Traducido por Maria Fernandez Estevez
Por iniciativa de Ritimo, una organización francesa dedicada a la comunicación al servicio de la solidaridad internacional y del desarrollo sostenible, de Ciranda y de Intervozes, ambas organizaciones brasileñas, se llevó a cabo un seminario que reunió medios alternativos de varios países durante este primer día de actividades autogestionadas en el FSM de Dakar. En la búsqueda de la construcción de “un mundo menos desigual que de voz a los excluidos”, dijo Myriam Merlant, de Ritimo, “estas organizaciones son esenciales para servir de contrapunto a los grandes medios”. El objetivo del seminario, que constó de tres momentos fundamentales, fue el intercambio de experiencias y la proposición de acciones conjuntas que lleven a la organización de un nuevo Foro Mundial de Medios Libres.
En un primer momento, se desarrolló un panorama de los nuevos medios en los continentes, que reunió diversas experiencias llevadas a cabo en África, América Latina, Asia y en Europa. En Francia, donde existen leyes sólidas para garantizar la libertad de expresión, “la realidad demuestra que la libertad de prensa ya no es tan grande, como dice Philippe Merlant, de Repórter Cidadão. La clasificación anual muestra la caída de Francia del puesto número 31 al puesto número 44, según el periodista. “Hoy la mitad de los franceses dice que las cosas no suceden como los medios dicen y el 66% piensa que la prensa de masas está dominada por los políticos y sobre todo las clases populares creen cada vez menos en los grandes medios de comunicación”.
La concentración de los medios también es algo que viene sucediendo en Francia desde hace unos años, incluyendo los nuevos decretos de Sarkozy, uno de los cuales determina que el gobierno nombrará a los cargos directivos de la televisión pública. “En los últimos treinta años, los pequeños vehículos mediáticos han dejado de existir”, cuenta Philippe, y la información se viene concentrando en los grandes medios, cuyos dueños son, por ejemplo, dos grandes industriales que fabrican armas y aviones; otro inversor en los medios de comunicación es un negociante de la explotación minera en África. “Cada vez dependemos más de los grandes medios, pero este no es el único problema”, añade el reportero ciudadano. “Antes a los movimientos sociales les gustaba que apareciesen los medios; hoy los movimientos quieren a los medios lejos, y la gente se pregunta por qué todas las coberturas son iguales”.
En Brasil sabemos bien cómo va esta historia y las semejanzas no se quedan ahí. “Se intenta producir información de la forma más barata posible, no hay más reportajes; los periodistas tienen el mismo perfil social, la mayoría proceden de las clases altas y estudian en las mismas escuelas”. Además, según Philippe, existe el “mito del individuo”, por el que se valoran a personajes públicos por ciertas características. “Para los medios, es el individuo el que construye la sociedad, no la sociedad la que construye al individuo; se privilegia los acontecimientos y no el contexto histórico y se difunde un pensamiento utilitarista. El lector es un consumidor, no un ciudadano”.
América Latina, África, todo igual
En América Latina, el modelo de comunicación que reina es el de los medios privados estadounidenses, no el de los medios públicos de Europa, dijo Sally, de la ALAI (Agencia Latinoamericana de Información). “Los medios comunitarios intentan rellenar el espacio de los medios públicos, pero aun son marginales y pequeños, son principalmente radios”. En este lado sur del planeta, “hablamos más del derecho a la comunicación que a la información”, en estos últimos quince años mientras se fortalece un movimiento de lucha por este derecho esencial. Son grandes empresas, más que los gobiernos, las que acaparan la comunicación y el debate ha aumentado con los nuevos gobiernos más de izquierdas. Sally citó Argentina y Venezuela como ejemplos donde las grandes movilizaciones han influido en este sentido y donde el tema ha alcanzado a los movimientos sociales, que sienten la necesidad de crear sus propios medios de comunicación.
Como participante en la comisión de comunicación del FSM, la coordinadora de Ciranda, Rita Freira, destacó la importancia de que el Foro Social Mundial transmita un mensaje a favor de la democracia en los medios de comunicación. Al presentar los contrastes que existen en Brasil, Rita destacó la criminalización de la pobreza y la mercantilización por parte de los medios, que distorsionan la realidad, la imagen de la mujer, esconden la mayoría afrodescendiente, y agrede los derechos de la infancia. “En Brasil, se ha iniciado un movimiento para cambiar esa situación, que nació de los activistas de la comunicación, de los medios alternativos, de los periodistas relacionados con los movimientos sociales, y se transformó en un llamamiento para que la sociedad brasileña comprenda que esa estructura de comunicación no es natural, no es democrática y por tanto necesita ser modificada”.
Ese movimiento consiguió que el gobierno de Brasil convocase una conferencia nacional de comunicación, que tuvo lugar en el último FSM en Belém como recuerda Rita. “Esa conferencia mostró lo mucho que estamos cercados y controlados por los grandes medios en Brasil, que se pasaron un año intentando que el encuentro no tuviese lugar”. La periodista también recordó que en el último periodo se cerraron tres mil cadenas de radio comunitarias en Brasil y que los grandes medios actúan para criminalizar los medios populares, ya que hoy existe un proceso de articulación de los pequeños medios, que defienden las nuevas políticas de comunicación en nuestro país”.
Información alternativa en el continente africano
Para Alymana Bathily, de Amarc (Senegal), hoy el escenario mediático en África goza de pluralidad de información, que se remonta a mediados de la década de 1990 y se logró gracias a la lucha de los movimientos sociales por medio de revoluciones, algunas violentas como la de Mali o la conquista del fin del apartheid en Sudáfrica. Hemos asistido al nacimiento de medios plurales, tenemos medios estatales, que antes eran las únicas, pues no había nada privado. Aquí en Senegal tenemos quince diarios; en 1995 había diez radios comunitarios en toda África occidental, hoy tenemos 200”. Las televisiones privadas se desarrollan en toda África; solo en Senegal existen media docena de canales, lo cual Alymana considera mucho para un país pequeño (12 millones de habitantes). Existe mucha diversidad, según el activista, hay periódicos a favor del gobierno, en contra, de opinión, religiosos, etc.
Otra novedad, según él, es internet, aunque tenga poco alcance en el África subsahariana (el 5 o 6% de la población) en comparación con el norte de África. “Internet se desarrolla lentamente, se utiliza más bien en las radios comunitarias (62%) y en los movimientos sociales. El móvil es otra historia: la mitad de la población africana tiene acceso, lo cual es muy importante, aunque no puedan ser usados de modo muy creativo. Hasta hace poco era difícil que los periodistas saliesen y pasasen información a la redacción”. Un ejemplo de ello fueron las últimas elecciones, en las que los periodistas pudieron cubrir en todas partes, lo cual permitió que ganase la oposición. Por otra parte, existe un arsenal de leyes sobre difamación y calumnia contra los jefes de estado, lo que hace que los periodistas practiquen autocensura. La formación de periodistas también es otro problema, así como la falta de equipamiento, principalmente para las radios comunitarias.
Mohammed Legtas, actúa en E-Joussour (Marruecos), proyecto desarrollado por los movimientos sociales para coordinar acciones en el norte de África y en Oriente Medio. En esa región “el ambiente es hostil a los derechos de las mujeres, a la libertad de expresión; los medios convencionales están totalmente controlados por el Estado; los periodistas son a menudo encarcelados”. El desarrollo de los medios alternativos como internet, ha creado nuevos militantes, que aprendieron a desarrollar nuevas plataformas y filmaron, por ejemplo, los soldados recibiendo dinero procedente de la corrupción. Mohammed recuerda que en los recientes acontecimientos en Túnez, el móvil tuvo un papel primordial, aunque la tecnología 3G haya llegado allí hace apenas ocho meses. Promover la radio y la televisión vía web es muy importante debido al analfabetismo.
E-Joussour no es solo un portal de información. “Somos muy activos en la dinamización de los movimientos sociales, trabajamos mucho con traducción para permitir que el conocimiento llegue a la población árabe y también en el uso del vídeo, también con móvil. Usamos software libre, el más fácil posible, y enseñamos a editar y publicar”. Fue así que se publicó mucho de lo que ocurrió en Túnez y Egipto. Mahmoud El-adawy, cámara en Egipto, nos dijo que el camino fue marcado por los tunecinos. Durante mucho tiempo no imaginábamos que podría haber una revolución en Egipto, militábamos a partir del Facebook, intercambiando informaciones a las que teníamos acceso y eso es hasta medio irónico pero descubrimos que eso permitía realizar el sueño de acción juntos”. Sobre Egipto, véase la entrevista exclusiva de Mahmoud para Ciranda.
Maris de la Cruz, de la Network for Transformative Social Protection (Filipinas), dice que su red trabaja por la dignidad y la vida de la gente, pero se dieron cuenta de la importancia de luchar por la comunicación. El trabajo comenzó en 2009 y reunió a varios movimientos en Tailandia, Túnez y Vietnam, además de Filipinas. La idea es conseguir “garantizar los derechos y fortalecer los movimientos sociales, ayudando a los pobres a conquistar fuerza colectiva, económica y política, a partir de beneficios concretos y transformarlos en agentes del movimiento social”. Para ella, el proceso de información ha sido fundamental para la lucha por cualquier otro derecho. La constitución de 1987 garantiza el derecho a la información y declara que es necesario que el Estado sea completamente transparente, pero hasta ahora el congreso no implementó esa legislación. La sociedad civil ha luchado por ello desde el año 2000, “luchan para construir medios de comunicación alternativos, pero la influencia de las empresas privadas sobre el gobierno supuso una gran barrera; los medios solo difunden información que les sea útil”.