Poco antes de las 9 de la mañana la ministra de Seguridad Patricia Bullrich salió al aire por el canal de noticias del Grupo Clarín, que desde muy temprano (y a través de conductores derechistas como Sergio Lapegüe) se envalentonó contra los cortes de las autopistas de acceso a Buenos Aires por parte de organizaciones de trabajadores combativos y de la izquierda.
“La gente que venga del norte, sur u oeste y quiera entrar a la ciudad lo puede hacer”, fue una de las primeras cosas que dijo Bullrich buscando mostrarse con cierta fortaleza ante lo que todos los medios venían difundiendo desde las 5 de la mañana. “Tuvimos bastante conflictividad”, agregó y dijo que “en el Puente Pueyrredón estamos cortando nosotros mismos para evitar que la gente lo corte”.
Enseguida, intentando cubrirse de las preguntas que seguro vendrían de parte de quienes están siempre más preocupados por el “tránsito” que por la realidad de millones de trabajadoras y trabajadores, Bullrich dijo que “están liberados el Uriburu, en la Panamericana estamos abriendo carriles, en el oeste también liberamos, Richieri también, en General Paz”.
Dando un paso más en su combate al paro general, la exministra de Trabajo del gobierno ajustador y represor de Fernando de la Rúa le pidió públicamente a la “la gente” que “venga a trabajar, si bien ha habido focos, estamos logrando que la gente llegue a la Ciudad de Buenos Aires y moverse con libertad”.
“Mi mensaje es salgan a trabajar, en bicicleta, en auto, en camión, en furgoneta o lo que sea, el Estado está presente”, arengó Bullrich. Y como si supiera lo que necesita la clase trabajadora, sentenció que “la gente no necesita un paro general hoy, es la última medida. Nosotros vinimos para cambiar, el Presidente lo dijo claro, estamos para cambiar”.
Con otra definición Bullrich intentó caracterizar a las numerosas columnas de trabajadoras y trabajadores que participaron de los cortes. “Hay mafiosos que amenazan a los trabajadores que quieren ir a trabajar”, fabuló y agregó “que se está garantizando que a la gente no la amedrenten. Pueden quemar alguna goma pero estamos sacando a todos los violentos”.
Lapegüe le reprochó a Bullrich que Panamericana y 197 estaba totalmente cortada desde hacía horas. “Esto es como el gato y el ratón, ellos se corren un poco y nosotros tenemos que ir tras ellos”, respondió incómoda Bullrich. “En el Camino Negro y Puente Lanoria no había nadie para evitar el corte”, retrucó Palegüe. “Ahora me voy a comunicar con la Policía de la Provincia de Buenos Aires para que puedan liberar ahí”, se excusó culposamente la ministra.
“Estamos tranquilos, estamos bien, la gente tiene que estar tranquila. El peor miedo es que las mafias sigan administrando el país”, finalizó la máxima encargada de reprimir las manifestaciones obreras y sociales en el país.
Poco después de la entrevista, la Gendarmería avanzaba a fuerza de gases lacrimógenos y gas pimienta contra trabajadoras y trabajadores en Panamericana y 197, intentando con mucha dificultad retomar el control de la zona. Justamente por el accionar de la fuerza comandada por Bullrich, la autopista terminó completamente cortada, incluyendo las colectoras.