El Foro Social Chile, que el 25 y 26 de noviembre de este año realiza su segunda versión, viene cargado de novedades. Las organizaciones sociales y ciudadanas que participan de este proceso han hecho un aprendizaje importante desde el 2004, cuando en paralelo a la cumbre de APEC en Santiago, el primer Foro reunió a más de siete mil personas que durante dos días participaron en casi dos centenares de actividades autogestionadas.
En dos años, las organizaciones que adhieren al proceso han realizado foros temáticos y locales, han profundizado sus debates, han expuestos nuevas aristas de su trabajo en terreno y han ampliado sus redes de alianzas y convocotarias. Distintos y variados sectores han multiplicado sus luchas, al tiempo que han precisado sus plataformas, demandas y propuestas. No son pocas las movilizaciones emanadas de las coordinaciones generadas en los espacios del Foro que han alcanzado dimensiones nacionales y han concitado el apoyo solidario de amplios sectores.
En la sociedad chilena hay mayores expectativas de participación y eso se ha ido reflejando en el trabajo de las organizaciones y colectivos, como en el FSCH mismo. La democracia participativa y la horizontalidad comienzan a ser parte del patrimonio de los ciudadanos organizados que luchan por mejorar sus condiciones de vida. Más allá de las estadísticas, éste es el principal aporte que ha hecho el FSCH al fortalecimiento de las organizaciones de la sociedad civil chilena.
En las dos asambleas preparatorias del FSCH-2006 ha sido ratificada la idea de profundizar la participación y la horizontalidad del proceso. Esto se ha reflejado, por ejemplo, en la forma en que este año el FSCH decidió su imagen corporativa, a través de un concurso abierto en el que más de 40 personas enviaron sus propuestas de un afiche para el Foro Social Chile.
Otro ejemplo de la profundización de la metodología participativa es que este año, desde el inicio del proceso, las organizaciones procuran coordinarse temáticamente, por objetivos o campañas. El FSCH-2006 se caracterizará por su desarrollo a través de espacios que den cuenta de las articulaciones y redes previas en busca de más eficacia y propuestas en los temas, desafíos, críticas, experiencias u otras formas que caminen, si es posible y así lo quieren, hacia la estructuración de campañas movilizadoras para estas demandas.
La “Carpa de las Mujeres” del FSCH del 2004 es un buen ejemplo a replicar muchas veces este año. Desde la asamblea realizada en agosto, grupos de organizaciones están trabajando en construir espacios dedicados a la integración, economía solidaria, consumo responsable, educación popular, participación ciudadana, energías limpias, desobediencia civil y no violencia, democracia y lucha contra la exclusión, y muchos otros que deberían surgir de aquí al 30 de octubre, fecha hasta la que se recibirán las inscripciones.
La clave sigue siendo la mayor participación democrática y horizontal de las organizaciones y personas que trabajan por otro mundo posible.
Por ello la asamblea del FSCH también ha ratificado su adhesión a la Carta de Principios del Foro Social Mundial, que concibe estos procesos como espacios autogestionados, sin la injerencia de gobiernos, partidos e iglesias, y que por principio rechaza el uso de la violencia como método de acción política.
El camino hacia la construcción de otro Chile posible se hace todos los días, así como millones de personas en el mundo luchan a diario por cambiar sus condiciones de vida. Por eso el proceso del Foro Social a muchos les parece lento y a veces inconducente. No hay “programa único”, no hay “una dirección unificada”, no hay una “estructura central”. Es cierto, no hay espacios de poder en disputa y eso permite que las organizaciones sociales desarrollen nuevas formas de relacionarse y coordinarse; en eso consiste la horizontalidad y la autogestión. En el Foro Social participan organizaciones de larga historia junto a pequeños colectivos temáticos u otras organizaciones ciudadanas, muchas veces locales. Esa es la diversidad del Foro Social y ahí radica parte importante de su fuerza.
La ampliación geográfica y social del FSCH es una tarea que siguen desarrollando las organizaciones que participan del proceso, no para acumular fuerza política que eventualmente ponga en juego, sino para expandir su metodología participativa que, como ya está dicho, es el principal aporte que ha hecho y debe seguir haciendo el Foro Social de Chile.
L.P.
Le Monde diplomatique en venta en quioscos, librerías y en la librería de Le Monde Diplomatique:
San Antonio 434 local 14, Santiago.
Teléfono: (2) 664 20 50
E-mail: edicion.chile@lemondediplomatique.clEsta dirección de correo electrónico está protegida contra los robots de spam, necesita tener Javascript activado para poder verla
También puede adquirirlo directamente por internet:
www.editorialauncreemos.cl