El 2 de Octubre, a la 1 de la tarde, miembros de la Campaña de Los Pobres por los Derechos Humanos Económicos (PPEHRC) visitarán las oficinas de la Organización de los Estados Americanos en Washington, D.C. para exigir que se mande observadores internacionales de derechos humanos a Puerto Rico para ser testigos a la devastación causada por el Huracán Maria y a la falta de respuesta por parte de la Administracion Trump. Nosotros, los pobres, estamos llamando a la comunidad internacional a ser testigos al tratamiento del pueblo puertorriqueño por parte del gobierno de los Estados Unidos después del huracán Maria. Hacemos una llamada a la Comunidad Internacional en nuestra lucha para asegurar que nuestras familias y amigos reciban los recursos y la justicia que merezcan.
Antes del huracán Maria, debido a siglos de desposesion colonial, Puerto Rico ya estaba enfrentando una crisis económica, con altas tasas de desempleo y la mayor migración hacia el continente en la historia de la isla. Ahora, nuestros amigos y familias puertorriqueños están enfrentando la devastación económica y la destrucción física del huracán Maria. No tienen agua potable y sus hogares, refugios y hospitales están sin energía. Hay inundaciones intensas en vecindarios que normalmente no sufren inundaciones.
Nuestros seres queridos no están recibiendo ayuda, y nosotros aquí en el continente de los Estados Unidos nos estamos poniendo cada dia más fustrados y preocupados porque no podemos obtener ayuda para mandar los recursos y el dinero que hemos recogido aquí para nuestros seres queridos en la isla. El gobierno de los Estados Unidos ha creado una burocracia tal que no podemos usar ni aviones ni barcos, ni para llegar ni para salir de Puerto Rico para hacer llegar la ayuda a nuestras familias. El hecho de suspender el Acto Jones por diez días no es suficiente.
El gobierno de los EE.UU. necesita ser presionado para rescatar a Puerto Rico en la misma manera en que rescató a los bancos estadounidenses con recursos financieros inmediatos. Nosotros estamos llamando al congreso de los EE.UU a que financien los esfuerzos de ayuda, a que permitan el transporte de recursos, a que priorizen el pueblo, y a que eliminen la deuda de Puerto Rico. Los recursos deben ser entregados directamente a los puertorriqueños y a los propietarios puertorriqueños para que ellos mismos sean capaces de reconstruir nuestra isla. El no dar recursos a la isla, o el hecho de darlos a través de contratistas externos, resultara en la profundización de la crisis económica y del desplazamiento de nuestro pueblo.
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