El pueblo se dirige a las fronteras

Compañer@s:

Es verdaderamente ejemplar la conducta de amplios sectores del pueblo de Honduras. Nos han dado a todos un ejemplo de humanidad. Desde todas las regiones del país hombres y mujeres han respondido al llamado de su propio sentido de justicia, dignidad y solidaridad para unirse a una peregrinación que se dirige a las fronteras del encuentro con su Presidente Constitucional y su destino. Muchos de ellos son trabajadores y trabajadoras que han tomado sus maletas y mochilas, sus carteles y sus altavoces para hacer sentir su compromiso con la democracia de tod@s y para tod@s .

Han enfrentado la violencia abusadora y grotesca de los ejércitos que responden a otro llamado; el llamado de los oligarcas y sus golpistas que insisten en impedir todo cambio que permita crear una sociedad en que la injusticia social y el trato indigno contra los indígenas, las mujeres y los trabajadores se distinga tanto por la expectativa de su subordinación a los que solo buscan perpetuar privilegios y ganancias desmedidas de unos pocos extraídas del esfuerzo y el trabajo de la inmensa mayoría. Pretenden negarle al trabajo su inherente dignidad y a los trabajadores y trabajadoras el fruto de sus labores.

Esa insostenible insistencia de una oligarquía de inconmensurable arrogancia pretende sostenerse a golpe de armas y terror. La oligarquíe conoce el miedo poruqe reconoce el poder que pueden desatar las ideas de la democracia y justicia social que un sistema pseudodemocrático e intolerablemente injusta niega mientras finge defender. Por ello y a espaldas del pueblo adoptaron una constitución diseñada con el propósito de detener el cambio social inminente. Por eso tiemblan ante la mera posibilidad de que el pueblo ejerza la soberanía hasta ahora conculcada. Por ello se oponen a que siquiera el pueblo se exprese sobre la deseabilidad de modificarla en ningún aspecto que abra el camino para la instalación de un verdadero poder popular.

Como dice mi amigo el erizo: Ya es tarde para ablandar granos. El pueblo se ha percatado del miedo de la oligarquía y se ha dado a la tarea de retarla con lo que Don Pedro Albizu Campos llamo el valos supremo del hombre: el valor. El valor del pueblo hondureño queda nítidamente afirmado por la conducta de un pueblo que ha optado por oponer el poder de la acción de resistir en paz frente a la fuerza bruta que pretende someterlos. En estas luchas surgen seres huanos emblemáticos que con su integridad y su entusiasmo y su valor inspiran a sus herman@s en la lucha. Gracias a este reportaje de Nabel Márquez hemos tenido el privilegio de conocer a personas como Dionisia Díaz. Su perseverancia, su entusiasmo y su compromiso con la verdad, la justicia y la democracia la han convertido en ejemplo para tod@s.

Por ella y por millones de hondureños que nos representan a todos. Por que prevalezca la paz en Centroamérica tan duramente golpeada por los aparatos militares financiados históricamente por el narcotráfica. Por la verdad que defiende el pueblo hondureño todos y todos debemos acompañarlos a la Frontera de la Dinidad y al encuentro con su destino. Unámonos en solidaridad con esta gran peregrinación, esta comunión de seres comprometidos con la verdad y la justicia para que no reine la paz de los sepulcros otra vez en Centroamérica.