directora regional para México y Centroamérica de la alemana Fundación Heinrich Böll.
Y aunque el gobernante Partido Acción Nacional (PAN) rompió en 2000 con más de siete décadas de monopolio del poder del Partido Revolucionario Institucional (PRI), no se alejó de su enfoque económico ortodoxo.
Dos de las promesas del neoliberalismo han sido crecimiento económico sostenible e inserción en los mercados mundiales. Pero México no ha visto aún cercanas esas aspiraciones.
En promedio, este país norteamericano creció durante la década pasada 1,7 por ciento, a pesar de la promesa gubernamental, siempre incumplida, de que ese indicador llegaría a seis por ciento.
Por otra parte, las mercancías mexicanas siguen enfrentando barreras para ingresar en la plaza estadounidense, con todo y el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (conocido como NAFTA por sus siglas en inglés) que ambas naciones y Canadá mantienen desde 1994.
“México ya no se ve como un modelo en muchos aspectos. Parece más bien que México tendría que mirar un poco hacia abajo, en el sentido de integrarse y luchar por un acercamiento a otros espacios”, dijo IPS el argentino Hugo Biagini, de la Academia de Ciencias de su país, de visita en la capital mexicana.
México ha sido la nación latinoamericana más golpeada por la recesión, y su gobierno ha recibido críticas desde los cuatro puntos cardinales por el manejo de la crisis.
En 2009, la economía mexicana retrocedió entre siete y ocho por ciento, más de 400.000 personas perdieron el empleo y la pobreza alcanzó a 45 millones de habitantes, según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL).
Y aunque el gobierno del conservador Felipe Calderón, del PAN, presume que lo peor ya pasó, el panorama para la mayoría de los 107 millones de mexicanos se ve aún muy sombrío.
Este año comenzó con aumentos en el precio de los combustibles, del gas, de la electricidad, de los trámites gubernamentales, del transporte colectivo y de las telecomunicaciones, así como en el Impuesto al Valor Agregado y del tributo a la renta, entre otros.
Las autoridades esperan que la economía se expanda tres por ciento y que la inflación apenas sobrepase cinco por ciento, con la promesa de crear unos 400.000 nuevos empleos.
Socialmente, ha habido un intenso intercambio entre organizaciones no gubernamentales mexicanas y el FSM, a cuyos actos han asistido activistas de este país.
Pero esa interacción no se ha filtrado en las decisiones del gobierno mexicano. “El intercambio en los foros es una manera indirecta de influir en las políticas, de generar nuevas ideas y de mostrar una sociedad civil fuerte”, apuntó Spiller.
Calderón es un asiduo asistente al Foro Económico Mundial, que desde 1970 se realiza cada enero en la localidad suiza de Davos y en el cual intervienen presidentes y empresarios. Este año no será la excepción: el gobernante mexicano ya confirmó su viaje.
México es observador en el Mercado Común del Sur (Mercosur), la unión aduanera formada desde 1991 por Argentina, Brasil, Paraguay, Uruguay. Venezuela está en proceso de adhesión plena a este bloque.
Pero el gobierno mexicano se ha abstenido de integrar agrupaciones emergentes, como la Alternativa Bolivariana para los Pueblos de nuestra América Latina (ALBA), surgida en 2004 a instancias de Venezuela y que ya aglutina a nueve países del continente americano.
“Estos nuevos espacios se vuelcan a reforzar procesos que están atravesando los nuevos gobiernos populares con todas las propuestas y medidas desde la sociedad civil”, destacó Biagini, director del no gubernamental Centro de Ciencia, Educación y Sociedad.
Pero el capítulo mexicano quiere transitar sus propias vías. En 2008 y 2009, el Foro Social Mundial México coincidió cronológicamente con la realización de la versión primigenia. Este año el foro mexicano se escenificará en mayo, bajo el lema “Una salida de la crisis es posible”.
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