El depuesto presidente de Honduras, Manuel Zelaya, advirtió este lunes que el gobierno de facto puede darle una “bofetada” a la comunidad internacional el martes, cuando se debate su restitución en el poder en el diálogo que busca resolver la crisis política.
“Será el día esencial del diálogo para saber si esto se resolverá, pero no tengo confianza. Considero que lo que va a pasar es que el régimen golpista se va a seguir negando a acatar la resolución de la OEA y la comunidad internacional”, dijo Zelaya a la AFP.
“Siempre mantengo mi actitud al diálogo, pero no tengo ninguna confianza en los golpistas. Va a ser una bofetada contra la comunidad internacional si se niegan a restituir lo que usurparon”, añadió el presidente derrocado en un golpe de Estado el 28 de junio.
Refugiado en la embajada de Brasil desde que volvió sorpresivamente al país hace tres semanas, Zelaya dijo no poder adelantar lo qué hará en concreto si fracasa el diálogo, pero señaló: “Seguiremos luchando en las calles y se va a profundizar la crisis”.
“Todo lo que hasta ahora se ha avanzado, lo hemos aceptado para concluir pacíficamente mi mandato -el 27 de enero-, son los elementos del contexto, pero el martes es decisivo, la comunidad internacional me está apoyando en darle una lección a los golpistas”, comentó el líder derrocado.
“Si no hay acuerdo, la elección no va a tener respaldo de la comunidad internacional ni dentro del país, va a ser un fraude. Es la condena de Micheletti, algunos le endulzan el oído haciéndole creer que el mundo las va a aceptar”, agregó Zelaya.
Zelaya, acusado por el régimen de facto de 18 delitos, como corrupción, abuso de autoridad y traición a la patria por promover un cambio de Constitución, afirmó que “nunca” pidió amnistía porque no la necesita.