[es]Los pequeños productores están enfriando el planeta[pt] Os pequenos produtores estão esfriando o planeta

[es]Las actuales formas globales de producción, consumo y mercado han causado una destrucción
masiva del medio ambiente incluyendo el calentamiento global que está poniendo en riesgo
los ecosistemas de nuestro planeta y llevando a las comunidades humanas hacia desastres.
El calentamiento global muestra el fracaso del modelo de desarrollo basado en el consumo
de energía fósil, la sobreproducción y el libre comercio.

Los campesinos y campesinas de todo el mundo unen sus manos con otros movimientos
sociales, organizaciones, personas y comunidades para pedir y desarrollar radicales
transformaciones sociales, económicas y políticas para invertir la tendencia actual.

Los campesinos, especialmente los pequeños productores, son los primeros en sufrir los
cambios climáticos. Los cambios en las estaciones traen consigo sequías inusuales,
inundaciones y tormentas, destruyendo tierras de cultivo y las casas de campesinos. Más
aún, las especies animales y vegetales están desapareciendo a un ritmo sin precedentes.
Los campesinos tienen que acomodarse a nuevos patrones de clima, adaptando sus semillas y
sus sistemas de producción habituales a una situación impredecible. Más aún, las sequías
e inundaciones están llevando a fracasos en las cosechas aumentando el número de personas
hambrientas en el mundo. Hay estudios que predicen un descenso de la producción agrícola
global de entre un 3 y un 16% para el año 2080. En las regiones tropicales, el
calentamiento global es muy probable que lleve a un grave declive de la agricultura (más
del 50% en Senegal y del 40% en India), y a la aceleración de la desertificación de
tierras de cultivo. Por otro lado, enormes áreas en Rusia y Canadá se volverán
cultivables por vez primera en la historia humana, pero todavía se desconoce cómo estas
regiones se podrán cultivar.

La producción y el consumo industrial de alimentos están contribuyendo de forma
significativa al calentamiento global y a la destrucción de comunidades rurales. El
transporte intercontinental de alimentos, el monocultivo intensivo, la destrucción de
tierras y bosques y el uso de insumos químicos en la agricultura están transformando la
agricultura en un consumidor de energía, y están contribuyendo al cambio climático. Bajo
las políticas neoliberales impuestas por la Organización Mundial del Comercio, los
Acuerdos de Libre Comercio bilaterales, así como el Banco Mundial y el Fondo Monetario
Internacional, la comida se produce con pesticidas derivados del petróleo y
fertilizantes, y transportadas por todo el mundo para su transformación y consumo.

La Vía Campesina, un movimiento que reúne a millones de campesinos y productores de todo
el mundo, se declara que es tiempo de cambiar de forma radical nuestra forma de producir,
transformar, comerciar y consumir alimentos y productos agrícolas. Creemos que la
agricultura sostenible a pequeña escala y el consumo local de alimentos va a invertir la
devastación actual y sustentar a millones de familias campesinas. La agricultura también
puede contribuir a enfriar la tierra usando prácticas agrícolas que reduzcan las
emisiones de CO² y el uso de energía por los campesinos.

Por otra parte, los campesinos también pueden contribuir a la producción de energía
renovable, especialmente mediante la energía solar y el biogás.

La agricultura globalizada y la agricultura industrializada crean calentamiento global

1/ Por transportar alimentos por todo el mudo

Se transportan alimentos frescos y empaquetados por todo el mundo y no es raro ahora
encontrar en Estados Unidos o en Europa frutas, verduras, carne o vino de África,
Sudamérica u Oceanía; también encontramos arroz asiático en América o en África.

Los combustibles fósiles usados para transporte de alimentos están liberando toneladas de
CO2 a la atmósfera. La organización de campesinos suizos UNITERRE calculó que un kilo de
espárragos importado desde México necesita 5 litros de petróleo para viajar por vía aérea
(11’800 Km.) hasta Suiza. Sin embargo un kilo de espárragos producido en Ginebra solo
necesita 0,3 litros de petróleo para llegar hasta el consumidor .

2/ Por la imposición de medios industriales de producción (mecanización, intensificación,
uso de agroquímicos, monocultivo…)

La llamada agricultura moderna, especialmente el monocultivo industrial, está destruyendo
los procesos naturales del suelo (lo que lleva a la presencia de CO2 en la materia
orgánica) y lo reemplaza por procesos químicos basados en fertilizantes y pesticidas.
Debido sobre todo al uso de fertilizantes químicos, a la agricultura y ganadería
intensiva y a los monocultivos, se produce una importante cantidad de óxido nitroso
(NO2), el tercer gas de efecto invernadero con mayor efecto sobre el calentamiento
global. En Europa, el 40% de la energía consumida en las explotaciones agrarias se debe a
la producción de fertilizantes nitrogenados.

Por otra parte, la producción agraria industrial consume mucha más energía (y libera
mucho más CO2) para mover sus gigantes tractores para labrar la tierra y procesar la
comida.

3/ Por destruir la biodiversidad (y sumideros de carbono)

Este ciclo del carbono ha sido parte de la estabilidad del clima durante millones de
años. Las empresas de agronegocios han destrozado este equilibrio con la imposición
generalizada de la agricultura química (con uso masivo de pesticidas y fertilizantes
procedentes del petróleo), con la quema de bosques para plantaciones de monocultivos y
destruyendo las tierras pantanosas y la biodiversidad.

4/ Convirtiendo la tierra y los boques en áreas no agrícolas

Bosques, pastizales y tierras cultivables están siendo convertidos rápidamente en áreas
de producción agrícola industrial, en centros comerciales, en complejos industriales,
grandes casas, en grandes proyectos de infraestructuras o en complejos turísticos. Estos
cambios causan liberaciones masivas de carbono y reducen la capacidad del medio ambiente
de absorber el carbono liberado a la atmósfera.

5/ Transformando la agricultura de una productora a una consumidora de energía

En términos energéticos, el primer papel de las plantas y de la agricultura es
transformar la energía solar en la energía contenida en los azúcares y celulosas que
pueden ser directamente absorbidas en la comida o transformadas por los animales en
productos de origen animal. Este es un proceso natural que aporta energía en la cadena
alimentaria. No obstante, la industrialización del proceso agrícola en los últimos
doscientos años nos ha llevado a una agricultura que consume energía (usando tractores,
agroquímicos derivados del petróleo, fertilizantes…).

Falsas soluciones

Agrocombustibles (combustibles producidos a partir de plantas y árboles) se han
presentado muchas veces como una solución a la actual crisis energética. Según el
protocolo de Kyoto, el 20% del consumo global de energía debería provenir de recursos
renovables para 2020, y esto incluye a los agrocombustibles. Sin embargo, dejando aparte
la locura de producir comida para alimentar autos mientras muchos seres humanos están
muriendo de hambre, la producción industrial de agrocombustibles va a aumentar el
calentamiento global en vez de reducirlo. A cambio de una reducción pequeña y no probada
(a excepción de la caña de azúcar) de algunos gases de efecto invernadero comparando con
los combustibles fósiles, la producción de agrocombustibles va a aumentar las
plantaciones intensivas de monocultivo de palma, soja, maíz, o caña de azúcar; va a
contribuir a la deforestación y a la destrucción de la biodiversidad. La producción
intensiva de agrocombustibles no es una solución al calentamiento global, ni va a
resolver la crisis global en el sector agrícola

El comercio de carbono

En el protocolo de Kyoto y otros planes internacionales, el “comercio de carbono” se ha
presentado como una solución para el calentamiento global. Es una privatización del
carbono posterior a la privatización de la tierra, del aire, las semillas, el agua y
otros recursos. Permite a los gobiernos asignar permisos a enormes contaminadores
industriales de tal forma que puedan comprar el “derecho a contaminar” entre ellos
mismos. Algunos otros programas fomentan que los países industrializados financien
vertederos baratos de carbono tales como plantaciones a gran escala en el Sur, como una
forma de evitar la reducción de sus propias emisiones. Están siendo creadas de esta
manera grandes plantaciones o áreas naturales de conservación en Asia , África, y América
Latina, expulsando a comunidades de sus tierras y reduciendo su derecho de acceso a sus
propios bosques, campos y ríos.

Cultivos y árboles transgénicos

Se están ahora desarrollando árboles y cultivos transgénicos para agrocombustibles. Los
organismos genéticamente modificados no resolverán ninguna crisis medioambiental sino que
por si mismos ponen en riesgo el medio ambiente, así como la salud y la seguridad.

Estos árboles y cultivos transgénicos son parte de la “segunda generación” de
agrocombustibles basados en la celulosa, mientras que la primera generación se basaba en
distintas formas de azúcar de las plantas. Aun en los casos en los que no se usan
variedades transgénicas esta “segunda generación” plantea los mismos problemas que la
anterior.

La Soberanía Alimentaría proporciona medios de subsistencia a millones de personas y
protege la vida en la tierra

La Vía Campesina cree que las soluciones a la actual crisis tienen que surgir de actores
sociales organizados que están desarrollando modelos de producción, comercio y consumo
basados en justicia, solidaridad y la comunidades saludables. Ninguna solución
tecnológica va a resolver el desastre medioambiental y social. Solo un cambio radical en
la forma en que producimos, comerciamos y consumimos puede dar tierras para comunidades
rurales y urbanas saludables. La agricultura sostenible a pequeña escala, un trabajo
intensivo y de poco consumo de energía, puede contribuir a enfriar la tierra:

• Asumiendo más CO2 en el suelo de manera orgánica a través de la producción sostenible
(la producción extensiva de vacas y ovejas en pastizales tiene un positivo balance de gas
invernadero).

• Reemplazando los fertilizantes nitrogenados por agricultura ecológica y/o cultivando
proteaginosas que capturan nitrógeno directamente del aire.

• Produciendo biogás de residuos animales y vegetales, con la condición de mantener
suficiente materia orgánica en el suelo.

• Produciendo energía solar en todos los tejados agrícolas (con apoyo a la inversión para
los pequeños campesinos)…

En todo el mudo practicamos y defendemos la agricultura familiar sostenible y a pequeña
escala y exigimos soberanía alimentaria. La soberanía alimentaria es el derecho de las
personas a los alimentos saludables y culturalmente apropiados producidos a través de
métodos sostenibles y saludables, y su derecho a definir sus propios alimentos y sistemas
de agricultura. Colocamos en el fundamento de los sistemas y de las políticas
alimentarias las aspiraciones y necesidades de aquellos que producen, distribuyen y
consumen alimentos, en lugar de las demandas de los mercados y de las multinacionales. La
soberanía alimentaria da prioridad a las economías y mercados locales y nacionales, dando
el poder a campesinos y pequeños agricultores, a los pescadores tradicionales, a los
pastores y a la producción, distribución y consumo de alimentos basada en la
sostenibilidad ambiental, social y económica.

Exigimos urgentemente a los encargados de tomar decisiones locales, nacionales e
internacionales

1/ El desmantelamiento completo de las compañías de agrocombustibles. Están despojando a
los pequeños productores de sus tierras, produciendo comida basura y creando desastres
medioambientales

2/ El reemplazo de la agricultura industrializada por la agricultura sostenible a pequeña
escala apoyada por verdaderos programas de reforma agraria

3/ La promoción de políticas energéticas sensatas y sostenibles. Esto incluye el consumo
de menos energía y la producción de energía solar y biogás por los campesinos en lugar de
la promoción a gran escala de la producción de agrocombustibles, como es el caso
actualmente.

4/ La implementación de políticas de agricultura y comercio a nivel local, nacional e
internacional, dando apoyo a la agricultura sostenible y al consumo de alimentos locales.
Esto incluye la abolición total de los subsidios que llevan al dumping (competencia
desleal) de comida barata en los mercados de exportación y el dumping de comida barata en
mercados nacionales.

Por los medios de subsistencia de millones de pequeños productores en todo el mundo,

Por la salud de las personas y por la supervivencia del planeta:

Exigimos soberanía alimentaría y nos comprometemos a luchar de forma colectiva para
lograrla
[pt] As atuais formas globais de produção, consumo e mercado causaram uma destruição massiva do meio ambiente, incluindo o aquecimento global, que está colocando em risco os ecossistemas de nosso planeta e levando as comunidades humanas rumo aos desastres. O aquecimento global mostra o fracasso do modelo de desenvolvimento baseado no consumo de energia fóssil, na superprodução e no livre comércio.

Os camponeses e camponesas de todo o mundo unem suas mãos com outros movimentos sociais, organizações, pessoas e comunidades em defesa de transformações sociais, econômicas e políticas radicais para inverter a tendência atual. Os camponeses, especialmente os pequenos produtores, são os primeiros a sofrer os impactos das mudanças climáticas.

As mudanças nas estações trazem consigo secas pouco usuais, inundações e tormentas, destruindo terras de cultivo e casas dos camponeses. Ainda mais, as espécies animais e vegetais estão desaparecendo num ritmo sem precedentes.

Os camponeses têm que se adaptar aos novos padrões climáticos, adaptando suas sementes e seus sistemas de produção habituais a uma nova situação, que é imprevisível. As secas e inundações estão conduzindo ao fracasso as colheitas, aumentando o número de pessoas famintas no mundo.

Há estudos que prevêem um decrescimento da produção agrícola global numa escala que varia de 3 a 16% para o ano 2008. Nas regiões tropicais, o aquecimento global conduzirá, muito provavelmente, a um grave declínio da agricultura (mais de 50% em Senegal e mais de 40% em Índia), e à aceleração da desertificação de terras de cultivo. Por outro lado, enormes áreas na Rússia e Canadá se tornarão cultiváveis pela primeira vez na história humana, mas ainda se desconhece como estas regiões poderão ser cultivadas.

A produção e o consumo industrial de alimento estão contribuindo de forma significativa para o aquecimento e a destruição de comunidades rurais. O transporte intercontinental de alimento, a monocultura intensiva, a destruição de terras e bosques e o uso de insumos químicos na agricultura estão transformando a agricultura em consumidor de energia e contribuindo para a mudança climática.

Sob as políticas neoliberais impostas pela Organização Mundial do Comercio (OMC), bem como pelo Banco Mundial (BM) e o Fundo Monetário Internacional (FMI), os acordos de livre comércio bilaterais, a comida se produz com pesticidas derivados do petróleo e fertilizantes, e são transportadas para todo o mundo para a sua transformação e consumo.

A Via Campesina, um movimento que reúne milhões de camponeses e produtores de todo o mundo, declara que é tempo de mudar de forma radical a forma de produzir, transformar, comercializar e consumir alimentos e produtos agrícolas. Acreditamos que a agricultura sustentável em pequena escala e o consumo local de alimentos vai inverter a devastação atual e sustentar milhões de famílias camponesas. A agricultura também pode contribuir para o esfriamento da terra utilizando práticas agrícolas que reduzam a emissão de CO2 e o uso de energia por parte dos camponeses.

Por outro lado, os camponeses também podem contribuir na produção de energia renovável, especialmente por meio da energia solar e o biogás. A agricultura globalizada e a agricultura industrializada geram o aquecimento global pelos seguintes pontos:

1) Por transportar alimentos por todo o mundo

Transportam-se alimentos frescos e empacotados por todo o mundo e, atualmente, não é raro encontrar nos Estados Unidos ou na Europa, frutas, verduras, carne e vinho provenientes da África, América do Sul ou Oceania; também encontramos arroz asiático na América ou na África.

Os combustíveis fósseis usados para o transporte de alimento estão liberando toneladas de CO2 para a atmosfera. A organização de camponeses suíços, a UNITERRE, calculou que um quilo de aspargos importados do México necessita 5 litros de petróleo para viajar por via aérea (11.800 quilômetros) até a Suíça. No entanto, um quilo de aspargo produzido em Genebra necessita somente 0,3 litros de petróleo para chegar até o consumidor.

2) Pela imposição de meios industriais de produção (mecanização, intensificação do uso de agro-químicos, monocultivo)

A chamada agricultura moderna, especialmente a monocultura industrial, está destruindo os processos naturais do solo (o que conduz a uma presença de CO2 na matéria) e substitui por processos químicos baseados em fertilizantes e pesticidas.

Por conta, acima de tudo, do uso de fertilizantes químicos, da criação intensiva de gado e da monocultura, se produz um volume significativo de óxido nitroso (NO2), o terceiro gás de efeito invernadeiro com maior efeito sobre o aquecimento global. Na Europa, 40% da energia consumida nas explorações agrárias se deve à produção de fertilizantes nitrogenados.

Por sua vez, a produção agrária industrial consome muito mais energia (e libera mais CO2) para mover seus tratores gigantescos para cultivar a terra e processar a comida.

3) Por destruir a biodiversidade (e sumideiros de carbono)

O ciclo do carbono tem sido parte da estabilidade do clima durante milhões de anos. As empresas do agronegócio destruíram este equilíbrio pela imposição generalizada da agricultura química (com uso massivo de pesticidas e fertilizantes procedentes do petróleo), com a queima de bosques para plantações de monocultivo e destruindo as terras pantanosas e a biodiversidade.

4) Conversão da terra e os bosques em áreas não agrícolas

Bosques, pastagens e terras cultiváveis estão sendo convertidos rapidamente em áreas de produção agrícola industrial, em centros comerciais, complexos industriais, grandes casas e em grandes projetos de infra-estrutura ou em complexos turísticos. Estas mudanças causam a liberação massiva de carbono e reduzem a capacidade do meio ambiente absorver o carbono liberado na atmosfera.

5) Transformação da agricultura de produtora em consumidora de energia

Em termos energéticos, o primeiro papel das plantas e da agricultura é transformar a energia solar na energia contida nos açucares e celuloses que podem ser diretamente absorvidas na comida ou transformadas em produtos de origem animal. Esse processo é natural e gera energia na cadeia alimentar.

Não obstante, a industrialização do processo agrícola nos conduziu, nos últimos 200 anos, a uma agricultura que consome energia (usando tratores, agro-químicos derivados do petróleo, fertilizantes).

Falsas soluções

Os agrocombustíveis (combustíveis produzidos a partir de plantas e árvores) se apresentaram muitas vezes como uma solução para a atual crise energética. Segundo o protocolo de Kyoto, 20% do consumo global de energia deveriam provir de recursos renováveis até 2020 – e isto inclui os agrocombustíveis.

No entanto, deixando de lado a loucura de produzir comida para alimentar os automóveis enquanto muitos seres humanos estão morrendo de fome, a produção industrial de agrocombustíveis vai aumentar o aquecimento global, em vez de proporcionar a redução.

Em troca de uma pequena mudança ainda não comprovada (com exceção da cana-de-açúcar) de alguns gases de efeito invernadeiro comparado com os combustíveis fósseis, a produção da monocultura de palma, soja, milho ou cana-de-açúcar vai contribuir no desflorestamento e na destruição da biodiversidade. A produção intensiva de agrocombustíveis não é uma solução para o aquecimento global nem resolverá a crise global no setor agrícola.

O comércio de carbono

No protocolo de Kyoto e outros planos internacionais, o “comércio de carbono” tem se apresentado como uma solução para o aquecimento global. É uma privatização do carbono posterior à privatização da terra, ar, sementes, água e outros recursos.

Permite que governos assinem licenças com grandes contaminadores industriais de modo que possam comprar o “direito de contaminar” entre eles mesmos. Alguns outros programas fomentam que países industrializados financiem vertedouros baratos de carbono tais como plantações em grande escala no Sul, como uma forma de evitar a redução das suas próprias emissões.

Dessa maneira, estão sendo criadas grandes plantações ou áreas naturais de conservação na Ásia, África e América Latina, expulsando comunidades de suas terras e reduzindo o direito de acesso aos próprios bosques, campos e rios.

Cultivos e árvores transgênicas

Atualmente estão sendo desenvolvidas árvores e cultivos transgênicos para agrocombustíveis. Os organismos geneticamente modificados não resolverão nenhuma crise do meio ambiente sem que os mesmos coloquem em risco o meio ambiente, bem como a saúde e a segurança alimentar.

Essas árvores e cultivos transgênicos formam parte da “segunda geração” de agrocombustíveis baseados na celulose, enquanto que a primeira geração se baseia em diferentes formas de açúcar das plantas. Ainda, nos casos nos quais não se usam variedades transgênicas, a “segunda geração” apresenta os mesmos problemas que a geração anterior.

A Soberania Alimentar proporciona meios de subsistência a milhões de pessoas e protege a vida na terra

A Via Campesina acredita que as soluções para a atual crise têm que surgir de atores sociais organizados, que estão desenvolvendo modelos de produção, comércio e consumo baseados na justiça, na solidariedade e em comunidades saudáveis.

Nenhuma solução tecnológica vai resolver o desastre social e do meio ambiente. Somente uma mudança radical na forma como produzimos, comercializamos e consumimos pode dar terras para comunidades rurais e urbanas saudáveis. A agricultura sustentável em pequena escala, um trabalho intensivo e de pouco consumo de energia podem contribuir para o resfriamento da terra:

– Assumindo mais CO2 no solo, de maneira orgânica, através da produção sustentável (a produção extensiva de vacas e ovelhas em pastagens tem um balanço positivo de gás invernadeiro).

– Substituição dos fertilizantes nitrogenados pela agricultura ecológica e/ou cultivando proteaginosas que capturam nitrogênio diretamente do ar.

– Produção de biogás de resíduos animais e vegetais, com a condição de manter suficiente matéria orgânica no solo.

Em todo o mundo, praticamos e defendemos a agricultura familiar e sustentável e em pequena escala, e exigimos soberania alimentar. A soberania alimentar é o direito das pessoas aos alimentos saudáveis e culturalmente apropriados, produzidos através de métodos sustentáveis e saudáveis, e seu direito a definir seus próprios alimentos e sistemas de agricultura.

Colocamos no fundamento dos sistemas e das políticas alimentares as aspirações e necessidades daqueles que produzem, distribuem e consomem alimento, no lugar das demandas dos mercados e das transnacionais.

A soberania alimentar dá prioridade às economias e mercados locais e nacionais, dando poder a camponeses e pequenos agricultores, aos pescadores tradicionais, aos pastores e à produção, distribuição e consumo de alimentos baseados na sustentabilidade ambiental, social e econômica. Exigimos urgentemente aos encarregados de tomar decisões locais, nacionais e internacionais:

1) O desmantelamento completo das companhias de agrocombustíveis. Estão despojando aos pequenos produtores de suas terras, produzindo lixo e criando desastres ambientais.

2) A substituição da agricultura industrializada pela agricultura sustentável em pequena escala, apoiada por verdadeiros programas de reforma agrária.

3) A promoção de políticas energéticas sensatas e sustentáveis. Isto inclui o consumo de menor energia e a produção de energia solar e biogás pelos camponeses em lugar da promoção em grande escala da produção de agrocombustíveis, como é o caso atual.

4) A implementação de políticas de agricultura e comércio em nível local, nacional e internacional, dando suporte à agricultura sustentável e ao consumo de alimentos locais. Isto inclui a abolição total dos subsídios que levam ao dumping (competição desleal) de comida barata nos mercados de exportação e o dumping de comida barata em mercados nacionais.

Pelos meios de subsistência de milhões de pequenos produtores de todo o mundo, pela saúde das pessoas e pela sobrevivência do planeta: exigimos soberania alimentar e nos comprometemos a lutar de forma coletiva para consegui-la.

(Tradução do espanhol: Daniel S. Pereira – São Paulo/SP)

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