La Coalición Marroquí para la Justicia Climática (CMJC) fue creado el 7 de febrero de 2016 por iniciativa de más de mil de organizaciones, asociaciones, sindicatos, redes y movimientos sociales de Marruecos en la perspectiva de la 22ª Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático que tendrá lugar del 7 al 18 de noviembre en Marrakech.
El objetivo de esta alianza es la combinación de los esfuerzos de las asociaciones marroquíes e internacionales miembros para fortalecer las acciones empezadas desde décadas cuyo objetivo es la protección del medio ambiente, la preservación de los recursos hídricos, la protección de la biodiversidad y la gestión equitativa de los recursos.
La CMJC y Driss El Yazami, jefe del polo de la sociedad civil en el comité directivo de la COP22, acordaron un plan de trabajo integral que predice organizar cuatro reuniones transregionales para presentar los balances y diagnósticos relacionados con los cambios climáticos en las 12 regiones de Marruecos.
Para cada región, se desarrollará una evaluación crítica de las acciones de la sociedad civil y las comunidades. Cuestionamientos relacionados con el daño al medio ambiente también serán discutidos en cuatro reuniones. 12 planes regionales de desarrollo sostenible serán luego desarrollados e implementados.
– Kamal Lahbib: Nos sorprendió agradablemente la reactividad del movimiento asociativo y sindical.
Activista inevitable en la sociedad civil en Marruecos, Kamal Lahbib es miembro fundador del Foro Verdad y Justicia, del Espacio Asociativo, del Observatorio Marroquí de Presionados, de Transparencia Marruecos, por INSAF o el Foro de Alternativas Marruecos “FMAS”. En la actualidad, es miembro de la Coalición marroquí para la justicia climática.
– CMJC se creó en perspectiva de la COP22. ¿Qué hay para después de la COP?
La CMJC no fue creada sólo para la COP22. Este acontecimiento histórico es una oportunidad para poner el tema de los cambios climáticos en el foco de las discusiones, propuestas y movilización de la sociedad civil, principalmente de Marruecos, Magreb y África.
En cuanto a la creación de la CMJC, hubo convergencia de dos situaciones: la celebración de la COP22 en Marruecos, y la deficiencia del movimiento asociativo de reflexión y programas sobre cuestiones climáticas.
El establecimiento de esta red va a llenar este vacío, poner el problema al alcance de todos, darle un anclaje social, territorial y político instando a los actores políticos a integrar esta dimensión en sus preocupaciones, sus estrategias y programas políticas públicas. Nos sorprendió agradablemente la reactividad del movimiento asociativo y sindical.
Tomado en este sentido, y dado que la cuestión del clima no se ha resuelto, ya sea por la Cumbre de Río, ni la de París, es evidente que nos ponemos e inscribimos en la duración.
– La CMJC ha optado por “justicia climática” en su denominación. ¿Qué representa este concepto para usted?
Las asociaciones marroquíes estaban involucradas principalmente en la protección del medio ambiente y el desarrollo sostenible. El concepto de “justicia climática” es parte de un enfoque sistémico, o para estar en línea con el desarrollo conceptual, un enfoque “interseccional”.
La responsabilidad por los daños sufridos por el planeta es de hecho general, pero diferenciada. Ahora es evidente que los países en desarrollo sufren más de las consecuencias de los cambios del clima causados principalmente por los países desarrollados. También se acepta que la crisis climática refuerza las desigualdades generadas por un modelo económico dominado por la dictadura del mercado en detrimento del respeto de los derechos humanos.
Todas las estadísticas convergen, las mujeres sufren más que los hombres los efectos adversos de los cambios climáticos y sabemos que estos trastornos generan salidas y desplazamientos masivos de población. La Organización Internacional para las migraciones coloca la cifra en 250 millones de dólares en 2050 para cuantificar el número de refugiados climáticos.
Poner la justicia y la equidad en el centro de las discusiones de la COP22 y las COP en el futuro para la integración diferenciada de políticas y financiaciones es tener en cuenta los países del Sur que sufren y pagan los trastornos, y también el enfoque de género, la integración de los derechos humanos en las decisiones, los niños y las generaciones futuras, los migrantes y las personas con discapacidad.