10 horas en las manos de la ocupación israelí

El comunicado redactado por un grupo de cuatro brasileños integrantes del Movimiento Palestina Libre demuestra el totalitarismo que utiliza el Estado de Israel para impedir que los palestinos y sus descendientes vuelvan a su tierra de origen. El grupo (Soraya Misleh, Hasan Zarif, Muhamad Kadri e Ibrahim Hammoud ) salió de Brasil el día 13 para apoyar y participar en “las manifestaciones pacíficas que se iban a celebrar para rememorar el día del Nakba palestino y exigir el derecho inalienable de retorno del pueblo palestino”, según se explica en el comunicado.

El día 15, día del Nakba, el grupo se encontraba entre los refugiados palestinos de Jordania, uniéndose unieron a las protestas que se realizaron en una gran extensión de la frontera Palestina ocupada por Israel, las cuales fueron reprimidas de forma violenta por parte de las fuerzas de ocupación.

Un joven jordano falleció a consecuencia de las mismas, lo cual provocó revueltas entre la población y en los campos de refugiados, con la posibilidad de continuar en las fronteras. Más de diez manifestantes fallecieron en el Líbano durante las mismas celebraciones del Nakba, en las cuales se recuerda la catástrofe de la expulsión del pueblo palestino que dio lugar al Estado de Israel.

Detención en la frontera

El pasado lunes, un grupo de brasileños intentó entrar en Palestina en misión de observación y solidaridad con el movimiento Por una Palestina Libre, pero las fuerzas de la ocupación les detuvieron a su paso.
“Durante siete horas tuvimos que soportar intimidaciones, aislamiento, amenazas y torturas psicológicas durante los interrogatorios, vejaciones, cacheos e inspecciones de equipaje. Nos trataron como a auténticos criminales”, informan en su comunicado.

Soraya Misleh, periodista de Ciranda e integrante del movimiento, nos cuenta que los brasileños se encontraban horrorizados ante la intolerancia demostrada contra las manifestaciones pacíficas y la total falta de respeto por los derechos de los detenidos. “Estoy atónita y muy indignada, nos intimidaron de todas las formas posibles durante varias horas”, comentó.
El grupo dice que ha experimentado de primera mano que “la criminalización de los movimientos sociales que tanto luchan es una práctica común por parte del Estado sionista” y que “diversos brasileños y brasileñas descendientes de árabes o activistas ya han experimentado esta situación inaceptable en el pasado”.

Nesta terça-feira, o grupo irá à embaixada brasileira de Amã denunciar os maus-tratos e abusos de que foram vítimas, exigindo do governo

Go back to Jordan!

A partir de ahora, los cuatro brasileños tendrán que llevar en su pasaporte el sello “entrada denegada” al Estado de Israel, lo que les impedirá visitar a sus familiares y amigos, así como participar en otras misiones solidarias con el pueblo palestino. Esta marca, asimismo, les pone en una situación desagradable a la hora de realizar desplazamientos internacionales, que son tan necesarios a la hora de apoyar la causa de un pueblo expulsado de su propio país.

Soraya se encontraba en Palestina participando en actividades del Foro Mundial sobre la Educación, cubriendo el acontecimiento para la prensa alternativa brasileña y el Foro Social Mundial. Los pasaportes sellados se devolvieron sin ninguna explicación. Por su parte, el segundo grupo sólo escuchó: “Go back to Jordan!” (¡volved a Jordania!).

“Nos llevaron hasta la salida y nos metieron en un autobús en el que nos pasamos casi dos horas junto a un señor de origen árabe, al que también habían detenido”. Durante ese tiempo, no estaban autorizados para salir, sin explicación alguna. “En total pasamos casi diez horas sin comer ni beber, y después de insistirnos y presionarnos todo lo que pudieron, conseguimos comernos unas galletas con un vaso de agua”.

Teniendo en cuenta que éste no es un caso aislado, ya que “existen diversos relatos de discriminación, sobretodo contra activistas y ciudadanos y ciudadanas de origen árabe”, y que ningún israelí “recibiría nunca un trato semejante en Brasil”, el grupo exige que el gobierno brasileño tome las acciones pertinentes y pide al movimiento social que haga presión para que se consigan medidas de forma que “ningún brasileño tenga que volver a pasar por una situación semejante”.

El martes, el grupo estaba en camino a Ammán desde la embajada de Brasil para denunciar el maltrato y el abuso que sufrió, exigiendo la acción del gobierno después de la actitud arbitraria de Israel contra los ciudadanos brasileños tratados como delincuentes.

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