En Oaxaca, el tiempo-espacio 2006 aún no concluye. Todavía no se cierra ese ciclo de movilizaciones sociales e inconformidad ciudadana activada en junio de 2006. Esto nos lleva a pensar que la coyuntura electoral 2010 tendrá que leerse en clave de 2006. Sus principales líneas de análisis son las siguientes:
a) El año 2006 representó un momento de quiebre social, de rompimiento de un “orden establecido” que a la fecha no se recompone,
b) Se ahondó la crisis del régimen político autoritario, pero aún con esto el gobierno ha mantenido el “control institucional” de la estructura de mando,
c) La insubordinación y resistencia social expresada con gran vigor en aquel año, continúa latente…
2. La coyuntura de 2010 representa, además, una competencia política anticipada a aquella que habrá de darse en las elecciones presidenciales de 2012. Durante este año (2010) se celebrarán elecciones en trece estados del país. La elección en Oaxaca tiene un significado especial ya que aquí enfrentamos a uno de los bastiones, junto con el Estado de México, más importantes del PRI en el país. Debilitar en 2010 una férrea estructura política electoral como la oaxaqueña –una maquinaria de ganar elecciones a base de presiones, chantaje y favores- representa simbólicamente abrir la posibilidad de una competencia más equitativa hacia el 2012. Con razón suficiente se ha dicho: “El 2012 comienza en Oaxaca”.
3. El terreno de confrontación política en 2010 se ubica en dos frentes. Por un lado el ámbito electoral, donde se realizarán elecciones para Gobernador, Diputados y Autoridades Municipales. En este año las elecciones serán concurrentes –después de tres décadas que esto no sucedía-, es decir en una misma fecha se realizarán todos los comicios, exceptuando a las autoridades municipales por usos y costumbres mismas que se nombran en las fechas ya establecidas de acuerdo a las propias tradiciones políticas de los municipios indígenas. El otro terreno de juego, donde gravitará la disputa política, es al nivel de las luchas y resistencias de movimientos locales y regionales. El control del territorio, los recursos naturales y la gran riqueza cultural de los pueblos indígenas es la otra parte del botín que está en disputa.
4. Para este proceso electoral se han conformado dos bloques políticos; uno integrado por los partidos PAN, PRD, PC, PT, quienes forman la coalición “Unidos por la Paz y el Progreso”, encabezados por Gabino Cué Monteagudo, candidato a la gubernatura. El otro bloque es el conformado por PRI-PVEM, quienes impulsan la alianza “Por la Transformación de Oaxaca” con Eviel Pérez Magaña como candidato a gobernador. Los otros partidos que compiten son: PANAL, con la postulación de Irma Piñeiro y PUP que promueve a María de los Ángeles Abad.
5. La integración de las alianzas políticas no ha estado exenta de conflictos. El caso de la coalición “Unidos por la Paz y el Progreso” tuvo repercusión nacional al hacerse público que el Secretario de Gobernación Fernando Gómez Mont, se habría comprometido con los gobernadores Ulises Ruiz, Peña Nieto y la diputada Beatriz Paredes a impedir las alianzas PAN-PRD en los comicios de Oaxaca y otros estados, a cambio del voto de los legisladores priistas a favor de la Ley de Ingresos 2010 propuesta por Felipe Calderón. El caso del PRI se resolvió como corresponde a sus usos y costumbres; de un total de seis precandidatos: Jorge Franco, Martín Vásquez, Estefan Garfias, Adolfo Toledo, Hernández Fraguas y Eviel Pérez Magaña, el gobernador del estado y jefe del partido, para sorpresa de muchos, eligió a Pérez Magaña, de escasa trayectoria política, como candidato a gobernador por el PRI.
6. El movimiento social en Oaxaca es muy amplio y diverso. Algunos sectores del movimiento social que se han venido pronunciando por un cambio político y democrático en Oaxaca, no necesariamente consideran la vía electoral como una auténtica vía para las transformaciones. Otras organizaciones, por el contrario, tendrán una abierta participación en el proceso electoral incluso promoviendo candidatos por la coalición “Unidos por la Paz y el Progreso”. Muy difícilmente actores como el magisterio oaxaqueño tomarán partido en el proceso electoral. De acuerdo a los resolutivos de su congreso político, el movimiento democrático magisterial se pronunció porque “en la coyuntura política electoral sea el pueblo organizado quien de manera conciente decida el rumbo de nuestro estado”.
7. A nivel de las regiones y comunidades el proceso electoral tiene otros componentes, otras agendas. Recordemos que se van a realizar a la par elecciones de diputados locales en 25 distritos y de concejales en 152 municipios. No será una sorpresa que los candidatos por los distintos partidos, pero en especial del PRI, intenten sacar el mayor provecho y capitalizar el voto ciudadano en base a la manipulación de los supuestos beneficios de obras de inversión proyectadas por el gobierno estatal y federal en las regiones, las cuales ha generado ya malestar social por las afectaciones que podrían traer al medio ambiente y al desarrollo de la vida comunitaria. Por señalar algunos ejemplos: generación de energía eólica en el istmo, extracción de minerales en los valles y la sierra norte, presa Bicentenario para el abastecimiento de agua potable en la ciudad y los valles, presa hidroeléctrica en Paso de la Reina, infraestructura carretera en todo el estado, entre otros proyectos. Es de esperarse también que el PRI presente a los municipios como propio el logro de haber obtenido un presupuesto histórico de la federación para el estado.
8. En noviembre de 2009 Emilio Álvarez Icaza, ex presidente de la CDHDF, en el marco de la presentación del Informe “Oaxaca un Régimen Agrietado” (EDUCA 2009), advirtió sobre los riesgos de inestabilidad y violencia en la entidad durante la coyuntura electoral. En las últimas semanas hemos observado un aumento de la criminalidad en Oaxaca que va configurando un escenario de alto riesgo frente a este proceso. Muchos de estos hechos de sangre y fuego coincidieron extrañamente con algunos eventos políticos de las precampañas. Hemos atestiguado en los meses de febrero y marzo al menos tres tipos de violencia: el crimen organizado y narcotráfico (Tuxtepec, Valle de Etla), violencia política (Huaxpaltepec, región Triqui) y casos de aplicación de justicia por propia mano (Salina Cruz, Oaxaca). Esta peligrosa combinación de violencia del crimen organizado, inestabilidad política y hartazgo social, puede jugar a favor del PRI, que es a quien le conviene sembrar terror en el electorado para inmovilizarlo y alejarlo de las urnas.
9. Estas elecciones pondrán nuevamente a prueba las instituciones del Estado. Todos sabemos el papel deplorable que jugaron las supuestas instituciones públicas autónomas en 2006, así también se hizo evidente la nula separación de poderes en Oaxaca. Este año, una buena parte de la responsabilidad recaerá en las instituciones y autoridades electorales: Instituto y Tribunal Electoral. Su trabajo hasta el momento ha sido severamente cuestionado por los partidos de oposición, quienes han recurrido a los tribunales federales para impugnar los procedimientos del IEE, como es el caso de la integración de los consejeros distritales o bien el proceso de sorteo de funcionarios de casillas. Si este proceso es altamente observado, las instituciones que deberán estar en la mira de las y los observadores habrán de ser las electorales.
10. ¿Qué espera del proceso electoral la ciudadanía de-a-pie? Cada vez es más difícil responder esta cuestión; ya no es sostenible decir que la ciudadanía “espera un cambio”, ha sido una demanda desde hace dos décadas y el cambio no llega. El escenario es desalentador para cualquiera: violencia, crisis económica, desempleo, inseguridad, conflictos sociales. Quizá la pregunta debería ser ¿Qué va a hacer la ciudadanía en el actual proceso? Aquí cabe la siguiente reflexión: efectivamente es este gran sector de ciudadanas y ciudadanos sin partido ni organización quienes pueden inclinar la balanza hacia uno u otro lado. Es casi el 20 % de votantes indecisos, quizá sin grandes esperanzas de que las cosas cambien, quienes pueden hacer la diferencia en el actual proceso electoral.
11. El 4 de julio próximo se realizará la jornada electoral en Oaxaca. Cabe destacar que por tradición política se ha considerado de mayor relevancia la elección de gobernador. Sin embargo lo que está en juego es también el Congreso Local, que puede convertirse en un actor fundamental en el caso de que, como resultado de las elecciones, la oposición logre cambiar a su favor la correlación de fuerzas en el congreso. Esta situación representaría la oportunidad de impulsar la Reforma de Estado suspendida en el último sexenio. Así mismo, se eligen autoridades municipales. En Oaxaca los municipios y comunidades son un factor importante de gobernabilidad, aquello que suceda en las elecciones municipales, marcará de manera especial el desarrollo del próximo gobierno en la entidad.
12. Los escenarios. Es aún muy difícil tener un pronóstico de estos resultados electorales. Podemos, eso si, construir escenarios en base a las tendencias políticas. Son tres los escenarios que a continuación desglosamos: a) El triunfo de la coalición opositora “Unidos por la paz y el progreso”. Para que este escenario se concrete, y el triunfo de la coalición sea inobjetable, se requieren las siguientes condiciones mínimas: Que la participación electoral sea superior al 60 % del listado nominal; que la coalición promueva candidatos con arraigo social que generen confianza ciudadana en los municipios y regiones del estado; que la coalición se comprometa con una agenda política de transición.b) El triunfo del PRI y sus aliados. Este escenario puede darse considerando las siguientes circunstancias: Que la participación electoral esté por debajo del 50% de la población electora; que los partidos PANAL y PUP obtengan un porcentaje de votos del 3% o más, cada uno de ellos; que las campañas del miedo y la “guerra sucia” ahuyenten al electorado de las urnas.c) Escenario de conflicto postelectoral. Escenario de alto riesgo. Éste podría conformarse en caso de que el PRI llegue a ganar con un porcentaje mínimo de diferencia y que los sectores de oposición prueben que se cometió fraude electoral. No olvidemos que el PRI controla dos estructuras: la gubernamental y la electoral. Este escenario nos estaría indicando que la elección se resuelve en tribunales, con el riesgo de anular la elección. Este escenario nos colocaría frente a una grave crisis de gobernabilidad. Marcaría también el inicio de un nuevo ciclo de alzamiento ciudadano en defensa del voto.
13. Dos preguntas se expresan a partir de este análisis: ¿Es posible la alternancia política que abra paso a un proceso de transición democrática en Oaxaca? Difícil dar respuesta a esta pregunta. Pero podemos afirmar que por primera vez en la historia, Oaxaca está en el camino de una alternancia política. Existe la posibilidad de que la conjunción: partidos políticos, movimientos sociales, organizaciones civiles, sectores de la academia, organismos empresariales, ciudadanía informada y crítica, pueblos y comunidades, construyan un gran acuerdo social que se exprese en las urnas y se consolide en una propuesta de gobierno de coalición, con metas claras para un periodo de transición de mediano plazo.
14.La otra pregunta: ¿Existen las condiciones para que este proceso político sea pacífico? Difícil pronosticar si este proceso será pacífico. Si tal como hemos señalado, una clave de lectura es el “tiempo-espacio 2006”, la efervescencia social será un signo que marcará esta elección, pero a su vez puede simbolizar el triunfo (en 2010) del movimiento (de 2006) por la vía de las urnas. Ese triunfo aplazado del movimiento social que, subvirtiendo el orden ahora a través de la participación y el voto, logre por fin cerrar el largo y oscuro ciclo de gobiernos autoritarios en Oaxaca.Servicios para una Educación Alternativa A.C. EDUCAOaxaca, Abril de 2010