“Apropiarse de la tecnología es apropiarse de nuestro destino”, explicó uno
de los panelistas durante el debate del segundo eje temático, y pidió “dejar de producir
colaborativamente para las corporaciones, que hacen negocios con nuestros datos”. A modo
de ejemplo, un indignado español, expuso la experiencia de su movimiento.
“El 15-M fue una tecnopolítica: contaba con un plan de movilización colectiva y
una campaña estratégica, las cuales se combinaron con la apropiación de una herramienta”,
indicó. “Debíamos sacar toda nuestra potencialidad a la calle”, por eso, si bien nos apoyamos
en las organizaciones sociales tradicionales, también intentamos “movilizar a quienes no
participaban políticamente”. La neutralidad “sirvió para que cualquiera pudiera estar de
acuerdo”.
Se trató de una “bola de comunicación” que aprovechó el gran malestar social,
para crear un discurso compuesto por los temas que más le importaban al común de la
gente, y expresados en un lenguaje sencillo: “No somos mercancía en manos de políticos
ni banqueros”, y “De internet a la calle”, fueron dos de los lemas más difundidos, los cuales
fueron elegidos por concurso a través de las redes sociales.
El español contó que “invadieron todos los canales posibles”, creando marcas en
Facebook, Twiiter, etc. Utilizaron las redes sociales para “hablar con la gente, escucharlos”; y
también para “construir” el estado de ánimo de las personas, “generando indignación”. Parte
del éxito del movimiento se debió a que “cualquiera podía involucrarse”.
La metodología incluyó reuniones locales para organizar la manifestación. “Nadie
se conocía” y, al no utilizar el lenguaje codificado de los movimientos sociales, “pudimos
implementar un discurso que priorizaba los objetivos comunes”, dejando de lado
algunos “vicios” de estos movimientos, como el de la autorreferencialidad. “Se adoptó una
gramática colectiva que no existía y se pudo amalgamar una “inteligencia dispersa” que
atravesó a toda la sociedad.
Por último, el panelista remarcó el “carácter pacifista del movimiento” y la utilización
del “streaming para defender a los manifestantes” de la represión policial. Asimismo, advirtió
sobre el “intento de las corporaciones de regular la red por medio de la propiedad intelectual
para evitar levantamientos sociales”. Para resistir esto, debemos desarrollar “herramientas
autónomas”, cerró.
En cuanto al aporte de los participantes del foro, un miembro de “Fora do eixo” opinó
que los movimientos sociales deben trabajar en tres líneas temáticas: “articulación, formación y
sustentabilidad” –financiamiento-. Otro asistente coincidió, y propuso generar “bancos tutoriales
de capacitación” que tengan en cuenta la cultura, necesidades y perspectivas de los usuarios,
para promover la participación de mayor cantidad de gente.
Finalmente, una militante social opinó que además de la producción de contenidos y
redes, es primordial movilizarse para disputar “la esfera marco”. Es decir, el marco legal y las
cuestiones institucionales. “Debemos reinventar el activismo: mezclar las luchas legales con las
ilegales, y las que están dentro y fuera del estado”, expresó.
III Foro de Medios Libres – El debate giró en torno a distintos ejes temáticos: “Medios libres y derecho a la comunicación”, “Medios libres, apropiación tecnológica y redes”, “Protocolo para las redes sociales”, y “Medios libres y políticas públicas”. Se realizó bajo la modalidad de “desconferencias”, en las que un panel enunciaba “disparadores” y luego, los asistentes aportaban sus puntos de vistas y propuestas.