Resumen Latinoamericano – El pueblo venezolano ha realizado algunos hechos que lo convierten en un país excepcional. Según parece fue el único caso donde un pueblo en la calle derrotó un golpe de Estado.
Ahora suma otra hazaña. No se conocían antecedentes de un país donde un presidente que haya soportado un proceso de hiperinflación fuera reelegido. Y la hiperinflación en Venezuela en los últimos 12 meses fue record mundial, mas del 2000 por ciento.
Para sumar dificultades la realización se ha realizado en un país sancionado por Estados Unidos y La Comunidad Europea, bloqueado, reducido casi a la supervivencia. Peor aún, amenazado. En el último mes, en la última semana, el Departamento de Estados Unidos, el Comando Sur, lo conminaron, le ordenaron suspender las elecciones. El impresentable Secretario General de la OEA, la liga de los peores gobiernos de America Latina, Argentina, Colombia, Panamá, Paraguay, Perú, Chile, les anticiparon que no iban a reconocer los resultados electorales (salvo que ganara la derecha).
Todos ellos, desde hace tiempo están conspirando para concluir la campaña para “liberar a Venezuela y a Cuba”. Por todos lados aparecen documentos, planos, declaraciones que hacen referencia a una invasión de fuerzas combinadas de distintos países coordinadas por Estados Unidos, una reedición de lo que fue la Guerra de la Triple Alianza contra Paraguay en el siglo XIX. Y como ocurrió con el Paraguay, el objetivo principal es mucho más ambicioso que apoderarse de bienes naturales o anexar territorios. El objetivo principal es erradicar “el mal ejemplo”, que no queden ni cenizas de aquellos que se atrevieron a desafiar al sistema capitalista mundial y a los imperios occidentales.
Y sucedió que una importante porción del pueblo venezolano, decidió ir a votar y reelegir a Nicolás Maduro.
¿Que mueve a un pueblo a tomar semejantes decisiones?
Tuve el privilegio de estar brevemente en La Habana en 1993, en plena crisis por la caída abrupta del sector externo de la economía cubana a raíz del desplome de la Unión Soviética y los países del Este. Persisten en mi memoria las imágenes de aquel pueblo que se volcaba a las calles y las plazas a discutir con pasión lo que estaba sucediendo, que nos mostraban fotografía del tiempo que fueron gordos o gordas y que compartían con nosotros la última cerveza o refresco que les quedaba en la heladera.
También recuerdo esa decisión que expresaban sobre todos los más viejos, los veteranos de las misiones internacionalistas. No puedo olvidar el orgullo con que un viejo cubano me mostraba su uniforme de combatiente en Angola y sus palabras: – Vamos a resistir, nos moriremos de hambre, pero nos moriremos como cubanos.
Defender la Revolución se asentaba en el sustrato más íntimo, más visceral de sus convicciones. Defender la Patria.
¿Que mueve a los que persisten en la heroica resistencia del Pueblo de Palestina? ¿Que movía a ese hombre sin piernas, que siguió tirando piedras hasta que fue abatido por los francotiradores del ejercito israelí?
Estoy convencido que la decisión del pueblo venezolano se asienta en motivaciones parecidas. Nos cagaremos de hambre, enfrentaremos a los gringos como lo que somos, como venezolanos, como dignas hijas e hijos de Simón Bolívar.
Si quieren saber que es lo que mueve estas decisiones que parecen suicidas o masoquistas, si quieren saber como se ha ido forjando esa convicción profunda., que parece maduradas en siglos, pregúntenle a las mujeres venezolanas de los barrios populares, a las campesinas. Las que han sostenido hogares, consejos comunales, Claps y hoy se alistan en las milicias. A las que, incomodándose y poniendo el cuerpo, reviven al Che.
Lo que sigue en Venezuela va a depender del chavismo que, como muy bien aclara Reinaldo Iturriza, no es sinónimo del gobierno bolivariano. Es un concepto mucho más amplio y fervoroso en la decisión de avanzar con la Revolución.
“Me preocupa mas el lunes que el domingo”, me comentaba un compañero venezolano. Pero fue preciso este domingo victorioso para tener lunes.
¿Podrá el chavismo derrotar a sus demonios internos?
¿Se resolverá la lucha de clases que hoy también traspasa al chavismo y el gobierno de Maduro a favor de una continuidad del proyecto revolucionario?
¿Cómo se desarrollarán esas disputas enmarcadas en la batalla urgente de enfrentar a la agresión imperial?
Seguro no depende del diagnóstico, la opinión, o las sugerencias de quien escribe este texto emocionado a diez mil kilómetros de distancia.
Depende de los millones de héroes y heroínas que hoy vuelven a cargar sobre sus espaldas la responsabilidad de ser dignos, los que levantan las banderas prohibidas por el sistema capitalista, los que han construido un sueño lo suficientemente potente para volver a ilusionarnos y quitarle el sueño a los poderosos del mundo..
Pertenezco a una generación que se animó a ser radical y desafiar al sistema capitalista; que creyó en la actualidad de la Revolución y le puso el cuerpo. Pertenezco a una generación que pagó su osadía con 30.000 desaparecidos. Puedo valorar lo que se arriesga cuando se toman decisiones como las que tomó este domingo el pueblo venezolano.
Mi admiración y mi solidaridad.
Patria y socialismo.