Mujeres en acción y movilización callejera, en el marco de la transición democrática, subrayan los aspectos esenciales de este primer FSM en el Magreb, 12 años después de Porto Alegre 1.
En un contexto político complejo y desafiante. En el cual, luego de la insurrección del 2011 que volteó a Ben Alí, las tensiones crecientes entre islamismo radical en el gobierno y fuerzas democráticas opositoras acaparan el escenario político de este país de diez millones de habitantes.
El Foro Social Mundial con su concurrencia prevista de miles de participantes – entre 30 y 50 mil de 127 países diferentes, según las estimaciones de los organizadores- podrá significar una bocanada de aire fresco para el país. Apenas siete semanas después del asesinato del reconocido dirigente opositor de izquierda Chokri Belaid, acto criminal que hizo explotar la cólera popular.
“Esta cita en Túnez reviste una importante capital. Puede ayudarnos a romper la espiral del miedo y servir de barrera extraordinaria de contención de la violencia” enfatiza en dialogo con este corresponsal Basma Khalfaoui, militante feminista y viuda de Belaid.
Nos servirá –enfatiza- a aprender de otras experiencias. A inspirarnos en otros procesos. A intercambiar con las representantes de fuerzas democráticas del mundo entero.
Una forma concreta de abrir la dinámica tunecina – y de la región- a la solidaridad internacional, en un momento de encrucijadas, laberintos y salidas de difícil prognosis.
Los esfuerzos organizativos preparatorios del FSM han sido impecables. Y las casi 5 mil organizaciones inscritas – de las cuales una buena parte nacionales- animarán más de 1 mil actividades auto gestionadas en el enorme campus de la capitalina Universidad El Manar. El programa de las actividades se conocía por Internet desde varios días antes de esta edición del Foro. Y la versión impresa del mismo circuló sin demora.
Por otra parte, en las últimas horas el FSM empieza a perfilarse, lentamente, en la capital. Con los afiches callejeros llamando al “Foro de la Dignidad”; espacios mediáticos hasta ahora no demasiado abundantes; una llamativa carpa de información y acreditación en la céntrica avenida Burguiba y la llegada de los primeros participantes extranjeros.
Tres componentes serán decisivos para el éxito de esta 12da edición. La capacidad real de convocatoria de los movimientos sociales más dinámicos del país , en especial las Mujeres Democráticas, la Unión General de Trabajadores y el Movimiento de Diplomados Desempleados. La respuesta de la sociedad civil tunecina en general. Y la participación de la sociedad civil internacional.
Un reto enorme para la militancia democrática de Túnez y del Magreb, subraya Fathi Chamkhi, profesor universitario, miembro de ATTAC y del Comité por la Anulación de la deuda Externa/África y uno de los dirigentes nacionales del opositor Frente Popular.
Y un ejercicio de solidaridad concreta, enfatiza, en una coyuntura delicada de la vida del país. En la cual el proceso popular que estallara con toda su virulencia en enero del 2011 está en disputa, amenazado, y necesitado del apoyo de los demócratas del mundo entero, concluye.
*Sergio Ferrari, colaboración de prensa de E-CHANGER, ONG de cooperación solidaria activa en el FSM
Image: Sergio Ferrari
[es]Horas después, la tarde del mismo martes, una manifestación en la capital tunecina marcará, como es ya habitual en estos eventos, el arranque de la cita altermundialista. La marcha se iniciará en la Plaza 14 de enero, fecha emblemática que recuerda el inicio, en 2011, de la Revolución de los Jazmines.
Mujeres en acción y movilización callejera, en el marco de la transición democrática, subrayan los aspectos esenciales de este primer FSM en el Magreb, 12 años después de Porto Alegre 1.
En un contexto político complejo y desafiante. En el cual, luego de la insurrección del 2011 que volteó a Ben Alí, las tensiones crecientes entre islamismo radical en el gobierno y fuerzas democráticas opositoras acaparan el escenario político de este país de diez millones de habitantes.
El Foro Social Mundial con su concurrencia prevista de miles de participantes – entre 30 y 50 mil de 127 países diferentes, según las estimaciones de los organizadores- podrá significar una bocanada de aire fresco para el país. Apenas siete semanas después del asesinato del reconocido dirigente opositor de izquierda Chokri Belaid, acto criminal que hizo explotar la cólera popular.
“Esta cita en Túnez reviste una importante capital. Puede ayudarnos a romper la espiral del miedo y servir de barrera extraordinaria de contención de la violencia” enfatiza en dialogo con este corresponsal Basma Khalfaoui, militante feminista y viuda de Belaid.
Nos servirá –enfatiza- a aprender de otras experiencias. A inspirarnos en otros procesos. A intercambiar con las representantes de fuerzas democráticas del mundo entero.
Una forma concreta de abrir la dinámica tunecina – y de la región- a la solidaridad internacional, en un momento de encrucijadas, laberintos y salidas de difícil prognosis.
Los esfuerzos organizativos preparatorios del FSM han sido impecables. Y las casi 5 mil organizaciones inscritas – de las cuales una buena parte nacionales- animarán más de 1 mil actividades auto gestionadas en el enorme campus de la capitalina Universidad El Manar. El programa de las actividades se conocía por Internet desde varios días antes de esta edición del Foro. Y la versión impresa del mismo circuló sin demora.
Por otra parte, en las últimas horas el FSM empieza a perfilarse, lentamente, en la capital. Con los afiches callejeros llamando al “Foro de la Dignidad”; espacios mediáticos hasta ahora no demasiado abundantes; una llamativa carpa de información y acreditación en la céntrica avenida Burguiba y la llegada de los primeros participantes extranjeros.
Tres componentes serán decisivos para el éxito de esta 12da edición. La capacidad real de convocatoria de los movimientos sociales más dinámicos del país , en especial las Mujeres Democráticas, la Unión General de Trabajadores y el Movimiento de Diplomados Desempleados. La respuesta de la sociedad civil tunecina en general. Y la participación de la sociedad civil internacional.
Un reto enorme para la militancia democrática de Túnez y del Magreb, subraya Fathi Chamkhi, profesor universitario, miembro de ATTAC y del Comité por la Anulación de la deuda Externa/África y uno de los dirigentes nacionales del opositor Frente Popular.
Y un ejercicio de solidaridad concreta, enfatiza, en una coyuntura delicada de la vida del país. En la cual el proceso popular que estallara con toda su virulencia en enero del 2011 está en disputa, amenazado, y necesitado del apoyo de los demócratas del mundo entero, concluye.
*Sergio Ferrari, colaboración de prensa de E-CHANGER, ONG de cooperación solidaria activa en el FSM