María Elizabeth Macías tenía 39 años. Ella usaba en las redes sociales el sobrenombre de ‘La Nena de Laredo’, pero sus verdugos la tenían bien identificada y la llamaban ‘la periodiquera’. Sabían que era periodista, que era jefa de redacción del diario Primera Hora, el mismo que después de su muerte guardaría silencio para evitar represalias.
Más de 30 periodistas -la mayoría mexicanos- participaron entre el jueves 2 y el sábado 4 de febrero, en Ciudad de México, del Primer Encuentro Internacional de Periodistas del Diplomado a Distancia: Periodismo de Investigación y Herramientas Digitales (con enfoque de derechos humanos, para periodistas en México y Centroamérica). A ellos les pregunto por el caso de ‘La Nena de Laredo’. La sala guarda silencio. Alguien tuitea que estoy preguntando por la bloguera más famosa de Taumalipas, la misma que llamó la atención de los medios internacionales. Silencio otra vez.
Pocos me pueden dar pistas sobre lo que ocurrió el 24 de setiembre. Muchos lo ignoran de verdad. Otros apenas se enteraron por la televisión o por los diarios que sacaron minúsculas notas. Pero hay un periodista que la conoció, que sabía lo que ella hacía, que la recuerda en sus días de reportera.
Él ya no firma sus historias. Es uno de esos periodistas que ha decidido sobrevivir, como dice Brisa Solís, directora del Centro Nacional de Comunicación Social (CENCOS) de México. Él prefiere el anonimato. Así se protege del fuego cruzado entre narcos y policías, en Nuevo Laredo, Taumalipas, esa ciudad fronteriza en la que periodistas encubiertos -como lo fue María Elizabeth Macías- y usuarios de las redes sociales pretenden reportar la violencia.
“Si tocas el tema del crimen organizado te matan. Las balas están sobre nuestras cabezas. Es horrible. Los narcos se han vuelto viciosos de la sangre. Tienen secuestrada a la ciudad, te intimidan, te mantienen con la cabeza abajo. Nadie protesta y para el gobierno es muy cómoda la situación”, dice el reportero, entre la rabia y la resignación. Cuando se enteró de la noticia sintió frío, pensó en él, en su familia, en su trabajo, en sus compañeros. Se ríe, aunque su risa no es risa.
“La gente tiene miedo, pero debe seguir. Pese a lo que se vive muchos han optado por hacer algo en sus pequeños círculos, es decir, con familiares, amigos, en la iglesia, en la escuela. En sus redes sociales… Ese fue el caso de María Elizabeth Macías. Quiso hacer algo y acabó así”.
ZZZZ…
María Elizabeth Macías fue encontrada decapitada, al lado de un teclado de computadora, un reproductor de discos y varios cables. Al lado había un cartel que decía: “Ok Nuevo Laredo en vivo y redes sociales. Yo soy la nena de Laredo y aquí estoy por mis reportes y los suyos… para los que no quieren creer, esto me pasó por mis acciones, por confiar en SEDENA y MARINA… Gracias por su atención Atte: “La Nena de Laredo… ZZZZ”.
“Era una chica muy alegre y divertida. Tenía niños y hacía de todo en el diario, ya sabes es un diario chico donde hay que hacer muchas cosas, desde el trabajo administrativo hasta cosas de redacción”, recuerda el reportero. Primera Hora es un diario vespertino muy pequeño de Nueva Laredo, propiedad del alcalde Benjamín Galván Gómez.
“Incluso en Primera Hora la nota salió pequeña y solo se dijo que había un cuerpo y que se presumía que tenía relación con las redes sociales. No se mencionó que era periodista del diario, no se dijo nada. No hubo pronunciamiento. Así es en Nuevo Laredo. El silencio se ha impuesto”, cuenta este periodista, con su risa nerviosa, sus ojos brillantes y alzando mucho la voz como para romper el silencio.
NUEVO LAREDO EN VIVO
Se dijo que la periodista era moderadora del sitio Nuevo Laredo en Vivo, un portal de internet donde anónimos dan cuenta de hechos de violencia con la finalidad de protegerse los unos a los otros. De acuerdo con Animal Político, el blog desmintió que María Elizabeth Macías fuera una de sus administradoras.
Mike O’Connor, representante del CPJ en México, señala -citando versiones de reporteros de la zona- que el sitio se convirtió en una amenaza para los Zetas. “En una ciudad donde toda la policía había sido despedida y donde la prensa no puede cumplir con su trabajo, el sitio web se convirtió en un lugar donde los ciudadanos podían informar al ejército y a la policía federal sobre los Zetas”, indica.
El sitio web -refiere O’Connor-” tiene la sensación de pertenecer al gobierno federal, y muchos periodistas creen que es así”. La web -que también usa Twitter y Facebook para dar sus alertas- luce logos y números de teléfono del ejército, la marina y la policía federal. Y hoy todavía recuerda a La Nena de Laredo.
“Yo creo que ella no evaluó la magnitud de sus mensajes. Pienso que lo tomó como una causa personal. Creo que al descubrir lo que estaba pasando en las redes sociales ella se comprometió a informar en estos medios. Fue una manera de liberarse, de ser periodista a pesar del silencio. Debe haberse sentido frustrada como ciudadana y periodista”, reflexiona el reportero.
“En Taumalipas, en Nuevo Laredo, la prensa está silenciada. Es muy difícil ser periodista, cuando sientes que te van a matar en cualquier momento, cuando caminas mirando a todos lados. Los narcos querían que lo de María Elizabeth Macías nos asustara y así fue”, agrega.
EL REPORTAJE INCONCLUSO
La periodista mexicana Marcela Turati ha investigado el caso, pero no tiene aún las fuentes suficientes para escribir la historia: “Lo que tenemos hasta el momento es que el blog Nuevo Laredo no es un blog neutral. Es un sitio donde se denuncia donde están los narcos, donde la policía federal y los militares hacen propaganda y donde identificas al ‘dealer’ de tu barrio. También encontramos que su último post fue para festejar la muerte a unos zetas”.
Turati ha pedido información a sus colegas sobre ‘La Nena de Laredo’. Ellos han callado o le han dicho que no la conocían, que no la recordaban. Los medios locales tampoco ayudan, pues están sumidos en el silencio.
“Un especialista me dijo que era un portal de corte paramilitar. El IP no está en México, no hay forma de rastrear y no hay conexiones. Lo debe haber hecho alguien que sabe mucho de tecnología. Si esto sitio lo creó el Ejército me parece gravísimo que no se haya ocupado de proteger a sus editores o moderadores, y menos a los ciudadanos que allí colaboran. Puede ser una estrategia del gobierno federal para sacar información, pero no protege a los ciudadanos”, dice Turati, de la organización Periodistas de a Pie, organizadora del evento donde el caso de la ‘Nena de Laredo’ también fue mencionado por Judith Matloff, directora de la sección norteamericana del International News Safety Institute y profesora de periodismo de la Escuela de Periodismo de la Universidad de Columbia.
Matloff realizó un taller de entrevistas a víctimas, manejo de estrés y autocuidado emocional. Durante su charla mostró la imagen del cadáver de ‘La Nena de Laredo’ que ha dado la vuelta al mundo. Preguntó a los periodistas sobre la pertinencia de mostrar el cuerpo, sobre la información que ofrecía la imagen, sobre lo que sentían los familiares de esa mujer. Se abrió el debate y se reflexionó sobre la cobertura de violencia.
La historia de María Elizabeth Macías no ha terminado de contarse. Las fotos que algunos medios han difundido de ella son falsas. Las tomaron de internet sin mayor verificación y cruce de información. Ponerle el rostro a un muerto y que nadie reclame, y que nadie diga “no corresponde”. Eso pasa también en México. Hasta un diario peruano ha publicado el rostro falso de ‘La Nena de Laredo’.
Pudimos corroborar que ninguno ha publicado la imagen real de ‘La Nena de Laredo’. En esta cadena de silencios y equivocaciones, la verdad parece cada día más lejana. Con el paso de los meses, parece que el caso quedará en el olvido.
Estas entrevistas se hicieron en el Primer Encuentro Internacional de Periodistas del Diplomado a Distancia: Periodismo de Investigación y Herramientas Digitales (con enfoque de derechos humanos, para periodistas en México y Centroamérica) realizado por el Centro Nacional de Comunicación Social (CENCOS) y la Red Periodistas de a Pie con el financiamiento de la Embajada de Estados Unidos en México con el apoyo de la Fundación Prensa y Democracia, Prende, el Departamento de Comunicación de la Universidad Iberoamericana-Santa Fé.