Los pueblos del Sur no son deudores

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Javier del Olmo, Prensa De Frente

Reunidos en Caracas los días 22, 23 y 24 de Septiembre de 2006, con la presencia de
expositores de Argentina, Bélgica, Brasil, Colombia, Cuba, Ecuador, El Salvador, Haití,
Perú y Venezuela, el Primer Simposio Internacional “Sobre Deuda Pública, Auditoría
Popular y Alternativas de Ahorro e Inversión para los Pueblos de América Latina” dio
lugar al análisis sobre las nuevas condiciones y perspectivas económicas y financieras de
América Latina, a la presentación de informes sobre el avance de iniciativas e instancias
de auditorias ciudadanas, y al debate y la reflexión sobre las experiencias históricas
de los movimientos sociales en la movilización y denuncia contra el pago de una
gigantesca deuda ilegítima que hipoteca el futuro de la región.

Los pueblos del Sur no son deudores sino acreedores de inmensurables deudas históricas,
sociales, económicas y ecológicas adeudadas por el Norte. De allí el repudio a deudas
externas e internas y a los mecanismos de su dinámica perversa que subordina las
políticas públicas a privilegios privados, la exacción de presupuestos, el vaciamiento y
entrega de patrimonios nacionales, cuya carga de pagos y ajustes pesan en particular en
la postergación de demandas sociales y de inversión pública en infraestructura básica.

Los países de América Latina y el Caribe han vivido en las últimas décadas repetidos
ciclos de auge financiero y posterior debacle que han marcado profundamente la evolución
regresiva de las condiciones de vida, trabajo y desarrollo para sus pueblos. Cada oleada
financiera ha estado acompañada por similares afirmaciones a las escuchadas en la
actualidad sobre la “fortaleza” de indicadores “fundamentales” (PIB en alza, ingreso de
capitales desde el exterior, confianza de los inversores, alza de reservas de bancos
centrales, etc.) para terminar, luego de una ola especulativa, en debacles económicas y
financieras.

Más allá de una bonanza circunstancial en algunos países, el panorama financiero regional
está altamente influido por la dinámica de un contexto internacional muy fluido y frágil.
Nuevas tendencias deben ser meticulosamente analizadas y respondidas. La falta de
resultados, la incertidumbre y las presiones retrógradas anti-populares deben generar
respuestas unitarias consistentes a los mayores dilemas y desafíos.

Por lo pronto, es posible reconocer que existe hoy en los pueblos latinoamericanos una
creciente conciencia de las secuelas de la exacción de recursos, endeudamiento público,
ajustes fiscales y la aplicación del recetario de liberalización, apertura sin
restricciones y privatizaciones, que ponen en evidencia la necesidad de romper con la
dinámica capitalista. Más aún, el reciente proceso de recuperación conlleva no sólo
notorias desigualdades económicas, sino esencialmente de orden social. El desempleo
estructural, la precariedad laboral y la condena a la desesperanza por marginalidad
alcanzan niveles insospechados, pese al mejoramiento de indicadores macroeconómicos.

Es la hora de una nueva integración económica y financiera de América Latina y el Caribe
que priorice el mejoramiento de la vida de los pueblos, la complementación productiva, la
defensa del trabajo y las riquezas de la región.

En este marco, la reunión internacional afirmó que la propuesta lanzada por Venezuela de
un Banco del Sur es por demás plausible, entendiendo que sus objetivos deben ser en
particular, romper la dependencia de los países periféricos al mercado financiero
internacional, canalizar la propia capacidad de ahorro, detener la fuga de capitales y
apoyar la asignación de recursos a las prioridades de un desarrollo económico y social
independiente, cambiando las prioridades de inversión.

Las delegaciones ponderaron que un Banco Solidario del Sur debe ser un banco alternativo
no sólo a la banca privada, sino también a las entidades multilaterales existentes como
el FMI, el Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo. La diferenciación no
debe ser meramente enunciativa sino normativa y operativa en: a) las fuentes de
capitalización y los mecanismos para captación de ahorros, b) la integración y conducción
cooperativa e igualitaria de sus países-miembro c) las prioridades y condiciones para el
otorgamiento de créditos y garantías y c) la gestión transparente y el control
democrático y social de gestión, en línea con lo reclamado por los movimientos por la
Auditoría de la Deuda.

Una nueva ocasión histórica se presenta a los pueblos y a los gobiernos de los países
llamados en desarrollo para tomar una iniciativa emancipadora de alcance internacional.
La actual coyuntura económica y financiera es favorable para dar este paso y puede no
prolongarse. Es hora de multiplicar esfuerzos y poner manos a la obra.

En tal perspectiva el Simposio Internacional acordó:

1) Ratificar firmemente la denuncia de la ilegitimidad de la deuda y la necesidad de un
frente de países por el no-pago de la deuda.

2) Dar continuidad al apoyo a la movilización de campañas e instancias para la
auditoría/veeduría popular ciudadana de la deuda y de los organismos multilaterales de
crédito.

3) Fortalecer el trabajo de análisis y estudio del Observatorio Internacional de la Deuda
(OID).

4) Convocar a una reunión en Venezuela los días 15 y 16 de Noviembre próximo para
preparar una propuesta de materialización político/técnica de las iniciativas de Banco
Solidario del Sur y Fondo Monetario del Sur.

Caracas, Venezuela, 24 de Septiembre de 2006


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