Por Esther Vivas
En un periodo de intensificación de las políticas neoliberales, de dificultad para contrarrestar e invertir su lógica y transformar el malestar social frente a la crisis en movilización colectiva, el hecho de encontrarse, constatar que “no estamos solas”, debatir y plantear alternativas, se ha demostrado como una necesidad imperante en el presente Foro Social Catalán.
Huérfanos de campañas con auténtica capacidad aglutinadora y de coordinación y/o visualización unitaria de las resistencias locales a la globalización capitalista, el Foro Social Catalán, a pesar de sus límites, se ha demostrado un espacio capaz de permitir la convergencia y el encuentro periódico de la mayor parte de los movimientos y las organizaciones sociales catalanas críticas con el actual orden de cosas.
A diferencia de los inicios del “movimiento antiglobalización”, el periodo actual se caracteriza por la fragmentación y la dispersión de las luchas y por la dificultad de encontrar campañas que permitan una convergencia real de las mismas. Aunque es importante destacar la multiplicación de experiencias locales que por sí misma intentan plantear una alternativa a la lógica del sistema, desde luchas contra la especulación, grupos de consumo crítico, pasando por medios de comunicación alternativos, centros sociales, cooperativas de trabajo, etc., es igual de imprescindible encontrar campañas, espacios de convergencia, que nos permitan golpear conjuntamente. Si otro mundo no es posible sin la auto-organización de los sectores populares desde abajo y a la izquierda, tampoco lo será sin una convergencia real y amplia de las luchas.
Con esta 2ª edición, el Foro Social Catalán se consolida como un espacio amplio de encuentro, discusión y debate, caracterizado por la pluralidad y la radicalidad en las formas y los contenidos y como un punto de convergencia ineludible de las resistencias locales a la globalización. La crisis, en mayúsculas, ha sido la temática central del foro que ha denunciado el impacto de la crisis aquí en amplias capas de la población y ha señalado la responsabilidad política de aquellos que detentan el poder en connivencia con los intereses empresariales.
¿Y el proceso?
Pero frente a la consolidación del “foro-evento”, hay que destacar una cierta debilidad del “foro-proceso”. En éste último, la participación en la organización ha sido menor, que en la primera edición de enero del 2008, y el núcleo de personas y grupos encargados de tirar adelante su diseño y organización se ha visto significativamente reducido, tanto en número como en diversidad de organizaciones participantes.
El efecto novedad del 1r Foro Social Catalán ha pasado y esto se ha notado en la organización de esta última edición y explicaría, en parte, la menor presencia de entidades y personas en las asambleas preparatorias. De la misma manera, podríamos decir que ha prevalecido una cierta sensación del “dejar hacer”, “las cosas ya funcionan”, “ya hay una dinámica”, que explicaría cómo, a pesar de la voluntad de participar en el “foro-evento”, la presencia en su organización haya sido inferior. El Foro Social Catalán se ha convertido en una fecha marcada en rojo en el calendario, donde no se puede faltar, pero hasta que ésta no llega la agenda de las organizaciones y movimientos sociales catalanes pasa por otras convocatorias.
Algunas dificultades
El Foro Social Catalán concluyó, como es habitual, con la Asamblea de Movimientos Sociales, que se celebra una vez finaliza el foro, y que es el espacio de movilización y de llamado a la acción para los próximos meses. Unas 300 personas participaron en la asamblea, donde representantes de luchas y campañas expusieron las principales fechas de movilización para este periodo, centrado en las protestas contra la presidencia española de la Unión Europea y con una fecha clave, del 4 al 7 de junio, cuando se celebra la cumbre de jefes de estado de la zona euromediterránea en Barcelona.
Pero a pesar del éxito del Foro Social Catalán y la Asamblea de Movimientos Sociales, consolidar espacios de encuentro en el tiempo de amplios sectores sociales se ha demostrado una tarea muy difícil. Las dificultades por pasar de las convergencias puntuales, como en los foros, a las convergencias duraderas muestran los límites del periodo, donde, a pesar de la intensificación de las políticas neoliberales y la agudización de la crisis, la capacidad de respuesta es extremadamente débil. La campaña contra la Europa del Capital, la Crisis y la Guerra, en los próximos meses, tendría que servir para intentar aglutinar, en la medida del posible, las luchas y las resistencias.
La incapacidad del sistema capitalista para responder a las necesidades de la humanidad y del planeta es una realidad innegable, sólo hay que ver el impacto de la crisis económica, ecológica y alimentaria; asimismo las consecuencias de esta crisis múltiple aquí en amplios sectores sociales no puede esconderse: en el Estado español, más del 25% de la población activa está en paro, “nuevos pobres” según informes de Caritas, etc. El “movimiento antiglobalización” ganó la batalla de la legitimidad, pero hay un combate pendiente de victoria: el de las ideas (a pesar de la crisis ideológica neoliberal los valores capitalistas están muy arraigados en el pensamiento colectivo) y el del convencimiento de que este sistema puede cambiarse, que es posible obtener victorias y que todavía no es demasiado tarde para conseguirlas.
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