Una contribución para el debate sobre el futuro del FSM

Este texto, pensado solamente como una pequeña contribución al debate sobre el futuro del FSM, se ha transformado en un largo comentario a un texto de Óscar González César[1], de México, miembro de un Grupo que se ha denominado Grupo Renovador del FSM, publicado el 7 de noviembre último en la lista de discusión del Consejo Internacional del FSM. Casi al terminarlo le he agregado comentarios al texto de Francine Mestrum[2], también del Grupo Renovador de Oscar, publicado más recientemente, en el 5 de diciembre.

Antes de divulgar su texto, Óscar me lo había enviado personalmente. Le agradecí con algunas observaciones, pensando en me quedar por ahí, para no retomar una cansadora discusión que dura ya veinte años – aún más ahora con la presión de la pandemia en especial sobre los de mi edad. Me he también recordado de tentativas, sin suceso, de esclarecer cosas junto a Boaventura de Souza Santos, también del Grupo de Óscar. Me he mismo preguntado si esa discusión tendría sentido cuando la mayoría de los participantes de los Foros Sociales Mundiales está interesada más bien en saber cuándo y onde será el próximo.

Sin embargo, al leer con más vagar el texto de Oscar, así como un texto de su propio Grupo Renovador, que incluía un relato distorsionado de una reunión del Consejo Internacional – CI[3] del FSM en Montreal, me he dado cuenta que ellos iban más lejos que me pareciera, y que era necesario escribir algo sobre lo que dicen.

Esto me ha parecido aún más necesario al leer el texto de Francine Mestrum.

Me he quedado entonces impresionado con la casi ferocidad con que ataca el FSM y los que han participado de su creación, que llama de “padres fundadores”[4], inventando cosas increíbles, como la de uno de ellos haber un día exclamado “con orgullo: ‘El Foro soy yo‘”. O diciendo que buenas propuestas han sido “rechazadas” en el FSM (no se sabe quién tendría todo ese poder), como la del “Manifiesto de Porto Alegre”[5] en el 2005 y la del “Llamamiento de Bamako”[6], en el 2006. O cosas incomprensibles como “se temía hablar de política” en el CI.[7]

Las posiciones de Oscar y su Grupo han tomado cuerpo hace un buen tiempo, incomodados principalmente por la Carta de Principios del FSM impedir Declaraciones Finales de los Foros, así como a su Consejo Internacional de tomar posiciones políticas en su nombre. Insisten así en cambiar esa Carta,[8] según Francine “responsable del impasse en el que se encuentra el FSM”. Pero los incomodan también cosas que no están en la Carta, pero hacen parte de prácticas ya tradicionales en el proceso FSM, como la decisión por consenso en el Consejo o la de organizar los Foros fundamentalmente a partir de actividades autogestionadas por sus participantes[9].

El problema que se pone es que estas posiciones (de Óscar y su Grupo) muy probablemente llevarían al desaparecimiento de un FSM como el actual, como un espacio para intercambios, reflexión y articulación para la acción, en la enorme cantidad y diversidad decurrentes de la propia heterogeneidad de la sociedad civil, convidada principal para ese evento.

Yo por lo menos, y quizás muchos otros, lamentaríamos mucho que esto ocurriera. Aún más porque exactamente ahora se torna mucho más necesario que las organizaciones y movimientos sociales de todo el mundo puedan contar con encuentros como los del FSM, para que puedan articular sus acciones frente a menazas bien más graves que las que enfrentábamos en 2001: el continuo y grande aumento de la desigualdad en las sociedades y entre regiones y países; el crecimiento de la ultraderecha y las distorsiones que alcanza a hacer en el funcionamiento de la democracia; la posibilidad de un colapso ambiental del planeta hasta la extinción de la propia especie humana.

Pero me he preguntado si sería oportuno divulgar ahora este texto. El Consejo Internacional está intensamente ocupado con la preparación de un Foro Social Mundial Virtual en enero próximo, lo que es un desafío particularmente difícil, no desde el punto de vista de los contenidos que serían en el discutidos – de tan graves son evidentes para todos – sino que cuanto a la forma de tornar efectiva esta discusión, puesto que encuentros presenciales como los de siempre no son aún posibles, y los nuevos instrumentos creados para la comunicación virtual están aún siendo experimentados.

Sin embargo, informado de que este debate podrá ocurrir ya en el Foro Virtual de enero próximo, considero que divulgarlo ahora es hasta mismo oportuno.

En este texto indico a qué tipo de Foro probablemente nos llevarían las propuestas del Grupo de Óscar, en seguida las diferencias de visión sobre su manera de ver la lucha por “otro mundo posible” y las que han prevalecido en el FSM y, por último, algo que poco recordamos: el rol del actual FSM en la retaguarda de la acción rumbo a ese “otro mundo”.

I – A qué tipo de Foro nos llevarían las propuestas del Grupo de Óscar

Más de una vez Óscar González dice, sin medias palabras, que el FSM es un fracaso. Y quelos culpados son los que llama de “nuestros amigos altermundistas brasileños”. Según el, es gente de «buena fe» pero “románticos” y “soñadores”, con “actitudes fincadas en dogmatismos” y “simulaciones ideológicas”; que han creado el FSM sin“claras regulaciones operativas sobre la conducción y el autogobierno de este proceso”. Dice tambiénque han “arrancado” su “experimento” “sin estructuras de gobierno ni jerarquías” que le permitirían pasar a una “acción unitaria a nombre del Foro” [10]; y hace acusaciones – que serían graves, pero creo que no las he entendido – como la de “alineamientos con intereses que se sobreponen a un mínimo bienestar de las clases populares en todo el mundo”.

Otras afirmaciones de Óscar nos hacen pensar que realmente no le agradan los “brasileños”, quizás porque consideran que puede existir alegría en la acción política: después de señalar que “no era una tarea fácil organizar encuentros de gente con ideas y culturas políticas tan diversas” para influir en los cambios mundiales, dice que ellos han creado “una especie de fiesta o de ‘carnaval’ político”[11].

¿Pero cómo sería entonces el FSM que proponen? Sin duda, considerando el tono de las afirmaciones de Óscar (como también las de Francine), sería un Foro como muchos otros – incluso como el Foro Económico de Davos – atrayente solo para los inscritos como sus seguidores: muy bien estructurado, sin las confusiones e improvisaciones o mala organización de los FSM, con grandes auditorios en que se recibirían enseñanzas y orientaciones, desde arriba, de líderes políticos o intelectuales célebres aptos a hablar de las cosas realmente importantes.[12] Habría claras jerarquías entre sus organizadores y auxiliares bien pagados y recepcionistas bien vestid@s; y “ejes temáticos” para las discusiones, bien definidas antes mismo de la “convocación” de sus participantes, poniendo en el centro “y como prioridad mayor la organización de debates serios”. Todo esogracias a una “dirección” del Foro bien capacitada para esa función y para elegir “prioridades” para la eventual acción de los que atendan a su “convocatoria”, “a partir de una clara definición de temas o problemas sustanciales”.

Lo más nuevo todavía seria que este tipo de FSM se lanzaría el también en la lucha, con sus propias acciones “a nombre del Foro”, tomando claras posiciones para efectivamente “cambiar el mundo” – puesto que “ningún ‘otro mundo’ es posible sin la construcción de un contrapoder”, para citarFrancine, que también dice: “En el año 2001 el objetivo claramente fue construir un contra-poder para dar voz a los movimientos sociales, de modo que pudieran responder a la voz que venía del Foro Económico Mundial de Davos”.

O sea, que se comprenda bien, el FSM sería el propio “contra poder”, en la línea de frente,como voz de los movimientos y organizaciones sociales, ya que – como dice también Francine – nada ocurre “de forma espontánea”, así comono se puede dejar que esos movimientos sean “obstaculizados en su trabajo político por las ONG más ricas y poderosas”, menos aún por “organizaciones cristianas[13] con mucho temor de cualquier cosa que se parezca a la política.”

Militantes disciplinados seguirían así sin grandes dudas las palabras de orden de una tal “vanguardia” esclarecida, obviamente no se permitiendo hacer bromas o “fiestas”; al contrario, enfrentarían, quizás con puños y dientes cerrados de rabia, sus “enemigos” y también los menos “conscientes”, entre ellos mismos, de lo que es la “realidad pura y dura”, como dice Óscar. La “marca” FSM no designaría más un encuentro mundial, sino que ese nuevo y poderoso “sujeto político global”.

Pero pregunto: ¿ qué haría el “renovado” FSM (o “SPG”, en estos tiempos en que todo se transforma en sigla…) con el actual FSM, que ya se ha tornado un Bien Común de la Humanidad, sin dueño, que puede por lo tanto ser utilizado por quienes lo encuentren útil, cómo se ha dicho en 2009 en Belem, Brasil, en el foro donde ese concepto ha sido más discutido? [14] En la misma línea de interrogación, pregunto: ¿qué van a hacer los “propietarios” del FSM frente a la tendencia – nascida inmediatamente después de realizado el primer FSM en 2001 y cada vez más fuerte en los días de hoy – a la multiplicación de Foros Sociales, que llamamos de “proceso del FSM” ? [15] Habría que preguntar, igualmente: ¿qué harán con los Foros temáticos que están igualmente se apropiando de la “marca” FSM? [16]

En síntesis, si seguimos las ideas de Óscar y su Grupo ocurriríanno solamentecambios mayores o menores en la Carta de Principios del FSM. Habría un cambio total en el carácter y en la naturaleza del FSM, [17] que pasaría a comandar la lucha por “otro mundo posible”. Y esto con una estructura verticalizada, según la visión autoritaria de lo que debería ser el FSM – y por lo tanto también el movimiento que lo sustituiría – contraria a los valores del “otro mundo posible”, que queremos ya construir con métodos coherentes con esos valores.

Y al desaparecer el actual FSM desaparecería con el también el espacio en la retaguarda de la lucha que el asegura (de que trato más adelante), para que sus participantes puedan prepararla y después evaluarla para buscar una más grande eficacia – lo que es un rol insustituible del actual FSM, al mismo tiempo que lo de acoger, en su horizontalidad abierta, cada vez más gente dispuesta a participar.

II – El FSM como innovación política

Innovar en las prácticas políticas es una exigencia ­­para todos que no actúan burocráticamente, sino que buscando atingir efectivamente sus objetivos. Y es en esta perspectiva que he dicho, en alguno de mis textos citado por Óscar, se «requiere el abandono de prácticas moldeadas durante más de cien años de acción política vertical”. Digo de paso que el me cita varias veces, pero yo no me reconozco en todas esas citaciones[18].

Sobre este tema me gustaría de le indicar, y para los interesados, el libro de uno de los creadores del FSM, José Corrêa Leite, publicado en 2003, intitulado “Fórum Social Mundial: La historia de una invención política”[19], en que analiza cómo han surgido innovaciones en el FSM. El resumen de la tesis doctoral del autor, en la Universidad Católica de São Paulo (traducción mía), dá claramente el sentido que ve en el FSM: “Registrando una serie de fenómenos políticos, que extravasan los marcos nacionales y configuran un movimiento por justicia global, hemos focalizado el Fórum Social Mundial, que aparece como la institución ejemplar de un nuevo tipo de práctica política, organizado em forma muy distinta de las anteriormente existentes: organización internacional horizontal, formación de redes y grupos de afinidad, rechazo de la representación, valorización de la diversidad.”

En el libro sobre el FSM que he escrito en 2005[20], cuento cosas que tienen mucho a ver con la perspectiva de Corrêa Leite, como el testimonio de un militante experimentado del Partido Comunista de Francia. El había participado de la organización del Foro Social Europeo en 2003 y de un Foro Social Local en su ciudad. En una oficina de otro Foro Social Local, en ese mismo año, de que yo mismo he también participado, él ha dicho lo que ocurre con quienes se integran a ese proceso: en el FSM se “aprende a desaprender”.

En otro párrafo del libro, cuento lo que sentía cuando participaba de reuniones del entonces “Comité Organizador” del primero FSM: “todo pasa como si bajo la mesa en que se diseñan las ideas para la organización del FSM y se apoyan los codos para escuchar las propuestas, estuviera escondido un enorme pulpo. Alimentado por las practicas del “mundo viejo”, sus longos y fuertes tentáculos resurgen continuamente de todos los lados, tratando de tirar bajo la mesa todo lo nuevo que se intenta crear, (…) repitiendo mil veces la misma maniobra con colores aparentemente nuevas, (…) casi llevándonos a andar para tras”.

Pero aun sobre el carácter innovador del FSM, yo recomendaría otro texto, bien reciente (2020), de Sergio Haddad, [21] otro de sus creadores y gran conocedor de la obra de Paulo Freire,[22] cuyo pensamiento ha influenciado mucho la organización de los FSM, en la opción de facilitar intercambios horizontales de saberes y experiencias. El título de ese texto ya lo dice claramente: “El Foro Social Mundial como un espacio educador”.

Es interesante observar que parece escapar totalmente a las preocupaciones de Óscar (asi como de Francine) exactamente la percepción de lo que es la horizontalidad, que ya desde antes del FSM era adoptada por muchos movimientos, como en las movilizaciones contra la OMC en 1999 en Seattle, Estados Unidos[23]. Para Óscar, “Indignados” en España y “Occupy” en los Estados Unidos, ambos innovadoramente horizontales, han sido “relevantes” en su tiempo, como ha dicho, pero no por su horizontalidad. Y al decir que“por cierto ocurrieron por completo al margen del Foro”, no debe pasar por sus cogitaciones que el FSM, como “organización internacional horizontal”, como dice Corrêa Leite, pudiera haber influido, con su suceso, en la forma misma de organizarse de estos movimientos – aunque existieran, desde muy antes del FSM, teorías y experimentos de no directividad en acciones sociales.

Así, no he identificado cual relevancia veen el “Occupy”, más bien “Occupy Wall Street” [24], cuando un gran número de jóvenes se ha instalado, con sus tiendas, frente a la poderosa Bolsa de Valores de Nueva York, para decir en voz alta, a los que estaban dentro de ella, que ellos eran el 1% que exploraba la Humanidad, pero nosotros somos los 99% restantes y queremos que sean respectados nuestros derechos. Pero al que me parece no ha sido porque han creado esta imagen, que ayudó mucho la toma de consciencia de lo que pasa en el mundo de hoy.

Pero es posible que haya visto relevancia en “Indignados” por haber llevado a la creación del nuevo partido “Podemos”, que ha conseguido por así decir “organizar” la irrupción natural de la insatisfacción de los españoles y españolas con sus partidos, clamando “no nos representan”. Es lo que se puede concluir a partir de su visiónde la acción política, al decir que es fundamental replantear las funciones del Consejo Internacional del FSM, que para él debe ser su “gobierno”. Sin referir-se, sin embargo, a una de las funciones más importantes que tuvo el CI en su historia: la de expandir el proceso FSM (de multiplicación de “plazas sin dueño”) a todos los rincones del mundo, incluso eligiendo por ese criterio el país donde realizar sus reuniones.

III – Las diferencias de visión sobre la manera de ver la lucha por “otro mundo posible”

Quizás este tema sea lo que más explica las dificultades de Óscar y su Grupo con el FSM como es. Porque su propria existencia se debe, entre otras cosas, por así decir a una toma de consciencia de las potencialidades de la sociedad civil, como actor político autónomo y autoorganizado,[25] después de muchos siglos manipulada por líderes políticos y partidos o usada como carne de cañón de sus ejércitos. Potencialidades esas que son casi las que efectivamente permitirían que llegáramos a construir el “otro mundo posible”.

Al que parece, para ellos, esto solo será posible por órdenes y obra de “dirigentes” fantásticamente lucidos de militantes valientes. Lejos de mi imaginar que esperen contar, para esto, con la homogenización de la sociedad como la de un ejército disciplinado, todo vestido con uniformes idénticos, marchando en desfiles para mostrar fuerza y saludando a sus dirigentes infalibles con gestos y pasos perfectamente iguales, toda la tropa entrenada y lista para matar y destruir, como les gusta a los militares.

Pero, aunque no lleguen a tales simplificaciones hoy día sin sentido, lo que proponen es caer – sin innovaciones políticas como las que el FSM empezó a experimentar hace 20 años – en los viejos modelos de acción política, como lo de crear más uno “sujeto político”, listo para competir por una posición hegemónica con los otros que ya existen.

Nadie puede ser contra el surgimiento de nuevos “sujetos políticos”, aun menos de los que quieran ser “globales”. Si eso se hace necesario, que sea creado lo más pronto posible. ¿Por qué por ejemplo no hacer reaparecer – y anunciarlo hasta mismo dentro del espacio libre del FSM – la Asamblea de Movimientos Sociales, llamándola ahora de Mundial, ¿pero autónoma en relación al FSM? Aquella que ha resurgido a cada FSM, a lo largo de sus 20 años, era muy “colgada” al Foro, como si dependiera de el para realizar sus objetivos[26].

El problema por lo tanto no es lo de hacer como los españoles, que han creado un nuevo “sujeto político nacional”, sino lo de pretender que el propio FSM se transforme en un “sujeto político global”, dejando de cumplir su actual rol junto a los actores de la lucha por el “otro mundo posible”.

Lo que parece les escapar, a Óscar y su Grupo, es que no llegaremos de un solo golpe al “otro mundo posible” – como con un Golpe de Estado en que algunos de un día para otro se apropian de la riqueza de un país, con tiros o, como hoy día, con maniobras jurídicas o mismo por procesos electorales desvirtuados. Para llegar a lo que es nuestra utopía, será necesario luchar sin treguas durante mucho tiempo para superar la dominación del mundo por la lógica y la cultura capitalistas, consolidadas a lo largo de siglos en las mentes y los corazones de gran parte de la Humanidad. Esta, hoy día está sometida al rol de consumidora de la producción, sin límites, de una gigantesca máquina mundial de producción industrial de bienes materiales o solamente contables del propio dinero, que ha escapado totalmente al control de los seres humanos pero es totalmente dependiente del comercio y del consumo.

En esta lógica y cultura, el motor de las actividades humanas, en todos los sectores de vida y lugares del mundo – salvo entre pueblos no ”modernizados” – es la competición permanente y mismo cruel entre todos y todas, en un individualismo egoísta y la búsqueda permanente de oportunidades de negocio y de lucro donde existan, aunque lo sea en perjuicio de la vida de las gentes y, sin retorno, de la naturaleza, visando obtener riqueza o bienes materiales aunque cuando se acaba de salir de la miseria.

Y es ahí que surge la sociedad civil como un actor político multifacético, extremamente heterogéneo e ingobernable, pero capaz, por eso mismo, de hacer cambios en todos los meandros del mundo en que vivemos. Llegaremos al “otro mundo posible” solo después de un largo tiempo – sería mucho mejor para la Humanidad y mismo para su sobrevida como especie que no fuera tan extenso – en un proceso cumulativo de “transición”, con victorias y derrotas y miles de cambios a todos los niveles y de muchos tipos, cada uno con su ritmo, dimensión, medios y protagonistas, incidiendo en lo económico, lo social, lo ambiental, lo institucional, la comunicación, lo cultural, etc., en una gran diversidad, exigiendo desde grandes movilizaciones mundiales o locales hasta objeciones de consciencia individuales. Se trata de una auténtica revolución, que incluirá muchas “reformas” así como eventuales rupturas y cambios cualitativos, el todo incidiendo especialmente en la consciencia de cada ciudadano del planeta.

Es dentro de esta perspectiva que se comprenderá el rol fundamental e insubstituible que puede tener la sociedad civil en nuestra lucha, así como sobre la importancia de su entrada como actor autónomo: es exactamente por su heterogeneidad y solo por su acción que podremos obtener cambios profundos en la gran diversidad de aspectos y dimensiones de la vida de la sociedad, exigidos para esa “transición” al “otro mundo posible”. [27]

Así es que, en la lucha de este actor político, ha sido muy oportuna la “invención” del “espacio abierto” del FSM, capaz de acogerlo en toda su diversidad. Asi como sería la decisión de mantenerlo como una retaguarda autónoma de esa lucha.

IV – Porque una retaguarda autónoma en la lucha por “otro mundo posible”.

Toda lucha política tiene que contar con un espacio en su retaguarda, donde los que van a lanzarse en la acción puedan prepararla, fijando claramente sus objetivos, eligiendo la mejor estrategia para alcanzarlo, organizando la acción con la distribución de tareas y responsabilidades. Sin estos cuidados, recomendados en todo buen manual de planeamiento, el riesgo de fracaso es grande. Será necesario improvisar solo cuando uno se da cuenta, ya en plena acción, que hubo decisiones equivocadas o sorpresas con cosas que no se ha conseguido prever – lo que es siempre posible, porque nadie puede prever todo.

De la misma forma, ese espacio tiene que estar también disponible al terminar la acción, para que se pueda evaluarla y sacar lecciones para las próximas acciones, sobre el mayor o menor acierto de las decisiones tomadas, antes de la acción y durante la misma.

La mejor manera de evitar errores muy grandes es hacer con que los que asumen las acciones participen de este proceso de decisión y evaluación. Esto se torna muy difícil en gobiernos y empresas, que llegan por eso a separar y especializar peligrosamente las funciones de pensar y de hacer. Por eso se ha “inventado” el planeamiento participativo, imposible en acciones militares con sus efectos “colaterales” y muy mal visto por gobernantes autoritarios.

Una de las dimensiones más importantes de la “invención” del FSM es haber creado ese espacio de retaguarda, sin comando o dirección de nadie ni de ninguna organización o partido, para cumplir todas estas funciones para todas las acciones extremamente diversificadas necesarias para construir el “otro mundo posible”.[28]

Aun más, en el FSM se encontró modos de hacer con que los que llevan las diferentes acciones puedan descubrir convergencias que permitan construir nuevas alianzas. Así como un modo de acoger, en su horizontalidad abierta, todos lo que quieran aproximarse y agregar sus luchas a otras más amplias y más decisivas para cambiar el mundo. Y también, atraídos a los FSM por su mensaje de esperanza y participando con sus campamientos autogestionados, centenas o millares de jóvenes ciudadanos y ciudadanas empiezan a descubrir que deben participar de esas luchas.

Yo diría que esta retaguarda no es solamente útil, es imprescindible, tanto como la acción. Son complementares una a la otra. Reflexión sin acción es tan dañina como acción sin reflexión. Pero no basta que cada movimiento o organización de la sociedad civil o cada “sujeto político” creado reflexionen, aislados dentro de su mundo, sobre sus proprias luchas. Es necesario, frente la diversidad y amplitud de la construcción del “otro mundo posible”, que estas reflexiones se apoyen unas en las otras, autónomamente, con lo que se aprende y descubre en la heterogeneidad de la sociedad civil, ofrecida a todos en espacios abiertos como los FSM. [29]

El FSM como nuevo instrumento de lucha política empezó a existir[30] en enero de 2001, llevando Ignace Ramonet, director del periódico francés Le monde Diplomatique, a escribir en la primera página de su número de enero de 2001, “El siglo XXI comienza en Porto Alegre”. Sería así casi un crimen de lesa-humanidad hacer desaparecer este instrumento, así como dejar que “sujetos políticos globales” intenten – pretensiosamente – “dirigir” la acción de la sociedad civil, de todo el mundo, que participa de los FSM. Dejemos que sus “facilitadores” (y no “dirigentes”) continúen a buscar, a cada Foro y sacando lecciones del anterior, con la ayuda de miembros del CI disponibles para eso, la mejor manera de hacer con que cumplan su objetivo de apoyo y retaguarda de la acción concreta de los movimientos y organizaciones sociales de los cuales depende efectivamente, junto con otros actores políticos, el cambio del mundo.

V – indicaciones

Para los que se interesen por saber un poco más de lo que ha sido discutido durante 20 años sobre el FSM, he elegido tres textos que escribí con indicaciones sobre este tema: uno de 2003[31], otro de 2009[32] y un tercero de 2019[33].

El primero, lo de 2003, “Notas para el debate sobre el FSM”, comienza con la discusión sobre la diferencia entre “movimiento” y “espacio”. En el he intentado indicar las razones por las cuales en el FSM la forma de “espacio” ha prevalecido, cuando ya había quienes quisieran su transformación en “movimiento” – como preferiría ahora el Grupo Reformador de Óscar. Con lo que, yo lo decía en 2003, surgirían necesariamente las luchas por el poder de dirigir este movimiento, tornando necesario dejar de lado uno de los principios de la Carta del FSM, según el cual ese evento no es lugar de disputa de poder.

En el segundo, de 2009, “Los Foros Sociales Mundiales rumbo al otro mundo posible” he dado una visión más amplia de lo que era, concretamente, el FSM. Ha sido mi contribución en un Seminario sobre el FSM en ese año, en la Universidad de Sofia, en Tokio,[34] con un público cuya mayor parte lo desconocía.

En el tercero, de 2019, “Foro Social Mundial – perspectivas posibles”, escrito a pedido de la revista finlandesa “Globalisations”, hiceun esfuerzo especial de memoria de la génesis de las decisiones tomadas a lo largo del año 2.000, antes del primer FSM y que lo han formateado, consolidándose el año siguiente en su Carta de Principios.

He pretendido mostrar, en ese texto, que esos principios han sido el resultado progresivo de muchas reflexiones y discusiones a lo largo de todo el año en que se ha preparado el primero FSM, con decisiones tomadas, por consenso, por los representantes de ocho organizaciones y movimientos de la sociedad civil brasileña, extremamente diversos en cuanto a sus objetivos, áreas de acción y dimensiones.

En esta perspectiva, se puede decir que La Carta no ha sido modificada a lo largo de los 20 años del FSM no porque sería una tabla sagrada – imposible de cambiar por haber sido recibida de un ente superior, como les gusta decir aquellos a quien no les gusta la Carta – sino porque las orientaciones que contiene han garantizado su suceso durante ese tiempo y para ese fin han sido escritas, a partir de la experiencia del primero FSM y de su extensión, que llamamos “proceso FSM”. Modificarla, como pretende el Grupo Renovador, solo valdría la pena si constatáramos que se han modificado las premisas de sus Principios.

Este texto de 2019 explica también porque siete de los catorce Principios de la Carta insisten en que los debates e intercambios hechos en el Foro lleguen a decisiones sobre acciones concretas – lo que nos lleva a preguntar si la han leído atentamente los que hoy proponen que el FSM pase a ser un “espacio de acción”.

Para completar una visión de lo que ha sido discutido sobre el FSM en sus primeros años, yo me permitiría aun indicar el libro “El desafío del Foro Social Mundial – un modo de ver” [35], a que ya me he referido, publicado en 2005 y de fácil acceso porque disponible en seis idiomas. En este libro presento lo que he discutido exhaustivamente, en docenas de entrevistas que he dado y artículos escritos hasta esa fecha, las dudas que empezaron a ser levantadas sobre lo que era y debería ser el FSM. Pero su subtitulo “un modo de ver” mostraba que yo no quería esconder que había visiones diferentes del FSM.

En ese libro discuto también otros temas que incomodan a Óscar y su Grupo, como lo de la decisión por consenso. Y cuento cosas curiosas, como por ejemplo el hecho de que esta manera de decidir ha sido adoptada por el “Comité Organizador” de los primeros FSM como ítem 18 de un “Acuerdo Programático” de las ocho entidades que lo componían, para garantizar su unidad frente a los desafíos que las esperaban en la preparación del FSM de 2002.[36]

VI – Algunas observaciones más, para terminar

Son muchas las afirmaciones en el texto de Óscar (así como las del texto de Francine) que merecerían comentarios. Como cuando, por ejemplo, Oscar revela su desconocimiento de la historia del FSM al decir que ha sido “Auspiciado por Lula Da Silva”[37]. Pero este texto ya se torna demasiadamente largo. No valdría la pena bajar en detalles, ni mismo cuando Óscar insiste en referirse a mi, “con el debido respeto”, con muchas citaciones de mis textos,[38] como si yo fuera el más culpado de todos por el fracaso del FSM; o al llamarme de uno de sus “dirigentes”, lo que muestraque no sabeque no los hay en FSM como es actualmente (seguramente espera que existan en un “renovado” FSM).

Prefiero llamar la atención para una de las características de los Foros Sociales, a que ya me referido, que es la alegría[39]. Esto emerge no porque alguien ha determinado que así sea (la alegría no se impone), sino probablemente porque la gente que viene a los Foros se alimenta de esperanza, al encontrar tanto otros empeñados en la misma lucha. Al mismo tiempo en que se siente libre para hacer lo que quiera, sin temer prohibiciones (salvo de la propaganda de la violencia) ni ser obligado a seguir “directivas” o “prioridades”, como en los movimientos y partidos. Y sale de los FSM cargada de energía.[40]

Y como conclusión presento el relato de una oficina autoorganizada del FSM de 2003, que tiene mucho a ver con la clasificación de fracaso dada al FSM por Óscar Gonzáles. La he reencontrado al leer de nuevo algunas páginas del libro “El desafío del Foro Social Mundial” que he citado.

Con el título “Ultrapasar las lógicas de rivalidad y poder: un desafío para el Foro Social Mundial”, esta oficinaha sido propuesta a los interesados por la asociación francesa “Interactions”, [41] y tuvo 50 participantes, que han llenado la sala. Ellos recibieran un impreso con 6 cuestiones, y la oficina siguió el método “de inversión” propuesto por Paul Watzlawick, profesor norteamericano de la escuela de Palo Alto, en la California. Entre sus libros estaba “Como conseguir fracasar”, y otrocon el título “Haga tú mismo tu infelicidad”.

Los participantes de esa oficina llegaron a redactar un texto indicando lo que se debería hacer frente al hecho de que “el capitalismo, el imperialismo, el G7, las grandes mídias y las multinacionales no tuvieron éxito para impedir el surgimiento de una sociedad civil y cívica mundial y el suceso de sus encuentros anuales del FSM en Porto Alegre”. Y concluía que para que eses Foros fracasen, “será necesario contar con nuestras propias fuerzas” (…), “explorando sistemáticamente” los esfuerzos que surgen con ese objetivo.

Aunque se hayan divertido mucho con ese texto, decidieron no divulgar-lo, por los mal-entendidos que sus ironías podrían crear. Y han redactado un segundo texto en que han enunciado claramente sus inquietaciones, entre las cuales aquellas ligadas a las relaciones interpersonales en la acción política: “la cualidad relacional, la buena convivencia, la dimensión festiva han sido, desde su rigen, las mayores razones del suceso de los Foros”, al contrario de lo que ocurría en los años 60, con las “prácticas del militantismo profesional, desesperadamente triste”.

Entre las insuficiencias que sabemos que existen en el trabajo del Consejo Internacional del FSM, está la de no alcanzar a divulgar ampliamente todo lo que es producido en los Foros. Hay casos en que sentimos realmente mucha pena que esto ocurra, porque ha llevado a que poca gente haya leído por ejemplo la “Declaración final” de esta oficina, una entre las centenas o quizás millares que se han realizado en el FSM de 2003, con sus 100.000 participantes.[42]

Foto: Campamento juvenil en el Foro Social Mundial Temático de Resistencias, en Porto Alegre-RS, 2016. [Joka Madruga / Terra Sem Males]
http://www.terrasemmales.com.br/fotos-do-4o-dia-do-forum-social-mundial-em-porto-alegre/

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