Traducido por Miren Maialen
“Palestina es árabe. Volveremos”.
Esta fue una de las consignas en una franja abierta durante las manifestaciones en Ammán en Jordania, al igual que en otros países árabes como Siria y Líbano, en este 15 de mayo -día de la Nakba (catástrofe) de Palestina, cuando se creó unilateralmente el Estado de Israel hace 63 años y expulsó a alrededor de 800 000 habitantes de sus casas y destruyó unas 500 aldeas.
En una acción coordinada por un movimiento independiente llamado Grupo 15 Mayo, durante la llamada tercera intifada (levantamiento popular), en estos países, miles de refugiados se dirigieron a las fronteras con la Palestina ocupada para exigir que se cumpla el derecho de retorno. Esto fue garantizado por la ONU en Diciembre de 1948, el mismo año de la Nakba, mediante la resolución 194, pero jamás fue respetado por Israel.
Las protestas pacíficas en las fronteras reunieron a miles de personas y fueron violentamente reprimidas. En Siria y el Líbano, las noticias dan cuenta de decenas de muertos y heridos. En Egipto también estaba previsto un acto en la frontera con Gaza, pero la junta militar lo impidió. Hubo así mismo protestas en los territorios palestinos ocupados.
En Jordania también hubo brutalidad policial. De la concentración frente a la Mezquita de Al Kalutara, cerca de la embajada de Israel, alrededor de 3.000 manifestantes marcharon hacia Karameh, en la frontera, en varios autobuses y vehículos privados. Los estudiantes, que salían de las universidades rumbo al mismo destino, no consiguieron hacer el viaje porque el gobierno local no lo autorizó, lo que vació el acto. Además, los autobuses tuvieron problemas para llegar a Karameh, al ser obligados a desviarse por las fuerzas de policía jordanas.
Durante los días anteriores, alrededor de 15 mil se manifestaron convocando la tercera Intifada. Según uno de los organizadores, Taj
Edeen Shaabah, oriundo de Jenin, en Cisjordania, las iniciativas vienen siendo planificadas desde hace algún tiempo. “Ya esperábamos que el gobierno no nos dejara ir, pero mantuvimos el acto para demostrar que no vamos a dejar de manifestarnos por Palestina. “Bilal”Safad, natural de Jaffa, también en Cisjordania, resaltó: “Somos refugiados en los países árabes y queremos volver a nuestra tierra. “Abu Zeina Ja Innab, hija de una palestina de Safad, destacó la participación de las mujeres. “A pesar del carácter conservador de esta, la presencia femenina en estas protestas ha llegado a ser incluso superior a la de los hombres.
En la frontera las voces palestinas coreaban por el fin de la ocupación. El clima era tenso. La tropa de choque del ejército llevaba a cabo un cordón de aislamiento bloqueándola e intentaba intimidar a los manifestantes. A pesar de que gritaban que era una protesta pacífica y de no llevar ningún tipo de arma, en varias ocasiones las autoridades reprimieron a los manifestantes y al final los dispersaron con bombas de gas pimienta, disparos, y golpes, armados con palos y porras.
Decenas de personas resultaron heridas y detenidas. Al menos un joven palestino del campamento de refugiados de Bakka resultó muerto. Una demostración de arbitrariedad que prevaleció en muchos países y en los territorios ocupados durante la tercera intifada palestina. A pesar de ello, los organizadores prometen continuar. Este fue sólo el comienzo. “Vamos a promover manifestaciones hasta que se abran las fronteras “, dijo uno de ellos, Aran Abdo, oriundo de la ciudad de Ramla, que fue destruida en 1948 por las fuerzas sionistas.